Hace 20 años en Canadá, mucho tiempo antes de que existiera una banda llamada Arcade Fire, hubo un grupo de Ontario llamado Cowboy Junkies, quienes en 1988 lanzaron al mercado un disco tan inmaculadamente hermoso y celestial. El nombre del álbum era The Trinity Sessions; y aunque es uno de los discos más bellos jamás grabados, es al mismo tiempo uno de los más injustamente ignorados y desconocidos. Quien no lo haya escuchado nunca, no sabe de lo que se pierde.
El grupo fue formado en el año de 1985 por Michael Timmins (guitarra) y su amigo de infancia Alan Anton (bajo); más adelante se les unieron Peter Timmins quien se encargó de la batería, y Margo Timmins que ocupó el puesto de cantante.
Los tres hermanos Timmins venían de una familia dedicada al mundo del entretenimiento. Tenían otra hermana llamada Cali, la cual era actriz y saltó a la fama con la serie televisiva Ryan’s Hope. Los cuatro, junto con John Timmins (otro hermano) eran descendientes de Noah Timmins, un explorador minero y fundador del pueblo que lleva su apellido.
Aunque tenían muchas influencias country y sureñas en su música, los Timmins y compañía no eran para nada vaqueros ni mucho menos adictos a ninguna clase de drogas, si acaso a la música. El nombre Cowboy Junkies lo eligieron al azar, ya que se aproximaba una gira.
En 1985 lanzaron su primer disco llamado Whites off earth now!! Cabe mencionar que Margo era muy tímida, jamás había cantado en público, pero eso no impidió que su voz frágil, delicada y melancólica impregnara de belleza cada tema grabado.
1988 fue el año de su consagración al lanzar el mejor disco de su carrera, su obra maestra. El inconmensurable The Trinity Sessions. Una muestra palpable del esfuerzo humano; un claro ejemplo que demuestra que cuando sobra el talento, la imaginación y el amor al arte, se pueden lograr grandes cosas con pocos recursos.
La historia detrás de la grabación es por demás curiosa. Los Timmins persuadieron a los oficiales de la iglesia de la Santísima Trinidad de Toronto para que los dejaran grabar el disco en el interior de la misma, claro que para esto tuvieron que inventar que estaban grabando un especial de navidad para la radio, y pagar $250.00 dólares por sesión.
La grabación comenzó el 27 de noviembre de 1987. La iglesia fue elegida por el efecto natural de reverberación, algo que logró darle un toque muy intimista al álbum.
Todo fue grabado con un solo micrófono; eso, aunado a una limitadísima pero excelente producción por parte de Peter Moore, dio como resultado un álbum cautivador, cálido, intimo, exultante, inclusive aterrador, pero sobre todo muy gozoso.
El álbum comienza de una manera excelente con Mining for Gold, interpretada por Margo Timmins totalmente a capella. Las atmósferas de este himno transmiten una sensación de estar suspendidos en el tiempo sobre una montaña.
Apenas termina esta canción, cuando entra una armónica ejecutada magistralmente por Jeff Bird (mandolina, violín), y el rasgueo sencillo de la guitarra acústica de Michael. Juntos arropan las bellísimas voces de Margo y John Timmins (guitarra, voces de apoyo), y el acordeón de Jaro Czwewiner. Juntos recrean la hermosa Misguided Angel.
El tercer track es un homenaje a Elvis Presley y a la clásica “Blue Moon”. Es una vuelta de tuerca, una mezcla de la original combinada con una nueva canción. El resultado se llama “Blue moon revisited (song for Elvis)”, la cual incluye un gran bajeo circular de Alan Anton.
I don’t get it, es un country oscuro, muy sensual y cabaretero. Una especie de Portishead con sombrero y botas. Enigmático y cautivador. Con una armónica aullante cortesía de Steve Shearer, toques de jazz y un excelente solo de guitarra.
Le sigue a este tema, una revisión de I’m so lonesome i could cry del gran Hank Williams. Una magnífica interpretación minimalista en donde destaca el bajo de Anton, la batería casi imperceptible de Peter, pero sobre todo las guitarras de Kim Deschamps (pedal steel, dobro, slide), y la voz de Margo, cuya interpretación tan sentida y convincente podría hacerte cortar las venas, o al menos llorar tus penas con un vaso de alcohol.
To love is to bury en cambio, es un tema muy tranquilo y evocador, en las que destacan el acordeón de Jaro Czwewiner, el violín de Jeff Bird, y la guitarra slide de Kim Deschamps quien realmente se lució en este disco.
La discreta 200 more miles, es un pequeño himno desapercibido, una joya con tintes oscuros, un tema minimalista en lo que importa más es la letra.
Dreaming my dreams with you es una especie de vals. Toda una belleza, es quizá el tema más luminoso de todo el disco.
Working on a building es uno de los mejores temas. Una especie de jazz rock progresivo, el cual da la sensación de que en cualquier momento va a explotar, pero siempre logran contenerse en el borde.
El track 10, es un cover de Sweet Jane, la famosa composición de Lou Reed; si la original suena muy dulce y festiva, la versión de Cowboy Junkies suena tan triste. Me atrevo a decir que es incluso superior a la de Reed. Esta versión fue incluida en el soundtrack de Asesinos por Naturaleza (Natural Born Killers) de Oliver Stone en 1994, lo cual los catapultó más a la fama.
La penúltima canción es Postcard Blues, otro tema absolutamente minimalista, el cual sólo incluye una armónica por parte de Steve Shearer, una guitarra, y la voz de Margo. Un blues primitivo, totalmente oscuro y aterrador.
Walking alter nigth cierra con broche de oro esta obra maestra. Un blues con todas las de la ley. Si el tema anterior destacaba por su austeridad, este en cambio, está dotado de una rica instrumentación; un gran tema de despedida, un gran finale el cual parece haber sido grabado más que en una iglesia, en un cabaret de mala muerte.
52 minutos de emociones puras capturadas en un pedazo de plástico o vinil. Altamente recomendable para almas solitarias y corazones rotos. No apto para depresivos y suicidas.
CODA
Cowboy Junkies es un excelente grupo. No lo dudo para nada. Ha entregado grandes discos después del Trinity Sessions:
The Caution Horses, 1990
Black Eyed Man, 1992
Pale Sun Crescent Moon, 1993
Lay It Down, 1996
Miles from Our Home, 1998
Waltz Across America, 2000
Open, 2001
In the Time Before Llamas, 2003
One Soul Now, 2004
Early 21st Century Blues, 2005
At the End of Paths Taken, 2007
Trinity Revisited, 2007
Sin embargo, por una extraña razón, su álbum Trinity Sessions los estigmatizó como una banda de culto. Más que bien, llevar este apelativo es un mal que las bandas tienen que soportar. Es algo que los limita, encuadra, encierra; una especia de ratonera, un hámster en una rueda que por más que haga no puede salir de allí.
Aunque tienen el consuelo de una enorme cauda de fans que siempre estarán allí apoyándolos en las buenas y en las malas, comprando todos los discos, y que siempre estarán presentes en todos los conciertos.
Los Cowboy Junkies seguirán haciendo buena música, no lo dudo, como dudo que logren superar un disco excelso como The Trinity Sessions.
Sólo queda apelar a los buscadores musicales que se sumerjan en la discografía cowjunkiesca, que los conozcan, que los disfruten, que los difundan, porque esta banda canadiense es mucho más que una simple banda de culto.
El grupo fue formado en el año de 1985 por Michael Timmins (guitarra) y su amigo de infancia Alan Anton (bajo); más adelante se les unieron Peter Timmins quien se encargó de la batería, y Margo Timmins que ocupó el puesto de cantante.
Los tres hermanos Timmins venían de una familia dedicada al mundo del entretenimiento. Tenían otra hermana llamada Cali, la cual era actriz y saltó a la fama con la serie televisiva Ryan’s Hope. Los cuatro, junto con John Timmins (otro hermano) eran descendientes de Noah Timmins, un explorador minero y fundador del pueblo que lleva su apellido.
Aunque tenían muchas influencias country y sureñas en su música, los Timmins y compañía no eran para nada vaqueros ni mucho menos adictos a ninguna clase de drogas, si acaso a la música. El nombre Cowboy Junkies lo eligieron al azar, ya que se aproximaba una gira.
En 1985 lanzaron su primer disco llamado Whites off earth now!! Cabe mencionar que Margo era muy tímida, jamás había cantado en público, pero eso no impidió que su voz frágil, delicada y melancólica impregnara de belleza cada tema grabado.
1988 fue el año de su consagración al lanzar el mejor disco de su carrera, su obra maestra. El inconmensurable The Trinity Sessions. Una muestra palpable del esfuerzo humano; un claro ejemplo que demuestra que cuando sobra el talento, la imaginación y el amor al arte, se pueden lograr grandes cosas con pocos recursos.
La historia detrás de la grabación es por demás curiosa. Los Timmins persuadieron a los oficiales de la iglesia de la Santísima Trinidad de Toronto para que los dejaran grabar el disco en el interior de la misma, claro que para esto tuvieron que inventar que estaban grabando un especial de navidad para la radio, y pagar $250.00 dólares por sesión.
La grabación comenzó el 27 de noviembre de 1987. La iglesia fue elegida por el efecto natural de reverberación, algo que logró darle un toque muy intimista al álbum.
Todo fue grabado con un solo micrófono; eso, aunado a una limitadísima pero excelente producción por parte de Peter Moore, dio como resultado un álbum cautivador, cálido, intimo, exultante, inclusive aterrador, pero sobre todo muy gozoso.
El álbum comienza de una manera excelente con Mining for Gold, interpretada por Margo Timmins totalmente a capella. Las atmósferas de este himno transmiten una sensación de estar suspendidos en el tiempo sobre una montaña.
Apenas termina esta canción, cuando entra una armónica ejecutada magistralmente por Jeff Bird (mandolina, violín), y el rasgueo sencillo de la guitarra acústica de Michael. Juntos arropan las bellísimas voces de Margo y John Timmins (guitarra, voces de apoyo), y el acordeón de Jaro Czwewiner. Juntos recrean la hermosa Misguided Angel.
El tercer track es un homenaje a Elvis Presley y a la clásica “Blue Moon”. Es una vuelta de tuerca, una mezcla de la original combinada con una nueva canción. El resultado se llama “Blue moon revisited (song for Elvis)”, la cual incluye un gran bajeo circular de Alan Anton.
I don’t get it, es un country oscuro, muy sensual y cabaretero. Una especie de Portishead con sombrero y botas. Enigmático y cautivador. Con una armónica aullante cortesía de Steve Shearer, toques de jazz y un excelente solo de guitarra.
Le sigue a este tema, una revisión de I’m so lonesome i could cry del gran Hank Williams. Una magnífica interpretación minimalista en donde destaca el bajo de Anton, la batería casi imperceptible de Peter, pero sobre todo las guitarras de Kim Deschamps (pedal steel, dobro, slide), y la voz de Margo, cuya interpretación tan sentida y convincente podría hacerte cortar las venas, o al menos llorar tus penas con un vaso de alcohol.
To love is to bury en cambio, es un tema muy tranquilo y evocador, en las que destacan el acordeón de Jaro Czwewiner, el violín de Jeff Bird, y la guitarra slide de Kim Deschamps quien realmente se lució en este disco.
La discreta 200 more miles, es un pequeño himno desapercibido, una joya con tintes oscuros, un tema minimalista en lo que importa más es la letra.
Dreaming my dreams with you es una especie de vals. Toda una belleza, es quizá el tema más luminoso de todo el disco.
Working on a building es uno de los mejores temas. Una especie de jazz rock progresivo, el cual da la sensación de que en cualquier momento va a explotar, pero siempre logran contenerse en el borde.
El track 10, es un cover de Sweet Jane, la famosa composición de Lou Reed; si la original suena muy dulce y festiva, la versión de Cowboy Junkies suena tan triste. Me atrevo a decir que es incluso superior a la de Reed. Esta versión fue incluida en el soundtrack de Asesinos por Naturaleza (Natural Born Killers) de Oliver Stone en 1994, lo cual los catapultó más a la fama.
La penúltima canción es Postcard Blues, otro tema absolutamente minimalista, el cual sólo incluye una armónica por parte de Steve Shearer, una guitarra, y la voz de Margo. Un blues primitivo, totalmente oscuro y aterrador.
Walking alter nigth cierra con broche de oro esta obra maestra. Un blues con todas las de la ley. Si el tema anterior destacaba por su austeridad, este en cambio, está dotado de una rica instrumentación; un gran tema de despedida, un gran finale el cual parece haber sido grabado más que en una iglesia, en un cabaret de mala muerte.
52 minutos de emociones puras capturadas en un pedazo de plástico o vinil. Altamente recomendable para almas solitarias y corazones rotos. No apto para depresivos y suicidas.
CODA
Cowboy Junkies es un excelente grupo. No lo dudo para nada. Ha entregado grandes discos después del Trinity Sessions:
The Caution Horses, 1990
Black Eyed Man, 1992
Pale Sun Crescent Moon, 1993
Lay It Down, 1996
Miles from Our Home, 1998
Waltz Across America, 2000
Open, 2001
In the Time Before Llamas, 2003
One Soul Now, 2004
Early 21st Century Blues, 2005
At the End of Paths Taken, 2007
Trinity Revisited, 2007
Sin embargo, por una extraña razón, su álbum Trinity Sessions los estigmatizó como una banda de culto. Más que bien, llevar este apelativo es un mal que las bandas tienen que soportar. Es algo que los limita, encuadra, encierra; una especia de ratonera, un hámster en una rueda que por más que haga no puede salir de allí.
Aunque tienen el consuelo de una enorme cauda de fans que siempre estarán allí apoyándolos en las buenas y en las malas, comprando todos los discos, y que siempre estarán presentes en todos los conciertos.
Los Cowboy Junkies seguirán haciendo buena música, no lo dudo, como dudo que logren superar un disco excelso como The Trinity Sessions.
Sólo queda apelar a los buscadores musicales que se sumerjan en la discografía cowjunkiesca, que los conozcan, que los disfruten, que los difundan, porque esta banda canadiense es mucho más que una simple banda de culto.
Para terminar, aqui una pequeña probadita para que los disfruen. Cinco excelentes temas, y si les gustan, no duden para nada conseguir el disco completo:
SeeqPod - Playable Search
Atención a todos los fans de los Gatitos, perdón, a los fans de Nacuares, perdón otra vez, fans de Jaguares, para el próximo fin de semana este blog les tiene preparada una agridulce sorpresa así que no dejen de leernos y corran la voz.
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3 comentarios:
Que crees que a mi me han hecho varios comentarios de los Cowboys Junkies pero nunca, nunca he oido un disco suyo. ¿Tienes algun link o algo así de donde pueda uno hacerse de sus canciones?
Que chingon leerte por estos rumbos Danielo...
Habria que prestarle las orejas a este disquin...
tanta musica que hay y uno sin gigas para guardar todo ese pedo...
hamleto, ya tendras tu colaboracion decirevesca?
saludos y muy chingona reseña, que bueno que gracias a Deux no nada mas esta el Arcade Fire...
Wow! i love the Cowboy Junkies... but i didnt know all that about them, thanks for all the info!
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