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lunes, diciembre 08, 2008

TRIBUTO (CHAFA) A LENNON

Cuando se acaban las palabras ya no existe la forma de describir lo que amas, lo que admiras. Eso sucede con Lennon, es tanta nuestra amiración y devoción por este personaje aún a 28 años de su trágica muerte, es tanto lo que se ha escrito sobre él, que ya no sabes como sorprender a los lectores, ni siquiera puedes sorprenderte a ti mismo, y lo que escribe uno, es lo mismo que escriben los demás, es la misma gata pero revolcada.

Trataré de ser diferente, aunque me vea chafa y pretencioso. Lo hago porque Lennon es uno de mis heroes. Mis heroes nunca han sido personajes que gusten de matar, asesinar, o dañar a su projimo. No, mis heroes gustan más de tomar una guitarra, una pluma, su pensamiento, un pincel, una cámara, su voz como arma, y no un fusil, una bomba, una granada.

Por eso, aunque sé que las criticas, las burlas caeran sobre mí, tengo que hacerlo. Aquí tres videos en exclusiva para Lennon, no para ustedes. Si es que me ves desde el más allá, Lennon, sabes que lo hago con todo mi amor, dolor y admiración porque yo siento y vivo tus letras, tu música. Tu vida fue muy semejante a lo que yo vivo, y creo que tenemos los mismos traumas. Pero sobre todo, te admiro como el gran músico sensible que fuiste, las grandes obras que creaste.

No creo que te revuelques en tu tumba, a diferencia de otros que graban canciones en tu nombre, pero reciben lana por hacerlo, yo no recibo ni un solo centavo, y si pudiera yo pagaría si tuviera dinero para pararme en un escenario y poder cantar tus rolas.

Si los roqueritos mexicanos homenajean y destrozan canciones del gran Tin Tán, del maestro Juan Gabriel, o de José Alfredo Jimenez sin ningun respeto, ¿Por qué no habría yo, un verdadero fan, un seguidor y admirador de Lennon de tratar de cantar y tocar su música a mi manera y con mis limitaciones?
Al menos yo si soy sincero.

Con todo mi cariño, y haciendo el rídiculo, he aquí tres videos con tres rolas de Lennon: Isolation, I'm So Tired, y I'm The Walrus.

Perdonen por mi horrible y nasal voz, por mi forma chafa de tocar la guitarra y sobre todo mi pésimo ingles extraterrestre. ¡Que los abominen!







viernes, diciembre 08, 2006

I AM THE WALRUS

Querido John Lennon. Sí, ya sé que aunque te tenga muchísimo respeto, tu cadáver está más putrefacto, agusanado, y hecho polvo. Aunque a mi la verdad me vale madres. Este es un ejercicio literario y aunque estés en el infierno (que es lo más probable), o quizá de pura chiripa estés en el cielo, eso no me importa. Tal vez leas esto, quizá no. Quizá te guste, quizá te valga madres. Quizá ya estés hasta la madre de que todos los pinches años es la misma cantaleta: Una turba de pendejos sin vida que no se resignan a saberte muerto, lejos y a la misma vez tan cerca. Que no nos resignamos a saber que ya no estás en el mundo de los vivos. Que año con año te recordamos escribiendo las mismas cosas que ya todos sabemos, imaginando o inventando las que podrían haber sido, e ignorando las que sólo tú sabías. Festejando y llorando, celebrando y cantando tus canciones de amor y de dolor. Eso con respecto a tus fanáticos que tanto te amamos, y te recordamos fielmente cada 8 de diciembre como si aún estuvieras aquí.
También, me imagino que has de detestar a los ejecutivos de las disqueras, que año con año lucran con tu nombre, con tu música en vez de dejarte descansar en paz.

Bueno, como fiel fanático, no era mi intención escribir este tipo de carta, desahogo, catarsis, o como lo quieras tomar.
Mi plan principal era escribir nueve cuentos-sueños acerca de ti. Lo malo es que se me ocurrió cuando faltaba menos de una semana y por más que me esforcé todo se fue a la mierda. Las ideas, los bocetos de cada uno de ellos ya los traía en mente, pero el tiempo fue más rápido y me venció, es por eso que en una especie de patada de ahogado escribo esto, aunque sí tú lees mi mente, puedes ver en mi cerebro las imágenes de mis nueve cuentos. De todas formas aquí te hago un pequeño resumen para que más adelante con calma los escriba y quizá el próximo año todos los puedan leer, aunque quizá alguien se ponga buzo y me los robe o me los pirateé:

1.- I AM THE WALRUS: Narra la historia de un chavito que gana un concurso de disfraces, al vestirse de morsa y entonar con su guitarra la rola beatlesca.

2.- LA CULPA DE TODO LA TIENE YOKO ONO: Una carta imaginaria de Yoko, en la que ella escribe muchas cosas que nosotros ignoramos sobre ti.

3.- WORKING CLASS HERO: Un resentido social se convierte en un súper héroe de la clase trabajadora cantando rolas tuyas.

4.- HISTORIA DE DOS HERMANOS: Dos hermanos ingleses que de niños jugaban a ser famosos músicos de rock, inspirados en Lennon y en los Beatles. De grandes cumplieron su sueño al tener su banda de rock. Los hermanitos Gallagher.

5.- I’M A LOSER: La historia de un borracho que pudo haber sido un rockstar, pero el destino le jugó una broma. Su nombre: John Lennon.

6.- EL SUEÑO HA TERMINADO: O mejor dicho la pesadilla. Un chavo despierta asustado y resulta que todo, la disolución de los Beatles, el asesinato de Lennon, todo ello ha sido sólo una triste pesadilla.

7.- TODOS QUEREMOS SER LENNON:
Cuento acerca de una banda de rock que se desintegra al primer ensayo por una reyerta entre dos integrantes que se pelean por ser Lennon.

8.- TEPETIXTLA: Cuento imaginario en el que el cuarteto de Liverpool llega de incógnito a México, a este apacible pueblito y es recibido por la banda local de viento y son homenajeados con su propia música (incluyendo un palomazo de Ringo y de John)

9.- EL FUTURO:
¿Cómo sería el futuro si Lennon aún estuviera entre nosotros?

Como vez, la labor era ardua. Anoche llegué a mi casa procedente de la fábrica. Cansado. Todavía pensaba escribir los cuentos, pero me rajé. Puse música tuya. Mientras intentaba escribir algo, pero nada se me venía a la mente. Apagué la grabadora. Saqué mi guitarra y me puse a tocar una de las pocas canciones que más o menos me salen bien, “I am the walrus”.

Es una delicia tocar y cantar esa canción. Como sube de tono. Y las frases, repetirlas con mi boca es algo indescriptible y placentero, parece un trabalenguas críptico. Esas frases sin sentido y alucinantes. Lo que me gusta es que a pesar de la majestuosidad y grandilocuencia de la canción, en especial por esos chelos, a diferencia de otras rolas, que son más lentas, o no se prestan mucho para tocarlas con la pura guitarra, esta rola la puedes desnudar, dejarla cruda, y sigue siendo una maravilla. Por eso me encanta esta rola.

Bueno, hablemos un poco de las rolas que me gustan y que tú escribiste: Pues una parecida a la anterior en el aspecto de que parece trabalenguas y es la de “Gimme some truth”, y la desoladora “Mother”, en la que me identifico contigo, nadie como nosotros que nunca tuvimos una figura paterna, que sufrimos y padecemos el mismo dolor, que muchas veces lloramos por la ausencia de un padre, que quizá nos muriéramos de envidia al ver a cualquier padre acariciando a sus hijos, o pensando a nuestro padre con otra mujer, con otros hijos. Espera, deja que me desahogue, compañero de desgracias.

Ya. Pero, no todo es oscuro. Hay canciones que me elevan, que me enaltecen, que me llevan a un mundo diferente, luminoso, ubicuo, que no sé en que plano físico o espiritual se encuentra, pero al que sólo llego cuando escucho rolas tuyas como la de “(Just like) Starting Over”, “Jealous Guy”, y hay otras en las que me siento o mejor dicho, a veces quisiera haber sido mujer para sentir lo que ellas sienten al escuchar rolas como “Oh my Love”, Woman”, o “Love”. Me imagino lo afortunada que ha de haber sido Yoko cuando tú le cantabas en exclusiva la de “Oh Yoko!”.

En fin, es una lástima que te nos hayas ido, no por tu voluntad, sino por decisión ajena. En lo personal creo que fue lo mejor que te pasó. Si estuvieras vivo te morirías de coraje al ver el mundo no de una forma en la que soñaste y describiste en “Imagine”, al ver la prostitución musical imperante, al ver el comercialismo vomitivo, el auge de la música basura, o “Muzack” como la llamabas tú.
Hay cosas rescatables, siempre lo hay, pero es lo mínimo. Y aún esperamos al Lennon del nuevo milenio. Esperemos no tarde.
Creo que tú con tu bondad ya olvidaste todo y ya hubieras perdonando a Mark Chapman. Tú pregonabas el amor, el perdón, y para nada el odio.
Bueno, te agradezco el que hayas existido, aunque eso no dependió de ti, pero en fin, tu presencia en la tierra nos hace más llevadera la existencia en este mundo gris, en el que ya no podemos creer en nadie, en falsos Mesías, y aunque no creo que Dios sea un concepto, por lo menos coincido contigo en no creer ni en la magia, ni en el I Ching, ni en el tarot, ni en Hitler, ni en Kennedy, ni en Buda, ni en los mantras, ni en el Gita, ni en el yoga, ni en Kings, ni en Dylan, ni en Elvis, ni en Los Beatles, ni en el Peje, ni en Calderón, ni en Castro, ni en Chávez, ni en el Ché, ni en Radiohead, ni en la Barranca, ni en La Mosca, ni en Bono, ni en el puto pendejo de Bush, ni en Yoko, ni en ti, ni en mi, en nadie.

Me tengo que ir, gracias por escucharme, por leerme, por reírte, por tenerme compasión, por ignorarme. No importa, un par de palabras más. Sigues siendo Lennon, seguirás siéndolo por los siglos de los siglos. Todos tus fans nos iremos a la nada, desapareceremos, nos olvidarán, nadie con todo su fanatismo o lo bien que escriba llegará a eclipsarte. No importa, me desahogué y terminé escribiendo algo que ni tenía pensado escribir. Bien o mal, chido, piñatísima, pinchurriento, sin adornos, crudo, todo esto es real, neto, sin pretenciones, y lo mejor, salió de mi alma. Adiós.

Atentamente uno de tus millones de insignificantes fans perdido en algún lugar del mundo.

martes, noviembre 29, 2005

A LA MEMORIA DE JOHN ONO LENNON (09/10/40 - 08/12/80)

Este próximo 8 de diciembre se cumplirán 25 años del asesinato de John Lennon. Y su influencia y memoria siguen todavía tan vigentes.
Me imagino a miles de escritores, periodistas, reporteros, locutores y conductores de televisión de todo el orbe, buscando inspiración para escribir unas líneas en memoria de Lennon. De Nueva York a Buenos Aires, de Londres a Tokio, de Berlín a Los Angeles... Y también, en nuestra amada Reynosa, hay gente común que ha sido tocada, cambiada, trastocada (aunque sea interiormente) por la música de este genio.

Así que, rodeado de una pequeña montaña de libros, revistas que hablan de él, y al igual que el trístemente célebre Mark David Chapman, el asesino de John, que después de chutarse unas 25 veces el libro de J.D. Salinger "The Catcher in the Rye" (libro de cabecera de asesinos famosos) acabó escuchando una voz que le ordenaba: "el Guardián en el centeno dice que John Lennon debe de morir". Así yo, escucho una voz que me ordena y me obliga a escribir algo en memoria de Lennon.

Así, sentado, espero que la inspiración baje del cielo. Nunca llega. Me doy cuenta de que a pesar de autoproclamarme roquero de cepa y beatlemaníaco de estirpe lennoniana, ¡Oh, sacrilegio!, ¡No tengo ni un sólo disco de él!
Salgo de mi casa y me dirijo a una tienda de discos, y adquiero la nueva recopilación de exitos de Lennon, el "Heróe de la clase trabajadora". Chido, trae 38 canciones, más que suficientes para darme un poco de inspiración. (Ya de paso en la tienda me traigo el triple de Greatest Hits de Queen, el nuevo de Franz Ferdinand y el Antics de Interpol).
Llego a la casa, pongo el compact en el reproductor, play y suena "(Just like) Starting Over".El viaje empieza y la inpiración empieza a descender.

Descubro una amarga verdad, y me doy cuenta de que ya no hay nada que añadir a los millones de escritos sobre la vida y obra de John Lennon, y que lo mejor es tratarlo desde una óptica interior. Desde mi propia vida.
Aceptada esta verdad, llegan a mi vida dos recuerdos de cuando era un chaval.

Poza Rica, Veracruz. 9 de diciembre de 1980.
Tenía escasos 5 años. Ese día estaba jugando futbol en el patio de mi casa. Llega mi papá y le dice a mi mamá muy triste y alarmado mostrándole un periódico. "¡Asesinaron a John Lennon!".
Le pregunto a mi padre "¿Quién es John Lennon?". Me explica que Lennon era un cantante y músico, de los Beatles, la banda de rock más grande del planeta.
Al otro día mi padre llega con un cassette de 20 grandes exitos de The Beatles. Escuchar esa música fue todo un torrente de emociones a pesar de mi corta edad. Fue amor a primer oído y mi entrada temprana y permanente al maravilloso universo roquero. Pero, lo mejor de todo es que tuve como un Deja Vu, esa música ya la había escuchado cuando era un bebé. Y sí, en la Ciudad de México, de dónde somos originarios, mi padre tenía un tocadiscos y una pequeña colección de los Beatles. Así que mi admiración por ellos y en especial de Lennon, viene desde el vientre de mi madre.

Segundo flashazo. Un viaje que resulto trascendental para mí. Mi familia y yo salimos de vacaciones al Df en una pequeña camioneta Datsun. Era 1987 y tenía once años. Todo el trayecto Poza Rica-DF fue sonorizado con música de rock en español de los 50 (Los Rebeldes del rock, Los Locos del ritmo, Los Hooligans, Los Teen Tops...) y obvimente Los Beatles, a quién mi hermano y yo no entendíamos las letras, pero cantabamos como desaforados en un inglés ininteligible.
Llegamos a México City a casa de mis padrinos. Después a mi padre se le ocurrió visitar a unos viejos amigos en un pueblito llamado Tenango del Aire, en el Estado de México. Sólo fuimos mis padres, mi hermano, yo y una hija de mi padrino llamada Lizeth y que la llamabamos Liz, que tenía mi misma edad y del que estaba pérdidamente enamorado. Aunque eso nadie lo supo, ella fue mi primer amor platónico.
Bueno, llegamos a una casita rústica, en medio del campo, muchos árboles, nopales, animales sueltos, calles sin pavimentar, bardas de piedra, magueyes, muchas flores, un aire tan puro y prístino que casi se podía palpar, y una pequeña comida afuera de la casa. Total, que me aburrí, le pedí las llaves de la camioneta a mi papá y encendí el estereo de la camioneta y puse a mis amados Beatles mientras contemplaba el Popo y la majestuosidad de la Mujer Dormida.
En eso estaba cuando Liz se aparece, bellísima como siempre. También estaba aburrida y se sienta a mi lado.
Erróneamente imaginaba que la música que a mi me gustaba le debía de gustar a los demás, así que le pregunté a Liz:
-"¿Te gustan los Beatles?"
-"No, ¿Quiénes son esos"?"
-"Los estás escuchando"
-"No, no me gustan".

Al oír esta respuesta me llevé una desilución y no pude más que pensar: "¡Oh, Liz. ¿Cómo es posible que no te gusten mis amados Beatles,nena?
Le pregunté entonces, "Y a tí ¿Qué música te gusta?"
-"Pues a mi me gusta Juan Gabriel, José José"
Segunda desilución. Ahora me la imagino casada, y sus hijos oyendo cosas como RBD, Belinda, Moderatto, reggeaton... (Guac!!!)

Después de eso le dí una pequeña cátedra beatlesca, y como yo nombraba mucho a Lennon, ella me pregunto que quién era ese tal Lennon.
Mi respuesta dio fin a la conversación y es de antología: "¡Yo soy Lennon!"
Le tome su mano, y me puse a cantar la de "I want to hold your hand".
Ya la estaba abrazando porque pues yo quería con ella y parecía que ella conmigo, pero en eso llega mi hermanito, nos ve y la suelto. Por desgracia nunca paso nada entre nosotros. Fin.

Después de estos recuerdos, me doy cuenta que ya no hay nada más que contar, que no hay mejor forma de homenajear a nuestros heróes. Que cada persona tiene su propia visión, su propia historia que contar. Esta es mi hisoria, una historia no revolucionaria, que sólo transformó mi mundo interior; pero, si sumamos todas las historias de la gente que ha sido tocada por la música de Lennon (y de Los Beatles en general), el resultado es demasiado grande y suficiente para haber hecho una revolución iniciada hace ya muchos años, y que hoy en día sigue encendiendo mechas cada vez que alguien por vez primera escucha esta música revolucionaria.
Así, mientras suena la bellísima "Real Love" me doy cuenta que la única manera de tributarle honor y perpetuar la obra y memoria de John Lennon, es mediante su música y sus discos. Sentarse, abrir los oídos y empaparlos con los acordes de "Imagine", "Jealous Guy", "Stand By Me", "Oh, my love", "Woman", "Love", "Mother"...
Transmitir su música a las nuevas generaciones, y esperar, quizá en vano, que este nuevo siglo nos de otro genio musical. Como Lennon fue el Beethoven del siglo pasado, esperemos ahora al Lennon o la Lennon de este nuevo siglo.