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viernes, diciembre 12, 2008

40 AÑOS DE THE ROLLING STONES ROCK AND ROLL CIRCUS *


INTRO



Esta historia es digna de aparecer a lado de los grandes descubrimientos y hallazgos arqueológicos de la historia.
Aunque aquí no se trata de tesoros, momias, ciudades perdidas, artesanías, pergaminos, etc., se trata sólo de unos rollos de película que estuvieron perdidos ¡21 años! milagrosamente encontrados en buen estado, aunque bien pudieron fácilmente estropearse, tirarse a la basura, o perderse para siempre.

Es el documental para televisión “The Rolling Stones Rock and Roll Circus”, filmado originalmente los días 11 y 12 de diciembre para la televisión inglesa.
Al parecer, Mick Jagger quería hacer algo diferente, un programa de televisión. Le comentó la idea al director de cine Michael Lindsay – Hogg quien anteriormente había dirigido dos videos de los Rolling: “Jumping Jack Flash” y “Child of the Moon”
La idea del titulo se le ocurrió al cineasta, pero aun faltaba lo más importante, el contenido.
El concepto fue una especie de circo medieval ambulante, y así fue como surgió la idea de integrar acróbatas, payasos, trapecistas, otros artistas, y como cereza del pastel The Rolling Stones.

La grabación empezó a las dos de la tarde del 11 de diciembre, y terminó hasta las cinco de la mañana del siguiente día. A pesar de varios obstáculos, como el hambre, el cansancio, el frío, repeticiones de tomas, problemas técnicos, etc., todo salió de maravilla, sobre todo gracias a Mick Jagger que puso toda su energía y alma en este proyecto.
Sin embargo, este documental nunca fue transmitido por televisión, y nadie supo de él, sino hasta 1996 cuando fue lanzado en formato de video y CD.

Hay tres teorías que se manejan respecto al porque los Rolling no sacaron este material en su tiempo:
La primera dice (y es un hecho constatable), que The Who les robaron el show a los Stones. Es tanta la energía desplegada en el escenario que los Rolling parecen una caricatura a lado de The Who, quienes venían en su punto después de una larga gira, en cambio los Rolling tenían casi un año de no tocar.

La otra versión, muy creíble, es que al poco tiempo de rodarse este filme, el buen Brian Jones murió ahogado, y por respeto y tacto (jajaja ni yo lo creo, tan ojetes que se portaban con Brian) decidieron que este documento no era la mejor forma de recordarlo. Por cierto, este documental adquiere mucho valor, ya que fue el último concierto de Brian con los Rolling Stones, aunque por desgracia ya en plena decadencia.

La ultima teoría, es que al parecer el grupo no estuvo conforme con su actuación, y quisieron volver a repetirla, pero en ¡el Coliseo de Roma! Sin embargo, al parecer no a todos les agradaba la idea, en especial al director, a Charlie Watts y a Bill Wyman.
El tiempo pasó, y esta idea no se concretó.

Total, los Rolling se mudaron a Francia con todo y rollos a una oficina pequeña. Como no había sitio, los guardaron en ¡el baño! , y ¡hasta donde llegaba su miopía que pensaban tirar a la basura este tesoro incalculable! pero gracias a la visión del bien Ian Stewart (el sexto Stone) quien era el único lúcido, pensó que ese material algún día podría utilizarse, y se los llevó a su granja, en donde guardo los rollos en un granero, y así el tiempo prosiguió su lento caminar.
Nadie sabía de ese material, y ni siquiera se acordaban de él.

Tuvo que morir Ian Stewart para que su viuda se pusiera a registrar la granja, donde encontró unos rollos con etiquetas desgastadas que decían “ olling Stones ‘ock and ‘oll ircus”. A lado de los rollos había un rastrillo, unas botas apestosas de Ian, pacas de heno, y popo de gallinas. Había sucedido un gran descubrimiento en la historia musical.

PROLOGO

“Estas a punto de ser transportado a otra era. Al Swinging London de finales de los 60. The RSRC es una capsula de tiempo. Dos días de diciembre de 1968 que en muchas maneras capturan la espontaneidad, aspiraciones y el espíritu comunal de una era entera.
…por un momento veremos que el rock podria haber heredado la tierra.”
David Dalton


THE ACTS

PARADE
El concierto tal y como está en el dvd empieza con la entrada de todos los participantes, con la clásica “Entry of the Gladiators” de Julis Fucik. Payasos, trapecistas, vaqueros, dan un toque muy peculiar. Junto a ellos entran The Rolling Stones, John Lennon, Eric Clapton, The Who, y Marianne Faithfull, todos ellos disfrazados con trajes medievales y con instrumentos de viento y banda que fingen tocar. Todo muy loco y alucinado.
Mick Jagger, vestido de domador da la bienvenida al circo.

JETHRO TULL – SONG FOR JEFFREY
El mismo Jagger, junto a un payasito anuncian al “Fantástico Jethro Tull”. Por esos tiempos, este grupo no era muy conocido, sin embargo, con esta canción empezaban a sonar en la radio.
Cabe destacar que a excepción de Ian Anderson (que se la pasó haciendo caras y gestos loquísimos y con su pierna izquierda levantada), todos los demás integrantes hicieron play back.
Como datos de trivia: se pensaba originalmente en Led Zeppelin para ocupar el puesto de Jethro Tull, ¡nada más imagínense! Aunque fueron rechazados por sonar muy guitarreros.
Por ese entonces, Mick Abrahams, guitarrista original de la banda habia desertado; para salir del compromiso los acompañó un oscuro y desconocido guitarrista llamado Tony Iommi, futuro artífice del heavy metal y fundador de Black Sabbath.

THE WHO – A QUICK ONE (WHILE HE’S AWAY)
Keith Richards, con traje negro, sombrero de copa, parche en el ojo, y fumando un puro presenta a The Who.
La actuación de The Who fue memorable y salvaje, presentando una mini ópera rock llena de cambios rítmicos, armónicos y melódicos.
Una lección imprescindible de rock. Quizá lo mejor de este concierto.
Aquí se puede comprobar y ver porque The Who era una máquina perfecta, precisa, y sobre todo salvaje en el escenario. Todas las leyendas que alguna vez escuchamos, o nos imaginamos mentalmente, aquellos que tuvimos el infortunio de no vivir esa época, podemos comprobarlas en toda su realidad: Roger Daltrey, un cantante esquizofrénico que no dejaba de volar su micrófono por los aires en completa sincronía (so riesgo de golpear a sus compañeros); Pete Townshend y su salvajismo al tocar la guitarra, agitando repetidamente su brazo como aspas de molino de viento; Keith Moon, nunca en mi vida he visto un baterista tan desatado, intempestivo que no se conforma con tocar bien, preciso o espectacular, con llevar el ritmo y el tiempo; no, el era un baterista animal, instintivo, desbocado, que le pegaba a los tambores como si quisiera acribillarlos, asesinarlos a baquetazos, como si la vida se le fuera en ello; y el fabuloso John Entwhistle y su virtuosismo al tocar el bajo de una forma tan melodiosa, deslizando sus dedos por todo el diapasón como si fueran arañas, impávido como ancla en medio de la tempestad provocada por sus compañeros.




TRAPEZE ARTISTS
Después de The Who, un poco de respiro con una encantadora pareja de ancianos trapecistas, quienes a pesar de su edad se columpian con gracia al ritmo de “Sobre las Olas” del enorme Juventino Rosas.

TAJ MAHAL – AIN’T THAT A LOT OF LOVE
Llegó el turno del gran Taj Mahal, un bluesero afroamericano, a quienes los Rolling conocieron mientras actuaba en el célebre Whisky ago go de Los Angeles. Rápidamente conectaron e hicieron migas. A la primera oportunidad fueron invitados a este circo por Keith Richards; aunque por problemas de inmigración y con el sindicato de músicos, tuvieron que ser filmados de volada.
Aquí se avientan un buen blues rítmico, en donde destaca la voz bluesera y desgarrada de Taj Mahal, los requintos sobrios y limpisimos, sin efectos del gran Jesse Davis, y el excelente respaldo en la sección rítmica por parte de Gary Gilmore y Chuck Blackwell.
Esta participación sirvió como despegue de este gran músico, al igual que de Jesse Davis que impresionó a John Lennon, se hicieron grandes cuatachos y más adelante participó en algunos discos del jefe Lennon.

MARIANNE FAITHFULL – SOMETHING BETTER
Charlie Watts
desde las gradas anuncia el nuevo número. El turno es de la bellísima Marianne Faithfull, quien dejó atrás el estereotipo de rubia tonta, y se la sacó en grande con esta tranquila y hermosa balada pop.
Su número cautivó y hechizó a todo mundo: tan quietecita, tan mona, con ese vestido largo, esa mirada tan tierna, y esa voz media aborregada, demostraron que la chica tenía enorme potencial.
FIRE EATER AND LUNA
Keith Richards
de nuevo, anuncia el acto del Fire Eater y de Lovely Luna. Una especie de danza africana en la que una chava ejecuta una danza, mientras un tipo se pasa unas antorchas encendidas por su cuerpo, y se mete fuego en la boca, ¡y se lo traga!

MICK & JOHN
Tras bastidores Lennon y Jagger tienen una charla muy entretenida, simulando una entrevista en la que John es Winston Leg – Thigh y Mick es Nigel. Lennon le confiesa que en su grupo tocara Keith Richards, Mick en tono sarcástico le dice “Dirty”. Se despide y le da su plato de arroz que comía con palitos chinos.

THE DIRTY MAC – YER BLUES
Uno de los mejores momentos llega con un súper grupo improvisado: The Dirty Mac.
John Lennon en la guitarra y voz, Eric Clapton de Cream en la guitarra principal, Keith Richards de los Rolling en ¡el bajo!, y Mitch Mitchell de la Experiencia de Hendrix en la batería.
Juntos se avientan “Yer Blues”, rola beatlesca que suena más pesada, bluesera y potente aquí que en el álbum, y que llega a alturas insospechadas gracias a los requintos de Clapton, quien toca bien cool, despreocupado, como si fuera algo tan sencillo como cambiar un foco.

YOKO ONO & IVRY GITLIS & THE DIRTY MAC – WHOLE LOTTA YOKO
Luego de ese numerazo, Yoko Ono sale de una bolsa negra que estaba en el suelo y se une a la banda, junto con un violinisNegritata francés llamado Ivry Gitlis. Toda la banda empieza a improvisar una rola llamada “Whole Lotta Yoko”.
Todo transcurre normal hasta que Yoko empieza con sus berridos y gritos desafinados, lo cual no esta mal, sino que sus agudísimos gritos empiezan a competir con el violín, y para colmo los dos en el mismo micrófono.
El violinista ya no sabe que hacer, solo sonríe mientras quizá piensa “a ver a que horas se calla esta pinche vieja”; mientras tanto, Yoko voltea a ver a Lennon quien solo le hace señas de “tu síguele, no pares”.
Sin embargo, todo es tan loquísimo que a todo mundo prende esta improvisación.

THE ROLLING STONES
Por ultimo, John Lennon, en lenguaje de sordomudos presenta el acto estelar: The Rolling Stones.

La gente se prende desde el principio con una electrizante versión de “Jumpin’ Jack Flash”.

Las canciones restantes, todas son tomadas de su álbum mas reciente del 68, el excelente Beggars Banquet (en lo personal, la cumbre discográfica estoniana junto con el Sticky Fingers).

La primera rola es la bluesera “Parachute Woman”, más movida y rítmica que la original.
Le sigue, la sublime “No Expectations”, en la que se puede apreciar los últimos destellos gloriosos del gran Brian Jones (ese sería su último concierto, todos lo sabían, lo que nadie sabía es que Brian moriría unos dos meses después. Aunque la verdad, ya estaba muerto en vida, era una sombra, un fantasma deprimido. Dicen que el pobre se la pasó llorando en las gradas). En fin, aquí lo vemos ejecutando con maestría la guitarra slide, y al buen Nicky Hopkins con unas ricas armonías en el piano.

“You can always get what you want” es el siguiente tema; a diferencia de la original, aquí todo es mas crudo, directo y movido, ya que prescinde de la grandilocuencia y suntuosidad de los coros y la sección de vientos.

La cúspide viene con la escalofriante “Sympathy for the Devil”. El buen Charlie Watts empieza con el clásico ritmo, y con él lo acompañan la sección rítmica a cargo de Rocky Dijon en las tumbas, Brian Jones en las maracas y Bill Wyman en el bass.
Ver esta actuación realmente estremece. Es tanta la energía y la vibra emitidas sobre todo por Jagger, que puede dar elementos a todos aquellos denostadores del rock, a los que lo tachan de satánico. Sólo vean a Jagger, aunque todo parece un simple acto teatral, un performance, la verdad, el tipo parece real y literalmente poseído por el maligno.
La forma en que grita, aúlla, suplica, suspira, interpreta, canta, gime, baila, gesticula…
Mientras Keith Richards requintea incendiariamente, el público baila enloquecido, y Jagger aúlla, se hinca y se tira al suelo arrastrándose como poseso golpeando al suelo; luego, como parte de su ritual, procede a quitarse la camisa y, al levantarse se descubre que los brazos y el pecho los tiene pintados con demonios y la representación del diablo, para luego seguir bailando con una energía sobrenatural. Al final se acerca retadoramente a la cámara. Sobra decir que recibió una fuerte ovación.

Por ultimo, sentados entre el publico, se avientan la de “The Salt of the Earth”, un himno esperanzador de fines de los 60. Todo va muy bien, la gente cantando y balanceándose contentos. Se puede apreciar la felicidad de Jagger, satisfecho porque todo llegaba a su fin, cansado pero feliz porque el fue el eje y el motor que impulso todo el proyecto.
Lo chido se pone al final de la rola, donde se arma el desmadre por cortesía de los loquísimos Keith Moon, y Pete Townshend y compinches que los acompañaban. Todos se pusieron de pie, bailando como locos, aventándose, tirándose cojines…en fin, que estos eran el alma de cualquier fiesta y a pesar de llevar casi dos días sin dormir seguían echando relajo.

Y así es como termina este testimonio glorioso, un documental de un concierto inolvidable e irrepetible, el Circo de Los Rolling Stones.

¡Damas y caballeros, espero que lo hayan disfrutado!

THE END
En el 2004, fue lanzado como dvd remasterizado, con el audio remezclado e Dolby Surround. Realmente mereces tener esta joya en tu colección.
Aparte del concierto, incluye comentarios de Ian Anderson, Taj Mahal, Yoko Ono, Bill Wyman, Keith Richards, David Dalton (Rolling Stone), Marianne Faithfull, David Stark, Michael Lindsay – Hogg (director), y Tony Richmond (Director de fotografía)
También una entrevista muy interesante a Pete Townshend, y extras interesantes como tres canciones de Taj Mahal, dos ejecuciones clásicas del pianista Julius Katchen, una toma alterna de “Yer Blues”, otro dialogo entre Lennon y Jagger con el pequeño Julian fumando, una galería de fotos, un remix de “Sympathy for the Devil” por parte de Fatboy Slim, y un acto muy divertido de unos payasos.

En fin, realmente fue un milagro que este documento se haya preservado hasta nuestros días, ya que es un testimonio del espíritu que reinaba en esa época, de la camadareria, de un tiempo en que los artistas aun tenían libertad absoluta de hacer lo que se les viniera en gana, una época con grupos aguerridos que entregaban absolutamente todo en el escenario, un manual que todo músico o fanático que se diga roquero debe de ver y aprender.

* Publicado originalmente en la edición de diciembre de la revista electrónica DECIREVES


lunes, diciembre 08, 2008

TRIBUTO (CHAFA) A LENNON

Cuando se acaban las palabras ya no existe la forma de describir lo que amas, lo que admiras. Eso sucede con Lennon, es tanta nuestra amiración y devoción por este personaje aún a 28 años de su trágica muerte, es tanto lo que se ha escrito sobre él, que ya no sabes como sorprender a los lectores, ni siquiera puedes sorprenderte a ti mismo, y lo que escribe uno, es lo mismo que escriben los demás, es la misma gata pero revolcada.

Trataré de ser diferente, aunque me vea chafa y pretencioso. Lo hago porque Lennon es uno de mis heroes. Mis heroes nunca han sido personajes que gusten de matar, asesinar, o dañar a su projimo. No, mis heroes gustan más de tomar una guitarra, una pluma, su pensamiento, un pincel, una cámara, su voz como arma, y no un fusil, una bomba, una granada.

Por eso, aunque sé que las criticas, las burlas caeran sobre mí, tengo que hacerlo. Aquí tres videos en exclusiva para Lennon, no para ustedes. Si es que me ves desde el más allá, Lennon, sabes que lo hago con todo mi amor, dolor y admiración porque yo siento y vivo tus letras, tu música. Tu vida fue muy semejante a lo que yo vivo, y creo que tenemos los mismos traumas. Pero sobre todo, te admiro como el gran músico sensible que fuiste, las grandes obras que creaste.

No creo que te revuelques en tu tumba, a diferencia de otros que graban canciones en tu nombre, pero reciben lana por hacerlo, yo no recibo ni un solo centavo, y si pudiera yo pagaría si tuviera dinero para pararme en un escenario y poder cantar tus rolas.

Si los roqueritos mexicanos homenajean y destrozan canciones del gran Tin Tán, del maestro Juan Gabriel, o de José Alfredo Jimenez sin ningun respeto, ¿Por qué no habría yo, un verdadero fan, un seguidor y admirador de Lennon de tratar de cantar y tocar su música a mi manera y con mis limitaciones?
Al menos yo si soy sincero.

Con todo mi cariño, y haciendo el rídiculo, he aquí tres videos con tres rolas de Lennon: Isolation, I'm So Tired, y I'm The Walrus.

Perdonen por mi horrible y nasal voz, por mi forma chafa de tocar la guitarra y sobre todo mi pésimo ingles extraterrestre. ¡Que los abominen!







martes, octubre 28, 2008

RADIOHEAD: UN CLÁSICO DE NUESTRO TIEMPO


No se puede hablar de Radiohead sin extremismos ni medias tintas; es un grupo que desata pasiones para bien y para mal, lo cual hace que muchas veces se pierda la objetividad. A Radiohead, lo detestas o lo amas. No puedes permanecer ecuánime e indiferente ante ellos.

¿Qué es lo que tiene este grupo inglés que hace que muchos los tachen de sobrevalorados y vacas sagradas; y otros en cambio, los tengan en un nicho inalcanzable, intocables como dioses bajados del Olimpo?

Tratando de ser ecuánime y objetivo, (pues confieso que mi corazón está del lado de los que aman y sobrevaloran a la banda,) diré a favor de Radiohead que es un grupo que tiene todos los elementos necesarios para ser considerados todo un clásico. Un grupo clásico de rock en toda la extensión de la palabra, al nivel de un Elvis, de The Beatles, de The Rolling Stones, Pink Floyd, Led Zeppelin, Ramones, Queen, Nirvana, Jimi Hendrix, Bob Dylan, The Doors y Janis Joplin.

Después de la irrupción del punk a fines de los 70, el cual tuvo su auge, decadencia y muerte, la música entró en un estado somnoliento de crisis y conformismo, el cual parecía no tener fin. Todo auguraba que el rock estaba a punto de morir.

Sin embargo, el bienio 1991-1992 fue fundamental para reavivar al rock.
Tres canciones y tres grupos fueron los encargados de dar la bocanada necesaria para reanimar al moribundo rock.
Nirvana con “Smells like teen spirit” fue el detonante, y aunque ellos reactivaron económicamente a la industria, su aportación principal fue la actitud y rebeldía. Actitud rockera antisistema, representada muy bien por su líder, el malogrado Kurt Cobain, que lo que menos deseaba era convertirse en un rock star.
El siguiente grupo fue Metallica con “Enter Sandman” y su álbum negro. Ellos reinventaron y refrescaron el heavy metal, para bien y para mal. Pero, lo más importante extramusicalmente hablando, fue que nuevamente los medios de comunicación y las masas voltearan al rock.
Por último, un grupo desconocido de Oxford, Inglaterra llamados Radiohead. “Creep” es la canción que los puso en oídos de todo mundo, la cual viene incluida en su primer álbum, Pablo Honey.
Aunque es la mejor canción del disco, y todo pintaba para que fueran la clásica banda “one hit wonder” (imaginad a Radiohead en las clásicas listas como esta: http://es.wikipedia.org/wiki/100_Greatest_One-hit_Wonders ), lo cierto es que esta canción es todo un himno generacional junto a la de “Smells like teen spirit”, y retrata a la perfección la soledad, el abandono, la depresión y el espíritu noventero, de los llamados alguna vez Generación X.
Si Nirvana aportó el corazón y alma, Metallica el temple para los negocios, Radiohead aportó el cerebro y la inteligencia.

UNA BANDA ANTICOMPLACIENTE E IMPREVISIBLE

Todos sabemos la historia de los grupos ingleses. Sacan un disco y son la gran maravilla, la mejor banda de todos los tiempos, y otras babosadas que sólo los ingleses se tragan (y uno que otro mexicano). Ese cuento ya lo conocemos al dedillo, y el tiempo se encarga de poner todo en su lugar, lo único que cambia es el nombre (llámense Franz Ferdinand, Libertines, James Blunt, Artick Monkeys…)
Cuando todo parecería que algo semejante sucedería con Radiohead, en 1995 nos callaron la boca con su primera obra maestra: “The Bends”. Y aquí viene algo desquiciante y a la vez apasionante, algo que hace diferente a Radiohead de otros grupos (llámense U2, Deff Leppard, Motley Crüe, Bon Jovi…), mientras la mayoría sólo les gusta quedar bien con sus fans, complacerlos y así asegurarse su futuro económico, importándoles un bledo su credibilidad musical y patetismo (¡Saludos a Jaguares!), a Radiohead en cambio, les importa un bledo lo que sus fans pidan o reclamen.
Esta es la verdadera esencia de un artista: hacer lo que se les de la gana, bien o mal, feo o bonito, agradable o espantoso…eso no importa, el arte es primero, y las recompensas, si las hay vienen después. Si nunca llegan que diablos importa. Lo importante es hacer lo que uno quiera y eso es lo que ha hecho Radiohead.

Pues bien, cuando todos creían que Radiohead iba a repetir la fórmula “Creep”, nos salieron con The Bends, un álbum introspectivo, desgarrador, melancólico, delirante, guitarrero. Como en toda guerra hubo bajas. Los más aferrados a los viejos tiempos decidieron desertar; pocos permanecieron fieles, pero muchos novatos se unieron a las filas.

EL QUE PEGA PRIMERO PEGA DOS VECES

En 1997 sacaron OK Computer, para muchos, la obra maestra del quinteto de Oxford. Un álbum inigualable, de los que tenía tiempo ya no se hacían, y difícilmente se hacen ahora.
Radiohead tenía ahora sí al mundo rendido a sus pies, críticos y público por igual. Las alabanzas no paraban: los comparaban con grupos legendarios como Queen y Pink Floyd, por la estructura de letras y canciones. Allí está “Paranoid android” con sus 6:23 minutos de duración el cual fue lanzado como sencillo. Todo un desafío a la industria.
A partir de ahí, Radiohead era todo un ejemplo a seguir. Un grupo influyente (una de las características de un grupo clásico), de una enorme cauda de clones que trataban de ser como ellos (The Divine Comedy, Travis, Sigör Ros, Coldplay, Elbow, Keane, Muse…)
Sin quererlo, Radiohead había inventado un nuevo subgénero musical. Algunos se estancaron en él, otros se proclamaron reyes de las baladas desgarradoras acompañadas de pianos y guitarras aderezadas con una pizca de tristeza, y muy pocos han podido quitarse el sello radiohediano y construir su propia historia y estilo.
Por su parte, en el 2000, mientras todos explotaban esta nueva veta, los originales y creadores de este subgénero, renegaban de su creación, renegaban del rock y de las guitarras, y nos entregaban Kid A, un álbum de música electrónica, abstracta. Un disco bello, enigmático, fascinante, misterioso, pero a la vez muy cálido.
Una nueva bofetada a los fans y a la industria: ecos de Miles Davis, John Coltrane, Oliver Messiaen, experimentaciones, clics, ritmos electrónicos, ondas Martenot, máquinas de ritmo, trompetas, trombones, computadoras…Toda una belleza auditiva.
Radiohead se adelantaba a los demás y nos mostraba un pedacito del futuro. Sobra decir, que aún sin promoción, el disco fue todo un éxito.

Todos esperaban que Radiohead volvería a sus orígenes, pero, en el 2001 la banda lanzó Amnesiac, un disco emparentado con Kid A. Parecía que el grupo había quedado enamorado de la electrónica, y las guitarras eran cosa del pasado. Una nueva bofetada a los fans.
En Amnesiac el cambio era aún más radical. La voz de Yorke es desolada y a veces inaudible. Los versos de las canciones son totalmente alucinados, misteriosos y muy crípticos, y la música que los enmarca da un resultado escalofriantemente hermoso.

En el 2003 se reinventan una vez más, y por fin vuelven a sus raíces. Hail to the thief es su disco más politizado, más angustiante y depresivo, pero también el más guitarrero y accesible.
Es el summum de toda la discografía radiohediana ya que toma elementos de todos sus discos anteriores: el rock ligero de Pablo Honey lo encontramos en temas como “There there”, el rock pesado y desgarrado de “2+2=5” no hubiera desencajado en lo absoluto en The Bends, la triste y melancólica “I Will” o la alucinante “Sail to the moon” tienen todo el sello del Ok Computer, “Backdrifts” de Kid A, y las más abstractas “Sit Down, stand up” y “Myxomatosis” hubieran encajado perfecto en el experimental Amnesiac.
Hail to the thief, es a mi parecer el mejor disco para acercarse y conocer a Radiohead.

El año pasado, el grupo lanzó In Rainbows, su último disco de estudio, ya sin el cobijo de una transnacional. Sin embargo, a pesar de su gran calidad, la música ha sido relegada a un segundo lugar especialmente por la forma innovadora con la que el grupo vendió su trabajo. Dándole la espalda a las disqueras, el grupo vendió su disco en formato mp3, vía electrónica, directamente y sin intermediarios. El experimento resultó exitoso, a pesar de que cada internauta pagaba lo que consideraba justo. Cerca de un millón de compradores pagó en promedio ocho dólares, o sea que en las primeras 72 horas de venta, el grupo se embolsó unos ocho millones de dólares. Nada mal.
Eso era tan sólo los impacientes y amantes de la tecnología. Los que añoran aún el placer de quitar el celofán aun disco sólo tuvieron que esperar un poco de tiempo para tener el disco en compacto. A pesar de haber sido descargado meses antes millones de veces, el disco compacto debutó en primer lugar de ventas en el Reino Unido.

EXIT MUSIC (FOR A POST)

¿Qué es lo que sigue? No lo sabemos, tal vez ni ese monstruo de cinco cabezas llamado Radiohead lo sabe. Lo único seguro es que ellos saben que los ojos y la tención del mundo está sobre ellos. También es seguro que de nuevo nos den una sabrosa cachetada; o quizá, vuelvan a los orígenes, con algo elemental y todos nos quedemos sorprendidos con algo que sabemos podría suceder; quizá en el futuro nos tengan otra obra maestra, otro Ok Computer, no sabemos que ideas maquiavélicas se estén gestando en los cerebros de estos genios. Es difícil ser un genio, saber que miles de críticos y detractores están esperando a que des un paso en falso y caigas para burlarse de ti. Ellos lo sabe bien, pero al final creo en que saldrán bien librados no importando la decisión que tomen. Al fin los genios siempre están adelantados a su tiempo, y ellos lo han demostrado varias veces.

Radiohead ha demostrado estar a la altura de los clásicos. Y lo mejor, es que sin sacrificar sus convicciones musicales, sin perder credibilidad, estando en una transnacional han salido victoriosos. Los han hecho ganar mucho dinero, han ganado mucho dinero, se han hecho millonarios. Han cumplido con las expectativas de los críticos y fanáticos, han hecho excelentes discos, han mandado a la goma a su disquera (muchos grupitos lo que más anhelan en su vida es tener un contrato discográfico), han regalado su disco y su integridad sigue intacta e íntegra.

Eso es lo que los hace grandes, influyentes y clásicos. Disfrútenlos, y sintámonos una generación privilegiada: si en los 60 los jóvenes tenían a The Beatles, Dylan y Hendrix, en los 70 a Led Zeppelin y Pink Floyd, los 80 presumían a Police, U2 y Depeche Mode, los 90 a Nirvana. Nosotros, los del nuevo milenio no veo porque tengamos que envidiar a las épocas pasadas si tenemos un grupo de los tamaños de Radiohead.

* Publicado originalmente en la revista electrónica: DECIREVES la cual recomiendo ampliamente en especial por las grandes personalidades que escriben, todos grandes bloggeros entre los que se encuentran el buen Rogelio Garza, el Alterego y el Oso Polar.

PD Apenas voy saliendo de la depre.
PD 2: Este artículo fue escrito antes de que se conociera la noticia del probable retorno de Radiohead a nuestro país. Al parecer ahora sí es verdad, y ya lo veremos el próximo año, si no, seguiremos como Vladimir y Estragon en su larga espera a Godot.

lunes, septiembre 08, 2008

COWBOY JUNKIES: THE TRINITY SESSIONS



Hace 20 años en Canadá, mucho tiempo antes de que existiera una banda llamada Arcade Fire, hubo un grupo de Ontario llamado Cowboy Junkies, quienes en 1988 lanzaron al mercado un disco tan inmaculadamente hermoso y celestial. El nombre del álbum era The Trinity Sessions; y aunque es uno de los discos más bellos jamás grabados, es al mismo tiempo uno de los más injustamente ignorados y desconocidos. Quien no lo haya escuchado nunca, no sabe de lo que se pierde.



El grupo fue formado en el año de 1985 por Michael Timmins (guitarra) y su amigo de infancia Alan Anton (bajo); más adelante se les unieron Peter Timmins quien se encargó de la batería, y Margo Timmins que ocupó el puesto de cantante.
Los tres hermanos Timmins venían de una familia dedicada al mundo del entretenimiento. Tenían otra hermana llamada Cali, la cual era actriz y saltó a la fama con la serie televisiva Ryan’s Hope. Los cuatro, junto con John Timmins (otro hermano) eran descendientes de Noah Timmins, un explorador minero y fundador del pueblo que lleva su apellido.

Aunque tenían muchas influencias country y sureñas en su música, los Timmins y compañía no eran para nada vaqueros ni mucho menos adictos a ninguna clase de drogas, si acaso a la música. El nombre Cowboy Junkies lo eligieron al azar, ya que se aproximaba una gira.

En 1985 lanzaron su primer disco llamado Whites off earth now!! Cabe mencionar que Margo era muy tímida, jamás había cantado en público, pero eso no impidió que su voz frágil, delicada y melancólica impregnara de belleza cada tema grabado.
1988 fue el año de su consagración al lanzar el mejor disco de su carrera, su obra maestra. El inconmensurable The Trinity Sessions. Una muestra palpable del esfuerzo humano; un claro ejemplo que demuestra que cuando sobra el talento, la imaginación y el amor al arte, se pueden lograr grandes cosas con pocos recursos.

La historia detrás de la grabación es por demás curiosa. Los Timmins persuadieron a los oficiales de la iglesia de la Santísima Trinidad de Toronto para que los dejaran grabar el disco en el interior de la misma, claro que para esto tuvieron que inventar que estaban grabando un especial de navidad para la radio, y pagar $250.00 dólares por sesión.
La grabación comenzó el 27 de noviembre de 1987. La iglesia fue elegida por el efecto natural de reverberación, algo que logró darle un toque muy intimista al álbum.
Todo fue grabado con un solo micrófono; eso, aunado a una limitadísima pero excelente producción por parte de Peter Moore, dio como resultado un álbum cautivador, cálido, intimo, exultante, inclusive aterrador, pero sobre todo muy gozoso.



El álbum comienza de una manera excelente con Mining for Gold, interpretada por Margo Timmins totalmente a capella. Las atmósferas de este himno transmiten una sensación de estar suspendidos en el tiempo sobre una montaña.
Apenas termina esta canción, cuando entra una armónica ejecutada magistralmente por Jeff Bird (mandolina, violín), y el rasgueo sencillo de la guitarra acústica de Michael. Juntos arropan las bellísimas voces de Margo y John Timmins (guitarra, voces de apoyo), y el acordeón de Jaro Czwewiner. Juntos recrean la hermosa Misguided Angel.
El tercer track es un homenaje a Elvis Presley y a la clásica “Blue Moon”. Es una vuelta de tuerca, una mezcla de la original combinada con una nueva canción. El resultado se llama “Blue moon revisited (song for Elvis)”, la cual incluye un gran bajeo circular de Alan Anton.
I don’t get it, es un country oscuro, muy sensual y cabaretero. Una especie de Portishead con sombrero y botas. Enigmático y cautivador. Con una armónica aullante cortesía de Steve Shearer, toques de jazz y un excelente solo de guitarra.
Le sigue a este tema, una revisión de I’m so lonesome i could cry del gran Hank Williams. Una magnífica interpretación minimalista en donde destaca el bajo de Anton, la batería casi imperceptible de Peter, pero sobre todo las guitarras de Kim Deschamps (pedal steel, dobro, slide), y la voz de Margo, cuya interpretación tan sentida y convincente podría hacerte cortar las venas, o al menos llorar tus penas con un vaso de alcohol.
To love is to bury en cambio, es un tema muy tranquilo y evocador, en las que destacan el acordeón de Jaro Czwewiner, el violín de Jeff Bird, y la guitarra slide de Kim Deschamps quien realmente se lució en este disco.
La discreta 200 more miles, es un pequeño himno desapercibido, una joya con tintes oscuros, un tema minimalista en lo que importa más es la letra.
Dreaming my dreams with you es una especie de vals. Toda una belleza, es quizá el tema más luminoso de todo el disco.
Working on a building es uno de los mejores temas. Una especie de jazz rock progresivo, el cual da la sensación de que en cualquier momento va a explotar, pero siempre logran contenerse en el borde.
El track 10, es un cover de Sweet Jane, la famosa composición de Lou Reed; si la original suena muy dulce y festiva, la versión de Cowboy Junkies suena tan triste. Me atrevo a decir que es incluso superior a la de Reed. Esta versión fue incluida en el soundtrack de Asesinos por Naturaleza (Natural Born Killers) de Oliver Stone en 1994, lo cual los catapultó más a la fama.
La penúltima canción es Postcard Blues, otro tema absolutamente minimalista, el cual sólo incluye una armónica por parte de Steve Shearer, una guitarra, y la voz de Margo. Un blues primitivo, totalmente oscuro y aterrador.
Walking alter nigth cierra con broche de oro esta obra maestra. Un blues con todas las de la ley. Si el tema anterior destacaba por su austeridad, este en cambio, está dotado de una rica instrumentación; un gran tema de despedida, un gran finale el cual parece haber sido grabado más que en una iglesia, en un cabaret de mala muerte.

52 minutos de emociones puras capturadas en un pedazo de plástico o vinil. Altamente recomendable para almas solitarias y corazones rotos. No apto para depresivos y suicidas.

CODA

Cowboy Junkies es un excelente grupo. No lo dudo para nada. Ha entregado grandes discos después del Trinity Sessions:
The Caution Horses, 1990
Black Eyed Man, 1992
Pale Sun Crescent Moon, 1993
Lay It Down, 1996
Miles from Our Home, 1998
Waltz Across America, 2000
Open, 2001
In the Time Before Llamas, 2003
One Soul Now, 2004
Early 21st Century Blues, 2005
At the End of Paths Taken, 2007
Trinity Revisited, 2007

Sin embargo, por una extraña razón, su álbum Trinity Sessions los estigmatizó como una banda de culto. Más que bien, llevar este apelativo es un mal que las bandas tienen que soportar. Es algo que los limita, encuadra, encierra; una especia de ratonera, un hámster en una rueda que por más que haga no puede salir de allí.
Aunque tienen el consuelo de una enorme cauda de fans que siempre estarán allí apoyándolos en las buenas y en las malas, comprando todos los discos, y que siempre estarán presentes en todos los conciertos.
Los Cowboy Junkies seguirán haciendo buena música, no lo dudo, como dudo que logren superar un disco excelso como The Trinity Sessions.
Sólo queda apelar a los buscadores musicales que se sumerjan en la discografía cowjunkiesca, que los conozcan, que los disfruten, que los difundan, porque esta banda canadiense es mucho más que una simple banda de culto.
Para terminar, aqui una pequeña probadita para que los disfruen. Cinco excelentes temas, y si les gustan, no duden para nada conseguir el disco completo:


SeeqPod - Playable Search

Atención a todos los fans de los Gatitos, perdón, a los fans de Nacuares, perdón otra vez, fans de Jaguares, para el próximo fin de semana este blog les tiene preparada una agridulce sorpresa así que no dejen de leernos y corran la voz.

miércoles, abril 02, 2008

GUITAR HERO: ONE




Hace 20 años el mundo era totalmente diferente al que vivimos hoy en día:
Faltaba un año para que cayera el infame e ignominioso muro de Berlín. Nuestros vecinos del norte y el mundo entero padecíamos la dictadura neofascista del ruco conservador y ultraderechista Ronald Reagan. En Seúl se celebraban los juegos olímpicos. Y las Torres Gemelas aún se alzaban impotentes, majestuosas y orgullosas en Nueva York, nadie se imaginaba que no durarían eternamente.

Los millonarios nos presumían unos celulares del tamaño de un ladrillo, el Internet estaba aún en pañales, y no tenía el auge que hoy tiene. No había mp3, ni ipods, los blogs, you tube, y myspace sólo existía en la mente de algunos locos soñadores, pero tendrían que pasar muchos años para que alguien aterrizara estas ideas. MTV todavía mandaba y aún tenía mucha credibilidad.

La imposición de un presidente fraudulento como Felipe Calderón no es algo nuevo; en esos años gracias a “que el sistema se cayó”, un señor orejón, de bigotito, pelón, de uñas largas y cola pisable aún más larga cuyo nombre innombrable no quiero acordarme, se erigía (o nos lo imponían democráticamente) como presidente de nuestra amada República Bananera (viéndolo bien, las cosas en nuestro país no cambian).

En el aspecto musical, México sufría la invasión de grupos españoles y argentinos que nos venían a “enseñar a tocar rock”. Eran los tiempos del Rock en tu Idioma.

Sin embargo, en Estados Unidos poco a poco un género musical revitalizaba la industria con vigorizante salud y poderío: El Heavy Metal en todas sus variantes.
Ese año, un grupo de la bahía de San Francisco, llamado Metallica se levantaba de las cenizas cual ave Fénix y nos entregaba su cuarto opus titulado…And Justice For All.

A estas alturas. Metallica ya era un icono, una leyenda, un transformador de la música. Lo habían demostrado al ser parte de una escena que había creado el trash metal, junto con grupos brutales y despiadados como Megadeth, Exodus, y Overkill.
Tenía en su haber ya tres discos: su debut atronador y contundente como martillazo en la cabeza Kill’em all, esa piedra de toque y fundamental del trash que es Ride the Lighning, y su obra maestra que es Master of Puppets de 1986.

Cuando el grupo parecía que al fin tendría el reconocimiento masivo, la tragedia tocó a sus puertas: En una de sus giras por Suecia, mientras viajaban por carretera, el autobús que los transportaba se volcó por lo congelado del asfalto, aplastando a su bajista Cliff Burton, una leyenda tanto por su muerte prematura (sólo tenía 24 años), su gran carisma (era el alma de Metallica), y por ser un gran virtuoso de su instrumento.

Sin embargo, la banda tuvo el poder de seguir adelante, incorporando al gran Jason Newsteed quien venía de Flotsam & Jetsam.
Juntos grabaron una obra ambiciosa, intricada, muy experimental y que rayaba casi en lo conceptual.
Nueve canciones conforman…And Justice for all. Todas ellas verdaderas obras maestras difíciles de aprehender a primera oída, lo cual obliga a escuchar varias veces el disco para descubrir, disfrutar todos sus recovecos misteriosos y enigmáticos.
A pesar de que las canciones eran largas y muy complejas, una de ellas, One de 7:24 de duración se coló hasta las listas de popularidad.
En parte de debió a su temática y al video que acompañaba a la canción.
Las imágenes en blanco y negro fueron extraídas de la película Johnny tomó su fusil de Dalton Trumbo, la cual cuenta la historia impactante de un soldado que va a la guerra, y que pierde brazos y piernas a causa de una granada.
La letra habla de la frustración y el dolor de Johnny debido a perderlo todo.
Acompañando toda esta agonía e imágenes desoladoras, está la música estruendosa, apocalíptica de Metallica.

Kirk Hammet (ex Exodus), quien sustituía al talentoso pero conflictivo Dave Mustaine (quien se fue para conformar Megadeth), ya había demostrado su virtuosismo y poderío en la guitarra en cortes como “Fade to black”, “The call of Ktulu”, “Battery” o “Masters Of Pupetts”, pero es en esta canción, que sus notas y arpegios que arranca en su guitarra se complementa perfectamente con la historia y la letra.
La canción empieza con el sonido de una ametralladora, explosiones, un soldado gritando, y el ruido de un helicóptero.
Kirk Hammet empieza unas florituras sobre un riff arpegiado que nos remiten a una aparente y engañosa calma.
Más adelante, la canción transcurre en un sube y baja que nos lleva de la calma a la furia, y viceversa.
Después de un puente instrumental, a los 4:35 empieza la furia a volcarse. El bajo de Jason, la batería de Lars Ulrich, y los riffs de guitarra de Hammet simulan el sonido de una ametralladora, y enmarcan perfecto la voz de James Hetfield que realmente descarga toda la ira, furia, amargura, frustración, dolor y desesperación de Johnny en frases como: “Now the world is gone/ I'm just one/ Oh God, help me/ Hold my breath as I wish for death/ Oh please God, help me”.

Conforme la canción avanza, se va volviendo todo un caos sonoro y frenético, y el ritmo se vuelve más rápido, y a los 5:40 los poderosos redobles de Ulrich marcan la entrada para que Hammet demuestre su virtuosismo, y velocidad en un largo solo lleno de progresiones que rayan en lo clásico, haciendo de esta obra un clásico atemporal.

One, una canción desgarradora, el soundtrack perfecto de un soldado. La confirmación de Hammet como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos.

Sí, hace 20 años Metallica hacía discos ambiciosos, poderosos, arriesgados y sin concesiones. Hoy, el Metallica que conocemos ya no es la sombra de lo que antes era.



domingo, enero 13, 2008

GUITAR HERO: WANTED, DEAD OR ALIVE *


Para 1987, Bon Jovi, era tal vez la banda más sobresaliente de la escena californiana conocida como hair metal o glam metal: un movimiento en el que predominaba más la estética visual sobre lo estrictamente musical.
Bandas como Ratt, Twisted Sister, Cinderella, Motley Crüe…vivían sus quince minutos de fama. Ataviados con mallones ajustados y coloridos, tenis de bota, pantalones rotos, playeras holgadas, maquillaje excesivo y largas melenas. Los vocalistas tendían al amaneramiento, con veces chillonas y poses ridículas.

A la distancia, pocos discos son rescatables, y sólo un puñado alcanzan el estatus de de clásicos. De las bandas, ni hablar: algunas sobreviven tocando en bares y tugurios de mala muerte para nostálgicos aferrados al pasado; otros, han sido resucitados de sus tumbas (de donde nunca de debieron haber salido) por MTV, como es el caso de los patéticos de Motley Crüe.

Bon Jovi, aunque pertenecía a esa escena (aunque ellos eran originarios de New Jersey), a diferencia de sus contemporáneos, se desligaba de ellos al aplicar más calidad a su música, a recurrir y abrevar de las raíces negras del rock y a dejar a un lado la teatralidad.
A pesar de ser Jon Bon Jovi (el cantante y líder de la banda) un metrosexual abierto, supo rodearse de grandes músicos, nunca dejo de grabar discos, y hasta la fecha sigue haciéndolo.
Criticado por comercial, complaciente y repetitivo, sin embargo nunca se ha traicionado. Siempre han sido fieles a sus raíces, y sus discos aunque a muchos no les agradan, son garantía de calidad y buen disfrutable rock and roll.

Wanted, dead or alive, es una balada rock riquísima de aires country. Perteneciente al excelente y multiplatino álbum Slippery when wet de 1987. Tercer sencillo de este gran disco, cuya letra está llena de imaginería vaquera y western. En ella, Bon Jovi compara la vida en el camino de una banda de rock con la de un desadaptado vaquero de las praderas, que vive fuera de la ley.

La canción empieza con una atmósfera siniestra y de suspenso, que es rota por los arpegios descendentes de la guitarra de Richie Sambora, guitarrista de la banda.
Richie Sambora, ejecuta con maestría la guitarra acústica y domina a la perfección las técnicas del fingerpicking y del slide, con los cuales logra tranportarnos al viejo oeste.
El tema transcurre contenido como una simple balada, hasta que a los 2:45 minutos restalla la guitarra eléctrica de Sambora en un pequeño pero efectivo solo.
La popularidad de esta canción fue tal que fue retomada en el año de 1990 en el seudo soundtrack Blaze Of Glory, del filme Young Guns II.

Sin embargo, la importancia de esta composición radica de que en el año de 1989, Bon Jovi y Richie Sambora la interpretaron a dos guitarras acústicas en los MTV Video Awards de ese año. Tanto el público como los directivos de ese canal quedaron fascinados por la interpretación, lo cual los motivó a crear el concepto de los famosos MTV Unplugged, de los cuales Bon Jovi fueron los primeros en grabar su “Evening with Bon Jovi”.
Así, está canción quedó para la posteridad, desmarcó a Bon Jovi de las otras banditas de su época, dieron el salto final al mainstream, y Richie Sambora se consolidó como un gran guitarrista que bebía, conocía y dominaba las mismas fuentes primigenias del rock.

Con ustedes, damas y caballeros, niños y niñas, perros y gatos, caramelos y bolitas: Bon Jovi y Wanted, Dead or Alive:



* Imagen ideada por el Mexican Hobbit, pero diseñada por Luis Alberto Gonzalez Macias alías, el Oso Polar, el Beatnik, y el Comegalletas. Un agradecimiento por esta obra de arte del art nacó, y felicidades por haber sido publicado de nuevo en La Mosca en el Rincón del Oso...perdón, el rincón de los lectores.

Nota: La imagen es en broma. Nadie me busca, y si llegan a matarme por esta foto, nadie les dará ni un pepino por mi cabeza.

sábado, diciembre 08, 2007

GUITAR HERO: CEMETERY GATES



Parece que el ocho de diciembre es una fecha marcada por la fatalidad.
Hace ya 27 años en un lugar de la Gran Manzana, un loquito de cuyo nombre no quiero acordarme decidió acabar a balazos con la vida de John Lennon.
También un ocho de diciembre pero del 2004, hace ya tres años, otro loquito llamado Nathan Gale decidió matar al enorme guitarrista Dimebag Darrell, en pleno escenario, mientras promovía su álbum debut New Found Power de su grupo Damage Plan.

Ya para estas alturas, Dimebag era una leyenda viva del metal, al nivel de otros superdotados como Kirk Hammet, Zakk Wylde o el malogrado Randy Rhoads.
Darrell había fundado y pertenecido a una de las más grandes bandas de rock de todos los tiempos. Una de las más pesadas, agresivas y populares: Pantera, donde se destacaba como un gran guitarrista. Célebre por sus potentes riffs, y por poseer una gran inventiva y variedad estilística que lo separaba de los cientos de guitarristas que hoy pululan en el aburrido y abominable nü metal.
(Muchos grupos de este (de) género abrevaron y tienen como padre en línea genealógica a Pantera y tal vez en línea indirecta al álbum negro de Metallica).

Su consolidación como guitarrista de culto iba en aumento, sin embargo, las constantes giras, los escándalos, borracheras, drogas, etc., sometieron al grupo a una enorme presión, lo cual provocó que el vocalista Phil Anselmo decidiera formar un nuevo proyecto llamado Superjoint Ritual, mientras que los hermanos Abbot (Vinnie Paul y Dimebag) anunciaban la conformación de un nuevo grupo al que bautizaron como Damage Plan, dando esto como resultado el rompimiento de Pantera.

Ya por su lado, los hermanos Abbot reclutaron a Patrick Lachman (ex guitarrista de Rob Halford y Diesel Machine) como vocalista, y Bob Kakaha en el bajo; además contaron con la colaboración de Corey Taylor (Slipknot) y Zakk Wylde (Ozzy Osbourne).

Todo parecía ir de maravilla y se vislumbraba una nueva etapa, y un gran porvenir para el grupo. New Found Power había tenido una buena recepción entre la crítica y los fans.
Todo fue cortado de tajo ese ocho de diciembre mientras el grupo promovía su disco en el Alrosa Villa Club de Columbus, Ohio.

Sin embargo, todos recordaremos la gran aportación de Dimebag Darrell a la música.
Como muestra, está “Cemetery Gates”, lo más cercano a una balada hecha por Pantera, un grupo que nunca dio concesiones gratuitas, que nunca traicionó sus raíces musicales como otros lo han hecho.
En Cemetery Gates podemos escuchar la gran inventiva de la guitarra de Darrell, la forma en la cual pasa de la más introspectiva calma, hasta sus tempestuosos riffs.

Y van de plus, otras dos rolas que siempre están presentes en las listas de los mejores solos de guitarra, cortesía de Dimebag Darrell: Cowboys From Hell y Walk.

Dimebag se fue, pero cada vez que escuchamos un disco de Pantera, un vaquero texano procedente del infierno llega con sus notas a recordarnos que sigamos caminando hasta encontrar las puertas del cementerio.



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domingo, octubre 14, 2007

GUITAR HERO: THE KISS






“Bésame, bésame, bésame
Tu lengua es como veneno”
The Kiss – The Cure.

Antes que nada quiero advertirles que no soy ni nunca he sido fan de hueso colorado de The Cure. Conozco su biografía, sus discos fundamentales, pero nunca me he clavado en la música de Robert Smith, y los acompañantes que ha tenido a lo largo de su carrera.

Tengo por ahí el oscurísimo Faith, el Pornography, el Kissme kissme kissme, el Disintegration, el Wild Mood Swings, y mi amigo el Spiderman (nada que ver con el súper héroe) me regaló el excelente concierto en dvd Trilogy, en vivo desde Berlín, donde La Cura se avienta completito Pornography, Disintegration y Bloodflowers.
Mi disco favorito es Disintegration. Las canciones curescas que más me gustan son “Killing an arab” (con esa guitarra de aires arabescos), las bellísimas “Just like heaven”,Pictures of you”, “Lovesong”, y sobre todas ellas, la que disfruto horrores cada que su letra y música penetran mis oídos es “Lullaby”. Hasta ahí llega mi admiración por The Cure.
Sin embargo, hay una rola que desde la primera vez que la escuché, atrapó todos mis sentidos y se quedó para siempre en mi subconsciente: “The Kiss”.






Antes, quiero hablar un poquito de Robert Smith, aquel chico británico que en su Navidad número trece, lejos de recibir un trenecito, unos soldaditos, un balón de fútbol, un rifle de juguete, su padre decidió darle una guitarra. Más después, con otros chicos de su escuela (entre los que se encontraba el que sería tecladista oficial de The Cure por muchos años, el gran “Lol” Tolhurst”) formaría su primera banda llamada The Obelisk, el cual les servía de pretexto para faltar alas clases de religión.

Bien, este carismático frontman y líder de una de las bandas más influyentes del rock, propulsora de un género como el dark pop, siempre se le ha considerado un excelente letrista, un gran cantante apasionado, que deja su alma y su voz en cada canción y en cada concierto; por algo siempre figura en la lista de grandes cantantes al lado de Robert Plant, Janis Joplin, Freddy Mercury, Jarvis Cocker, Thom Yorke, Roy Orbison
También es adorado sobre todo por su presencia escénica. La imagen que proyecta ha sido copiado hasta la nausea por miles de seguidores y de bandas (recordad en los ochenta a Soda Stereo y a Caifanes): Su cabellera despeinada, el maquillaje tétrico, el lápiz labial descorrido, la omnipresente ropa negra, la pose de poeta maldito e incomprendido (aunque Robert dista de ser un ente sombrío, al contrario es un ser luminoso y completamente feliz). Todo ello le ha dado un aura mágica y misteriosa.
Pero, todo eso ha opacado y eclipsado muchas veces la música que el hace, y sobre todo su labor como instrumentista.

Robert Smith no es sólo líder, cantante, frontman, escritor de canciones; no, Robert Smith es ante todo un músico; uno más en el engranaje perfecto que es The Cure.
Es un gran guitarrista con características muy particulares. No es un virtuoso, ni tampoco se destaca por crear solos vertiginosos, rápidos, complejos y muy técnicos.
Su poder radica en las atmósferas sombrías, en los acordes oscuros y de ultratumba que le arranca notas melancólicas y que muchas veces hace llorar a su guitarra.

The Kiss, el track número uno de su disco Kissme Kissme Kissme es un oscuro ejemplo de ello (no podemos decir claro).
Lo dije anteriormente. No soy un fan ni un conocedor profundo de The Cure. Quizá algunos seguidores reclamen de que está canción no contenga el mejor solo de guitarra del grupo.
Tal vez sea así, y les pido disculpas por mi ignorancia; pero, no pueden negar que en esta canción de seis minutos diecisiete minutos de duración es todo un delirio sónico in crescendo. La guitarra de Smith guía de principio a fin toda la canción y nos hace recorrer toda una amplia gama de emociones.
Sin demerito alguno de los otros miembros, la verdad su aportación instrumental sólo sirve de esqueleto y complemento rítmico, donde la verdadera estrella es la guitarra friqueante de Robert.
Parecieran que son los estertores de un alma que niega irse al más allá, mientras Robert Smith hace hasta lo imposible para matar a su guitarra.
Lo mejor es que aunque Robert canta, nunca deja de tocar su guitarra y la melodía de convierte en un larguísimo solo.
Entonces lo podemos escuchar gritar con anhelante deseo “I wish you were dead”, doble vez para que no quede ninguna duda de lo que quiso decir, y los sonidos de la guitarra parecen darle la razón.

The Kiss. Nunca antes se habían conjuntado perfectamente imagen, instrumento, música, letra, un ser fantasmal cuyo resultado es un cuadro aterrador y fascinante.

Damas y caballeros, con ustedes La Cura y esto que es The Kiss.

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domingo, octubre 07, 2007

GUITAR HERO: TEXAS FLOOD *





“Gracias por dejarme existir en esta dimensión, a cambio prometo transformar e iluminar la conciencia de las personas”
Stevie Ray Vaughan

Precisamente el 26 de agosto de 1990, este guitarrista texano partió a la eternidad a bordo de un helicóptero.
Sólo tenía 35 años y ya era todo un virtuoso, una leyenda viva. Amante del blues, y heredero directo de Jimi Hendrix. Un guitarrista con una técnica tan limpia y depurada, influencia de muchos guitarristas que hoy lo tienen en un altar.
Nacido en el sur de Texas, en la rancherosa y cálida Dallas, Texas un tres de octubre de 1954.
Desde pequeño demostró su gran amor por el rock, el blues, la guitarra y por Hendrix. Su pasión era tal que lo llevó a abandonar sus estudios para dedicarse por completo a la música.

Su primer grupo fue The Cobras, con los cuales tocaba en los bares y clubes de Austin, Texas.
Más tarde formaría Triple Threat, que cambiaría su nombre por el de Trouble Double (igual que la rola del bluesero Otis Rush).
Acompañado por los solventes Jackie Newhouse en el bajo, y Chris Layton en la batería (más adelante se les uniría el tecladista Reese Wynans), Stevie y Double trouble se volverían muy populares en todo Texas.

Su peculiar forma de tocar la guitarra fue admirada por David Bowie (quien tiene el don de descubrir cada maravilla) en el Festival de Montreux en 1982. Maravillado, lo invitó a participar en su álbum Let’s Dance.
En el año de 1983 graban su obra prima, el excelso Texas Flood. Este disco fue un éxito total que instaló al grupo en el Olimpo del rock. Después vendrían Couldn’t Stand the Water (1984) y Soul to Soul (1985), y el impactante documento en directo Live Alive de 1986.

Ya para esa época, Vaughan ya era todo un dios de la guitarra. Sin embargo, debido a las presiones de la fama cayó en las redes de la droga, y tuvo que ser internado en una clínica de rehabilitación.
Regresó en 1988 de nuevo a las giras. Al año siguiente grabó In Step que lo instaló de nuevo en las nubes. Todavía grabó junto a su hermano (el también virtuoso) Jimmie, el álbum Family Style en 1990.
Ese fatal año, la banda emprendería una extensa gira por todo Estados Unidos.
Lo último que hizo en la tierra, fue una apoteósica jam session en East Troy, Wisconsin, junto con Buddy Guy, Robert Cray y Eric Clapton.
Terminado el concierto, abordó un helicóptero que lo llevaría a Chicago. Cuenta la leyenda que Eric Clapton estuvo a punto de subir al aparato pero no lo hizo.
Al despegar, la nave se enredó en unos cables y cayó a tierra, muriendo instantáneamente todos los pasajeros.
Así moría un héroe de la guitarra, y nacía una leyenda del blues blanco.

Como homenaje tardío, he aquí una de sus canciones más representativas, con un gran solo de guitarra. Esto es Texas Flood del álbum homónimo.

Quantcast

* A partir del día de hoy, este blog se vuelve más roquero y musical. Iniciamos una serie nueva acerca de los grandes guitarristas de rock, sus canciones más representativas y sus grandes solos.
Estarán todos los que son, desde el año del caldo como por ejemplo Scooty Moore, Chuck Berry, hasta lo más nuevo como Jack White, o Johnny Greenwood. Lo mismo, solos sutiles como los de The Edge, hasta cosas pesadas de trash, death o black metal. Guitarristas como Aguilera, Marcovich, Julio Zea también estarán presentes.
Bueno, espero que les guste, y si no, quizá algún jovencito neofito al escuchar estas rolas sea nuestro próximo gran guitarrista. Saludos.

martes, septiembre 25, 2007

EXAMEN DE BONHAM


A Yareni Torres


Bueno alumnos, al final me reservo la calificación más alta del examen. La verdad, en los siete años que lleva funcionando la escuela nunca me había tocado ver un alumno que llevara diez perfecto en las tres áreas, historia de la música y del rock, musicología y práctica de un instrumento.
Así, que pido que le demos un fuerte aplauso a su compañerita, la pequeña Yareni que a pesar de todas sus dificultades y obstáculos, gracias a su esfuerzo y su amor por la música nos esta demostrando que en la vida se puede lograr lo que uno se propone. Eso, es, sólo amen lo que les gusta hacer y en vez de un trabajo, en vez de una carga será un placer, algo que disfrutan hacer y que todavía les pagan por hacerlo.
Pásale Yareni, aquí está tu examen, un diez perfecto en Bonham 1, y tu pase directo a segundo grado.







A la memoria de John "Bonzo" Bonham (1948 - 1980)

miércoles, septiembre 05, 2007

PERO SIGUE SIENDO EL REY


Si todavía viviera, el día de hoy estaría celebrando su cumpleaños número 61.
Todo sucedió en el lejano año de 1946, en la aún más lejana y remota isla de Zanzíbar, en el continente africano.
Hijo de padres persas quienes trabajaban para el Imperio Británico, Farrokh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury arribaba al mundo acompañado de una voz privilegiada, un enorme carisma, un talento desbordante, y una personalidad arrolladora, apasionada, hipnotizante muy pocas veces visto.

Es un gran misterio oculto el porque ciertos grupos, artistas, personajes, etc., en especial, nos atrapan ya sea por sus obras, pinturas, música, letras, poesía…y nos hacen suyos. Nos convierten en sus esclavos, sus súbditos, sus adoradores.
Normalmente hay vacas sagradas a las que la mayoría adoramos. No dudo que casi todos los que me leen profesen adoración por The Beatles, pero después de ellos, cada quien sigue su propio camino y tienen un artista o grupo en particular del cual son fanáticos incondicionales; así, algunos son seguidores de La Barranca, de Real de Catorce, del Tri, de Jaguares, de La Casta, de The Velvet Underground, de Pink Floyd, de The Cure, de The Ramones, de The Kinks, de Soda Stereo, del Columpio Asesino… y que los consideren como la mejor banda del planeta. Eso es algo misterioso.

Por mi parte, si no existieran The Beatles, Queen sería mi mejor grupo de todos los tiempos.
De hecho, para mí, el mejor cantante, la mejor canción y el mejor disco de la historia son respectivamente: Freddie Mercury, Bohemian Rhapsody, y A Night at the Opera.

Como regalo de cumpleaños, lejos de repetir lo que todo mundo ya sabe sobre Queen y Freddie, me limitaré a contar la historia de cómo conocí y como me enamoré de este peculiar grupo.

1.- Tihuatlán, Veracruz. Mi madre nos llevaba de vacaciones al rancho de mis abuelitos. Antes, pasábamos a casa de mis tíos Camila y Delfino. Mis primos, Venancio, Santiago, Beatriz y Eliza, todos mayores que nosotros eran coleccionistas de una revista llamada Notitas Musicales (también del Selecciones). Cuando no andábamos paseando en la bicicleta lechera de mi tío, o bañándonos en el arroyo, o dizque pescando, nos poníamos a leer las revistas. En ella había una sección que se llamaba ad libitum. Por medio de ella conocí el nombre (pero no la música) de varios grupos: Van Halen, Judas Priest, Scorpions, Led Zeppelin, Depeche Mode, The Cure, INXS, U2, y por supuesto Queen. Por esa revista me enteré de la existencia de un tal Freddie Mercury, y de su trágica muerte por SIDA.

2.- Pachuca, Hidalgo. Pude haberme convertido en adicto a Queen desde mucho antes. Cierta vez llegué a una gran tienda de discos con el dinero de mi sueldo. Había mucho de donde escoger. Ví un cassette doble, muy elegante con su portada azul. Era de Queen, el Greatests Hits I y II. Pensé comprarlo, pero como “nunca” los había escuchado desistí. En su lugar me llevé el Faith de George Michael que ya había escuchado con mi amiga Yazmín. Por cierto, esta cinta la presté y nunca me la devolvieron.
Yo no sabía que Michael era amigo personal y admirador de Mercury. Alguna vez se contempló que el fuera su sustituto en Queen. Ya antes, él había covereado la sublime “Somebody to Love”.

3.- Oficinas de Pemex, Poza Rica, Veracruz. En esos tiempos tuve un trabajo de repartidor de lonches en los edificios de Pemex. Allí conocí gente muy chida: ingenieros pránganas, arquitectos que perdían el tiempo haciendo caricaturas mías y de uno que le decíamos el Shaggi (era igualito) (hoy esas caricaturas chuscas y chidas valdrían millones), doctores albureros (luego les cuento la historia de un doc que me choreó bien chido y ni cuenta me di), secretarias buenotas (aunque muy grandes para mí), gatos, achichincles, hijas de los ingenieros ponedoras, gente de la alta sociedad…y un vato que era compañero del trabajo y cuyo nombre olvidé para siempre. Lo llamaré el hippie, pues así se vestía. Era todo un roquer. Siempre cargaba su walkman con sus cassettes de Queen de quien era fan incondicional. Me gustaba juntarme con él porque siempre me daba cátedras de rock y de Queen. Una vez me presto un cassette de ellos y la primera rola que escuché fue la de “It’s a kind of magic”. Me encantó.
Sin embargo, el hippie se fue para nunca regresar, y ya no pude escuchar las demás cintas. Me faltaban muchos clásicos.

4.- Los Rhinos. Poza Rica, Veracruz. Otro de mis trabajos fue el de vendedor. Casa por casa íbamos ofreciendo chucherías como lámparas, ceniceros, encendedores, herramientas, cojines masajeadores… En la oficina había una grabadora, la cual era un gran alivio al regresar porque la música nos destresaba de lo que habíamos padecido en la calle.
Normalmente se ponía de todo. Pop, ochenteras, de Selena, baladas, cumbias, rock setentero… Este cassette último me gustaba mucho, pero había una canción extraña. La canción más extraña que jamás había escuchado. Duraba cerca de seis minutos y no me dejó indiferente. Al principio me parecía fea, después extraña, luego chistosa, después se apoderó de mí a tal grado de que hacía ridiculeces como dizque ponerme a cantar en medio de todos en un inglés inventado, hacer air guitar en el solo y tirarme en el suelo como si fuera un gran cantante. Sin embargo, todos eran ignorantes y nadie supo decirme el nombre de la canción ni del grupo.

5.- Xalapa, Veracruz. Nos mandaron a un viaje de ventas. Nos hospedamos en las oficinas que la compañía tenía en Xalapa. Había una grabadora que nadie usaba. Llegamos nosotros y empezamos a poner unos viejos cassettes abandonados. Ninguno me llamaba la atención, excepto uno grabado que decía QUEEN. Ni tardo no perezoso que lo pongo. Fue una maravilla, un éxtasis.
Resultaba que Queen ya lo conocía, al igual que muchos advenedizos lo han escuchado, les ha gustado, pero no saben que es Queen.
La rola del punto cinco era la inconmensurable Bohemian Rhpasody, una canción que la podrás detestar pero no te deja indiferente. Una obra maestra.
Under Pressure, todos la conocemos por el famoso bajeo que Vanilla Ice sampleó en su horrenda Ice Ice Baby.
We will rock you es clásica en los juegos de basketball por el clásico golpeteo de palmas.
We are the Champions es otro himno que se entona en los estadios cuando un equipo gana un campeonato.
Radio Ga Ga, ya la había escuchado, y es otro clásico.
I Want to break free y I Want It all son himnos subversivos y liberadores que muchos jóvenes negros en África tomaron como estandarte.
¿Quién no ha escuchado el clásico bajeo de Another one bites the dust?
Total, que ya los conocía. Y allí sucedió mi segundo y último gran robo de mi vida (el primero fueron unos billetitos del banco de luchadores). Esperé una semana y vi que nadie pelaba esos cassettes y que estaban todos regados y revueltos, nadie se daría cuenta de que faltaba el de Queen.

6.- Ya después compré un cassette pirata y quedé atrapado por la magia de Queen. Me volví un seguidor incondicional de este grupo. Ya más después pues a comprar todo original.

7.- Lo que me gusta de Queen es algo inexplicable. A diferencia de otros grupos supo venderse, llegar a las masas, pero sin demeritar su calidad.
Queen es de los pocos que nos han dado tres discos de grandes éxitos: más de treinta canciones, y muchos protestamos porque faltan muchísimas para completar un cuarto disco de éxitos, por ejemplo: Keep yourself alive, In the lap of the gods, I’m in love with my car, Prophet’s song, Love of my life, Tie your mother down, Sheert hearth attack, all dead all dead, Spread your wings, It’s late, Scandal, I can’t live with you, Delilah, Stone cold crazy….

También, más que un conjunto de individualidades, Queen era un grupo participativo en el cual todos componían y ninguno era más que el otro.
Freddie tocaba el piano, cantaba como nadie y se entregaba por completo al público. Compuso muchas canciones pero sus obras maestras fueron We are the Champions y Bohemian Rhapsody, considerada como la mejor canción de todos los tiempos.
Roger Taylor es un gran baterista con mucho poder. Él compuso las exitosas Radio Ga Ga (número uno en más de 35 países), e It’s a kind of magic.
John Deacon, se le considera el patito feo del grupo, pero ¿Cuántos no han querido hacer los clásicos bajeos de Another One bites the dust, o de Under Pressure? Además el compuso I Want to break free, y el mayor éxito del grupo, la mencionada Another one bites the dust.
Brian May por su parte, con su característica forma de tocar la guitarra fue el que dotó de ese original sonido a Queen. El también físico, matemático y astrónomo con su guitarra Red Special lo mismo sacaba los sonidos más dulces y melódicos en canciones como en Love of my life, Killer Queen (el sonido de Queen siempre me ha parecido el batir de las alas de las abejas), que los más pesados que asemejan el ruido de un avión o de un motor como en Keep Yourself Alive, Stone Cold Crazy, Tie your mother down…y su composición por la que será recordado, We will rock you.

Este grupo navegaba por muchas aguas, y es algo que me gusta de un grupo de rock. No era el clásico que salía con estribillo, coro, estribillo, coro y ya. Les gustaban las progresiones, los cambios de ritmo, tiempo, estilos. Allí están rolas como Prophet’s Song, Princes of the Universe, It’s a Hard life, Love of my life, Innuendo (con su parte operística y esas guitarras españolas), Save me, y esa miniópera que es Bohemian Rhapsody.

En fin, podría extenderme y seguir hablando maravillas de este grupo. Hoy, Freddie Mercury ya no está con nosotros. Es difícil imaginarlo aquí. Tal vez es mejor que así sea. Alejado de un mundo musical corrompido del cual no dudo que el estaría inmiscuido. (Para ejemplo esa charlatanería de reformar Queen, sabiendo que nadie puede llenar los zapatos de Freddie Mercury).
Sí, es mejor así. Es mejor recordarlo por lo que fue, es mejor imaginar cada que escuchamos sus conciertos en Wembley que nosotros estamos allí, extasiados e hipnotizados en comunión con decenas de miles de gente tocada por su música y por su voz. Es mejor sentarte en tu sillón y poner toda su obra y disfrutarla mientras rindes homenaje a la reina de Queen. Es mejor así.

Feliz cumpleaños Freddie.



Esta rola es mi segunda favorita de Queen, dedicada especialmente a la ingrata que nunca me hizo caso. Ya sabe quien es.
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Y por último estos dos videos del famoso concierto en Wembley. El primero es One Vision, y el otro es Under Pressure. Noten la forma en que Mercury se entregaba y como tenía a ese mar de gente comiendo de su mano. Yo me atemorizaría ante tanta gente. ¡Qué los disfruten!





Y para los detractores de Queen aquí dos antihomenajes: El primero es la excelente versión en vivo de Molotov: Rap Soda y Bohemia. El segundo es una parodia divertidisima de un programa español llamado el Informal. Ahora sí, adiós.



viernes, junio 01, 2007

FELIZ CUMPLEAÑOS SARGENTO




Sólo fueron necesarios 39 minutos con 50 segundos para cambiar por siempre la historia musical. La forma de crear la música, de presentarla, de escucharla, de sentirla y de vivirla.
Hace 40 años, un viernes primero de junio como hoy, pero de 1967 para ser más exactos, el mundo entero se cimbró ante la presentación de un nuevo disco de rock, del grupo más famoso del planeta: Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band era el nombre del disco, y la banda se llamaba The Beatles.

Este disco, el octavo de este grupo inglés, vino a sacudir y revolucionar el mundo de la música; sin embargo, para muchos críticos y melómanos, no es para nada el mejor disco de rock de la historia. Muchos se inclinan por el Dark Side of the Moon de Pink Floyd, otros por el London Calling de The Clash, algunos optarán por el cuarto disco sin título de Led Zeppelin, el Joshua Tree de U2, el Freak Out de Zappa, el Highway 61 Revisited de Dylan, el OK Computer de Radiohead, el Velvet Underground & Nico de The Velvet Underground, o incluso, salen con disparates como el Pet Sounds (supuesto inspirador del Sargento) de The Beach Boys, o el Sam’s Town de The Killers.
Tampoco fue el mejor disco de The Beatles. La mayoría optará por el inclasificable Revolver, o por el disparejo White Album. Tampoco fue un álbum seminal como lo fue Rubber Soul, ni mucho menos es la gran obra maestra, el summum de la discografía beatlesca que es Abbey Road. (En lo personal, el mejor disco de todos los tiempos).
¡Vamos! Ni siquiera fue el mejor disco de 1967. Ese año prolífico e irrepetible nos legó joyas como los discos debut del ya mencionado The Velvet Underground (más influyente en cuestiones musicales que el sargento), el homónimo de The Doors, el Are you Experienced? de Jimi Hendrix, The Piper at the gates of dawn de Pink Floyd, además de el Disraeli Gears de Cream, The Who sell out de The Who, el Something Else de The Kinks (grupo favorito de don HGM). A mi parecer, todas estas obras superan al Sargento Pimienta (como se le conoce cariñosamente en México).

Entonces, ¿qué es lo que hace diferente a este álbum de todos los demás discos? La ambición artística, la búsqueda de nuevos horizontes, el paradigma de romper normas establecidas.
Antes de 1967, el mundo era una triste película en blanco y negro, inclusive para los Beatles, un buen grupo que estoy seguro de que si no hubieran grabado el Sargento Pimienta, de todas formas seguirían siendo el mejor y más famoso grupo de rock de todos los tiempos. En 1966 habían grabado el que para muchos es el mejor disco de rock: Revolver. La portada de este disco era muy sencilla, en blanco y negro.
Sargento Pimienta vino a pintar el mundo de colores. No sólo revolucionó la forma de hacer y presentar la música, sino que también fue un golpe que sacudió al mundo entero en todos sus aspectos: artísticos, culturales, sociales, morales, religiosos y sicológicos.
A partir del primero de junio de 1967 el mundo sería diferente. El rock había alcanzado su mayoría de edad, dejaba de ser mero entretenimiento juvenil, música popular sin trascendencia, para convertirse en algo serio, revolucionario, influyente, música con mensaje, un arma poderosa para cambiar las mentes y las formas de hacer las cosas.
Eso es lo que hizo importante, influyente y convulsionador a este disco. Supo aparecer en el momento y en el lugar adecuado.
Desde ese momento los discos podían catalogarse como toda una obra de arte, equiparables a una escultura, una pintura o un buen libro.

Asomándonos a la superficie, podemos ver que la portada del álbum (para muchos, la mejor de la historia) resultó innovadora, imaginativa, creativa (los músicos pasaban de ser simples monos de pasarela dejándose tomar una foto, a involucrarse directamente con el arte de la portada), arriesgada, atrevida, transgresora, provocadora, perturbadora (recuerdo que en mi infancia, un maestro de escuela dominical nos decía que las plantas que salen en la cubierta eran de marihuana, lo cual es totalmente falso), colorida, sicodélica, y sobre todo una bella obra de arte. Realmente algo insólito para aquella época.
Eso sin contar que los trajes coloridos que los Beatles portaban en la cubierta del álbum (dejando atrás la solemnidad de sus tristes trajes), serían la nueva tendencia a seguir en cuestión de moda en todo el mundo.
Este álbum también fue el primero que traía las letras de las canciones del disco. Algo digno de agradecer, en especial por los seguidores del grupo en países de habla no inglesa.

Ahora, lo más importante: la música. Trece canciones (incluyendo un reprise) fueron suficientes para poner al mundo de cabeza. ¡Vaya canciones!
El disco abre con ese rocanrolazo que le da nombre; la influencia de este fue rapidísima: el mismo Hendrix hizo un cover en directo de esta canción a los tres días de haber salido a la venta. Luego With a little help from my friends, una hermosa canción cantada de modo excelente por Ringo, la cual a pesar de su tonada candorosa e inofensiva causó controversia por su alusión a las drogas.
Lucy in the sky with diamonds fue de igual o mayor controversia que la anterior. Esta cumbre de la sicodelia fue acusada de promover los viajes en ácido ¡sólo por tener las iniciales LSD en el título de la canción! Según Lennon, autor de la obra, todo se debía a una coincidencia, y el título era por un dibujo hecho por su hijo Julian.
Getting Better es otro rockcito con una letra en apariencia feliz y esperanzadora enmarcado por un particular riff de guitarra.
Fixing a Hole es una obra cortesía de McCartney (quien reconoce alusiones a las drogas en esta canción) rica en armonías, con aires de música de los años 20 y 30.
She’s Leaving Home, es una de las cumbres de The Beatles. Una obra de arte. La historia de una joven que abandona su hogar. El arreglo de cuerdas, las arpas, la voz de Lennon en primer plano, y los coros realmente conmueven. Si esta canción no te hace llorar, entonces no eres humano.
Being for Benefit of Mr. Kite es una canción de aires circenses. Divertida y con varios cambios de ritmos. Escrita por Lennon e inspirada por un viejo cartel de un circo que compró en una tienda de antigüedades.
Luego sigue otra joya. Within you without you escrita por Harrison. Todo un tour de force, con esos violines, la tabla hindú, el sitar, y esa voz de George que nos transporta a la mismísima India. Un gran corte espiritual.
When I’m Sixty Four de McCartney, es una canción acompasada con aires cabaretescos, la cual habla sobre el amor eterno. Lástima que dos beatles no hayan vivido para contarlo.
Lovely Rita, es una hermosa canción pop, con unos ricos arreglos de piano y de voces. Esta canción alude a la supuesta muerte de McCartney quien habría muerto en un accidente de auto, por andar viendo a una inspectora de parquímetros (meter maids les llamaban).
Good Morning Good Morning. Aunque no deja de ser una gran canción, en lo personal me parece un tanto floja e intrascendente. Aunque eso sí, muy activa, en especial con ese canto de gallo. Útil para levantarse en las mañanas. Inspirada en Cornelio, la mascota de los Korn Flakes de Kellog’s.
La penúltima canción es un reprise del primer tema, aunque con un ritmo más rápido, y una guitarra que la hace más roquera.
Y llegamos al gran final: A Day in the Life. ¿Qué puedo decir? Otra obra maestra beatlesca. Para muchos, la mejor canción de Los Beatles, disputando el puesto a Strawberry Fields Forever, y a I am the walrus. Para mi no lo es, pero me pongo de pie ante la grandeza de esta canción. Única, imaginativa, irrepetible, sin igual, mágica, ensoñadora. ¿Cuántos grupos de grandes ligas matarían por tener una canción tan enaltecedora y gozosa como esta? Muchísimos y pongan al que quieran.

En fin, podríamos decir con absoluta seriedad que la aparición de este disco es el equivalente musical de la llegada del hombre a la luna o, si les gusta el cine, piensen en El Mago de Oz: Dorothy viviendo en un mundo en sepia para después, ser transportada por un remolino a la Tierra de los Munchkins en donde el mundo se transformaba en un vívido y alegre tecnicolor. Si la historia de la humanidad esta dividida en Antes de Jesucristo y Después de Jesucristo, no hay duda de que la historia de la música popular debemos dividirla en Antes del Sargento y Después del Sargento. He dicho. Larga vida al Sargento. Amén.