viernes, diciembre 12, 2008

40 AÑOS DE THE ROLLING STONES ROCK AND ROLL CIRCUS *


INTRO



Esta historia es digna de aparecer a lado de los grandes descubrimientos y hallazgos arqueológicos de la historia.
Aunque aquí no se trata de tesoros, momias, ciudades perdidas, artesanías, pergaminos, etc., se trata sólo de unos rollos de película que estuvieron perdidos ¡21 años! milagrosamente encontrados en buen estado, aunque bien pudieron fácilmente estropearse, tirarse a la basura, o perderse para siempre.

Es el documental para televisión “The Rolling Stones Rock and Roll Circus”, filmado originalmente los días 11 y 12 de diciembre para la televisión inglesa.
Al parecer, Mick Jagger quería hacer algo diferente, un programa de televisión. Le comentó la idea al director de cine Michael Lindsay – Hogg quien anteriormente había dirigido dos videos de los Rolling: “Jumping Jack Flash” y “Child of the Moon”
La idea del titulo se le ocurrió al cineasta, pero aun faltaba lo más importante, el contenido.
El concepto fue una especie de circo medieval ambulante, y así fue como surgió la idea de integrar acróbatas, payasos, trapecistas, otros artistas, y como cereza del pastel The Rolling Stones.

La grabación empezó a las dos de la tarde del 11 de diciembre, y terminó hasta las cinco de la mañana del siguiente día. A pesar de varios obstáculos, como el hambre, el cansancio, el frío, repeticiones de tomas, problemas técnicos, etc., todo salió de maravilla, sobre todo gracias a Mick Jagger que puso toda su energía y alma en este proyecto.
Sin embargo, este documental nunca fue transmitido por televisión, y nadie supo de él, sino hasta 1996 cuando fue lanzado en formato de video y CD.

Hay tres teorías que se manejan respecto al porque los Rolling no sacaron este material en su tiempo:
La primera dice (y es un hecho constatable), que The Who les robaron el show a los Stones. Es tanta la energía desplegada en el escenario que los Rolling parecen una caricatura a lado de The Who, quienes venían en su punto después de una larga gira, en cambio los Rolling tenían casi un año de no tocar.

La otra versión, muy creíble, es que al poco tiempo de rodarse este filme, el buen Brian Jones murió ahogado, y por respeto y tacto (jajaja ni yo lo creo, tan ojetes que se portaban con Brian) decidieron que este documento no era la mejor forma de recordarlo. Por cierto, este documental adquiere mucho valor, ya que fue el último concierto de Brian con los Rolling Stones, aunque por desgracia ya en plena decadencia.

La ultima teoría, es que al parecer el grupo no estuvo conforme con su actuación, y quisieron volver a repetirla, pero en ¡el Coliseo de Roma! Sin embargo, al parecer no a todos les agradaba la idea, en especial al director, a Charlie Watts y a Bill Wyman.
El tiempo pasó, y esta idea no se concretó.

Total, los Rolling se mudaron a Francia con todo y rollos a una oficina pequeña. Como no había sitio, los guardaron en ¡el baño! , y ¡hasta donde llegaba su miopía que pensaban tirar a la basura este tesoro incalculable! pero gracias a la visión del bien Ian Stewart (el sexto Stone) quien era el único lúcido, pensó que ese material algún día podría utilizarse, y se los llevó a su granja, en donde guardo los rollos en un granero, y así el tiempo prosiguió su lento caminar.
Nadie sabía de ese material, y ni siquiera se acordaban de él.

Tuvo que morir Ian Stewart para que su viuda se pusiera a registrar la granja, donde encontró unos rollos con etiquetas desgastadas que decían “ olling Stones ‘ock and ‘oll ircus”. A lado de los rollos había un rastrillo, unas botas apestosas de Ian, pacas de heno, y popo de gallinas. Había sucedido un gran descubrimiento en la historia musical.

PROLOGO

“Estas a punto de ser transportado a otra era. Al Swinging London de finales de los 60. The RSRC es una capsula de tiempo. Dos días de diciembre de 1968 que en muchas maneras capturan la espontaneidad, aspiraciones y el espíritu comunal de una era entera.
…por un momento veremos que el rock podria haber heredado la tierra.”
David Dalton


THE ACTS

PARADE
El concierto tal y como está en el dvd empieza con la entrada de todos los participantes, con la clásica “Entry of the Gladiators” de Julis Fucik. Payasos, trapecistas, vaqueros, dan un toque muy peculiar. Junto a ellos entran The Rolling Stones, John Lennon, Eric Clapton, The Who, y Marianne Faithfull, todos ellos disfrazados con trajes medievales y con instrumentos de viento y banda que fingen tocar. Todo muy loco y alucinado.
Mick Jagger, vestido de domador da la bienvenida al circo.

JETHRO TULL – SONG FOR JEFFREY
El mismo Jagger, junto a un payasito anuncian al “Fantástico Jethro Tull”. Por esos tiempos, este grupo no era muy conocido, sin embargo, con esta canción empezaban a sonar en la radio.
Cabe destacar que a excepción de Ian Anderson (que se la pasó haciendo caras y gestos loquísimos y con su pierna izquierda levantada), todos los demás integrantes hicieron play back.
Como datos de trivia: se pensaba originalmente en Led Zeppelin para ocupar el puesto de Jethro Tull, ¡nada más imagínense! Aunque fueron rechazados por sonar muy guitarreros.
Por ese entonces, Mick Abrahams, guitarrista original de la banda habia desertado; para salir del compromiso los acompañó un oscuro y desconocido guitarrista llamado Tony Iommi, futuro artífice del heavy metal y fundador de Black Sabbath.

THE WHO – A QUICK ONE (WHILE HE’S AWAY)
Keith Richards, con traje negro, sombrero de copa, parche en el ojo, y fumando un puro presenta a The Who.
La actuación de The Who fue memorable y salvaje, presentando una mini ópera rock llena de cambios rítmicos, armónicos y melódicos.
Una lección imprescindible de rock. Quizá lo mejor de este concierto.
Aquí se puede comprobar y ver porque The Who era una máquina perfecta, precisa, y sobre todo salvaje en el escenario. Todas las leyendas que alguna vez escuchamos, o nos imaginamos mentalmente, aquellos que tuvimos el infortunio de no vivir esa época, podemos comprobarlas en toda su realidad: Roger Daltrey, un cantante esquizofrénico que no dejaba de volar su micrófono por los aires en completa sincronía (so riesgo de golpear a sus compañeros); Pete Townshend y su salvajismo al tocar la guitarra, agitando repetidamente su brazo como aspas de molino de viento; Keith Moon, nunca en mi vida he visto un baterista tan desatado, intempestivo que no se conforma con tocar bien, preciso o espectacular, con llevar el ritmo y el tiempo; no, el era un baterista animal, instintivo, desbocado, que le pegaba a los tambores como si quisiera acribillarlos, asesinarlos a baquetazos, como si la vida se le fuera en ello; y el fabuloso John Entwhistle y su virtuosismo al tocar el bajo de una forma tan melodiosa, deslizando sus dedos por todo el diapasón como si fueran arañas, impávido como ancla en medio de la tempestad provocada por sus compañeros.




TRAPEZE ARTISTS
Después de The Who, un poco de respiro con una encantadora pareja de ancianos trapecistas, quienes a pesar de su edad se columpian con gracia al ritmo de “Sobre las Olas” del enorme Juventino Rosas.

TAJ MAHAL – AIN’T THAT A LOT OF LOVE
Llegó el turno del gran Taj Mahal, un bluesero afroamericano, a quienes los Rolling conocieron mientras actuaba en el célebre Whisky ago go de Los Angeles. Rápidamente conectaron e hicieron migas. A la primera oportunidad fueron invitados a este circo por Keith Richards; aunque por problemas de inmigración y con el sindicato de músicos, tuvieron que ser filmados de volada.
Aquí se avientan un buen blues rítmico, en donde destaca la voz bluesera y desgarrada de Taj Mahal, los requintos sobrios y limpisimos, sin efectos del gran Jesse Davis, y el excelente respaldo en la sección rítmica por parte de Gary Gilmore y Chuck Blackwell.
Esta participación sirvió como despegue de este gran músico, al igual que de Jesse Davis que impresionó a John Lennon, se hicieron grandes cuatachos y más adelante participó en algunos discos del jefe Lennon.

MARIANNE FAITHFULL – SOMETHING BETTER
Charlie Watts
desde las gradas anuncia el nuevo número. El turno es de la bellísima Marianne Faithfull, quien dejó atrás el estereotipo de rubia tonta, y se la sacó en grande con esta tranquila y hermosa balada pop.
Su número cautivó y hechizó a todo mundo: tan quietecita, tan mona, con ese vestido largo, esa mirada tan tierna, y esa voz media aborregada, demostraron que la chica tenía enorme potencial.
FIRE EATER AND LUNA
Keith Richards
de nuevo, anuncia el acto del Fire Eater y de Lovely Luna. Una especie de danza africana en la que una chava ejecuta una danza, mientras un tipo se pasa unas antorchas encendidas por su cuerpo, y se mete fuego en la boca, ¡y se lo traga!

MICK & JOHN
Tras bastidores Lennon y Jagger tienen una charla muy entretenida, simulando una entrevista en la que John es Winston Leg – Thigh y Mick es Nigel. Lennon le confiesa que en su grupo tocara Keith Richards, Mick en tono sarcástico le dice “Dirty”. Se despide y le da su plato de arroz que comía con palitos chinos.

THE DIRTY MAC – YER BLUES
Uno de los mejores momentos llega con un súper grupo improvisado: The Dirty Mac.
John Lennon en la guitarra y voz, Eric Clapton de Cream en la guitarra principal, Keith Richards de los Rolling en ¡el bajo!, y Mitch Mitchell de la Experiencia de Hendrix en la batería.
Juntos se avientan “Yer Blues”, rola beatlesca que suena más pesada, bluesera y potente aquí que en el álbum, y que llega a alturas insospechadas gracias a los requintos de Clapton, quien toca bien cool, despreocupado, como si fuera algo tan sencillo como cambiar un foco.

YOKO ONO & IVRY GITLIS & THE DIRTY MAC – WHOLE LOTTA YOKO
Luego de ese numerazo, Yoko Ono sale de una bolsa negra que estaba en el suelo y se une a la banda, junto con un violinisNegritata francés llamado Ivry Gitlis. Toda la banda empieza a improvisar una rola llamada “Whole Lotta Yoko”.
Todo transcurre normal hasta que Yoko empieza con sus berridos y gritos desafinados, lo cual no esta mal, sino que sus agudísimos gritos empiezan a competir con el violín, y para colmo los dos en el mismo micrófono.
El violinista ya no sabe que hacer, solo sonríe mientras quizá piensa “a ver a que horas se calla esta pinche vieja”; mientras tanto, Yoko voltea a ver a Lennon quien solo le hace señas de “tu síguele, no pares”.
Sin embargo, todo es tan loquísimo que a todo mundo prende esta improvisación.

THE ROLLING STONES
Por ultimo, John Lennon, en lenguaje de sordomudos presenta el acto estelar: The Rolling Stones.

La gente se prende desde el principio con una electrizante versión de “Jumpin’ Jack Flash”.

Las canciones restantes, todas son tomadas de su álbum mas reciente del 68, el excelente Beggars Banquet (en lo personal, la cumbre discográfica estoniana junto con el Sticky Fingers).

La primera rola es la bluesera “Parachute Woman”, más movida y rítmica que la original.
Le sigue, la sublime “No Expectations”, en la que se puede apreciar los últimos destellos gloriosos del gran Brian Jones (ese sería su último concierto, todos lo sabían, lo que nadie sabía es que Brian moriría unos dos meses después. Aunque la verdad, ya estaba muerto en vida, era una sombra, un fantasma deprimido. Dicen que el pobre se la pasó llorando en las gradas). En fin, aquí lo vemos ejecutando con maestría la guitarra slide, y al buen Nicky Hopkins con unas ricas armonías en el piano.

“You can always get what you want” es el siguiente tema; a diferencia de la original, aquí todo es mas crudo, directo y movido, ya que prescinde de la grandilocuencia y suntuosidad de los coros y la sección de vientos.

La cúspide viene con la escalofriante “Sympathy for the Devil”. El buen Charlie Watts empieza con el clásico ritmo, y con él lo acompañan la sección rítmica a cargo de Rocky Dijon en las tumbas, Brian Jones en las maracas y Bill Wyman en el bass.
Ver esta actuación realmente estremece. Es tanta la energía y la vibra emitidas sobre todo por Jagger, que puede dar elementos a todos aquellos denostadores del rock, a los que lo tachan de satánico. Sólo vean a Jagger, aunque todo parece un simple acto teatral, un performance, la verdad, el tipo parece real y literalmente poseído por el maligno.
La forma en que grita, aúlla, suplica, suspira, interpreta, canta, gime, baila, gesticula…
Mientras Keith Richards requintea incendiariamente, el público baila enloquecido, y Jagger aúlla, se hinca y se tira al suelo arrastrándose como poseso golpeando al suelo; luego, como parte de su ritual, procede a quitarse la camisa y, al levantarse se descubre que los brazos y el pecho los tiene pintados con demonios y la representación del diablo, para luego seguir bailando con una energía sobrenatural. Al final se acerca retadoramente a la cámara. Sobra decir que recibió una fuerte ovación.

Por ultimo, sentados entre el publico, se avientan la de “The Salt of the Earth”, un himno esperanzador de fines de los 60. Todo va muy bien, la gente cantando y balanceándose contentos. Se puede apreciar la felicidad de Jagger, satisfecho porque todo llegaba a su fin, cansado pero feliz porque el fue el eje y el motor que impulso todo el proyecto.
Lo chido se pone al final de la rola, donde se arma el desmadre por cortesía de los loquísimos Keith Moon, y Pete Townshend y compinches que los acompañaban. Todos se pusieron de pie, bailando como locos, aventándose, tirándose cojines…en fin, que estos eran el alma de cualquier fiesta y a pesar de llevar casi dos días sin dormir seguían echando relajo.

Y así es como termina este testimonio glorioso, un documental de un concierto inolvidable e irrepetible, el Circo de Los Rolling Stones.

¡Damas y caballeros, espero que lo hayan disfrutado!

THE END
En el 2004, fue lanzado como dvd remasterizado, con el audio remezclado e Dolby Surround. Realmente mereces tener esta joya en tu colección.
Aparte del concierto, incluye comentarios de Ian Anderson, Taj Mahal, Yoko Ono, Bill Wyman, Keith Richards, David Dalton (Rolling Stone), Marianne Faithfull, David Stark, Michael Lindsay – Hogg (director), y Tony Richmond (Director de fotografía)
También una entrevista muy interesante a Pete Townshend, y extras interesantes como tres canciones de Taj Mahal, dos ejecuciones clásicas del pianista Julius Katchen, una toma alterna de “Yer Blues”, otro dialogo entre Lennon y Jagger con el pequeño Julian fumando, una galería de fotos, un remix de “Sympathy for the Devil” por parte de Fatboy Slim, y un acto muy divertido de unos payasos.

En fin, realmente fue un milagro que este documento se haya preservado hasta nuestros días, ya que es un testimonio del espíritu que reinaba en esa época, de la camadareria, de un tiempo en que los artistas aun tenían libertad absoluta de hacer lo que se les viniera en gana, una época con grupos aguerridos que entregaban absolutamente todo en el escenario, un manual que todo músico o fanático que se diga roquero debe de ver y aprender.

* Publicado originalmente en la edición de diciembre de la revista electrónica DECIREVES


2 comentarios:

Su Satánica Majestad dijo...

Insisto: ¡qué buen desmadre se echaba en los viejos tiempos!

¡Voy a conseguir este circo!

Qué buen post. ¡Saludos!

Edgar López dijo...

Fue un placer leerlo en la última entrega de la revista.

Verdadero placer.

Saludos brother.