domingo, diciembre 18, 2005

DESPEÑANDOME AL FONDO DE LA BARRANCA

Hola, para variar hablaré nuevamente de La Barranca, aunque prometo que será por penúltima vez.
El viernes tuve el placer infinito de verlos tocar en la ciudad de Monterrey. He aquí mi propia visión:

Toda la semana pasada me la pase en ascuas, ansioso, con una emoción indescriptible, quizá semejante a cuando te vas a casar, vas a conocer a una chava nueva, vas a recibir un beso por vez primera, que sé yo.
Pensaba faltar el último día de trabajo con tal de ver a mis héroes musicales, aún con el riesgo de no recibir mi último pago y el aguinaldo. Gracias a Dios no fue necesario. El viernes no lo trabajamos y nos iban a pagar ese mismo día a las 9 de la mañana.

Por fin llega el ansiado viernes. Me levanto temprano, me voy al centro y allá tomo la pesera de la ruta Cavazos. Toda la bola de compañeros se encuentra allí. Llegamos y hay una kilométrica fila. Casi me desmayo. Por suerte el Spider se encuentra hasta mero adelante y me da chance de meterme impunemente a la fila. Salgo rápido y sonriendo con el billete en la mano. Veo que la fila sigue igual de larga y me pregunto dónde estaría.

Sin embargo mi felicidad se termina fugazmente cuando veo que no hay ninguna maldita pesera que vaya para el centro. Y ahí estoy como cerca de una hora. Veo que los que llegaron conmigo, salen y yo todavía sigo ahí. Al fin llega la pesera, me subo y me bajo en Soriana a comprar algunas cosas. Se me sigue haciendo tarde.
Llego a mi casa y mal como. Ya van a ser la una, hora en la que quedé con Marko Puente y con Celeste de vernos en la central.
Me voy al centro y se me ocurre hablarle a Marko para ver que onda. Me dice que Celeste que viene de Matamoros querido va a llegar tarde, como a las dos y media y que si la podemos esperar. Pues sí, a fuerza la tenemos que esperar ya que yo fui el ajuarista que la invito.
Me voy de nuevo al centro a comprar rollos a la cámara. Hago tiempo y cerca de las dos me voy a la central. Llego y no veo a nadie que se parezca a Marko. Cerca de las dos y media le llamo y me dice que ya esta en la central. ¿Dónde estás que no te veo? Aquí. Estaba enfrente de mí.

Esperamos a Celeste y Marko preocupado por llegar al Soundcheck. Una morra que yo ya había visto sentada se acerca a nosotros y se presenta como Aída, es la cuarta acompañante invitada por Celeste, ella es de Reynosa.
Bueno, por fin Celeste llega de Matamoros, rápido a comprar los boletos para Monterrey y lanzarnos de volada. En el trayecto platicando, aunque los más platicadores son en orden de importancia. 1) Aída 2) Marko 3) Celeste y 4) Yo.
El autobus va muy lento, hay mucho trafico y todo se vuelve una tortura sicológica intolerable. El tiempo, la lluvia, el frio me ponen de mal humor. Y cuando por fin a las casi cuatro horas llegamos el trafico se pone peor. Ya casi llegando a la Central la cosa se pone peor y decidimos bajarnos, Aída casi deja olvidado el discman de Marko, menos mal que yo con mi ojo bionico me doy cuenta y lo tomo. Nos bajamos y a caminar hasta el metro de Monterrey que esta más chiquito que el de México City, pero más limpio y cuidado.

Llegamos cerca de la Macroplaza y nos dirigimos al Barrio Antiguo. Por fin, como los antiguos aztecas que llegaron desde Aztlan hasta la antigua Tenochtitlán, así nosotros llegamos del Nuevo Santander al mítico Café Iguana. Demasiado tarde, La Barranca ya había hecho su prueba de sonido. Ahí estaban los integrantes de Circulos de la Nada. Marko me los presentó y chido, muy sencillos y muy buena onda. Faltaba verlos en el escenario.
Llegan mas amigos de Marko, unos procedentes de Reynosa, otros de Monterrey y otros más de Montemorelos. Aída y Celeste deciden irse a casa de una tía y regresar más tarde. Me quedo con Marko y sus amigos. Pasamos a una tienda y compran mucha cerveza Tecate. Nos vamos al hotel donde antes habíamos buscado a los de La Barranca infructuosamente. Al entrar a la habitación me llega un conocido olor medio dulzón (así lo percibo yo) de la mariguana.
Total, a excepción de la Guerrera, Marko y yo, todos los demás se ponen a tomar, a fumar tabaco y of course mariguana.
La plática pasa desde Oaxaca, tradiciones del sur, sustancias alucinogenas (peyote, hongos...), hasta temas controversiales La Barranca versus Jaguares. (Lo cual trataré en un tema aparte.
La más platicadora resultó la Bruja de Montemorelos. Nos tomamos unas fotos y nos preparamos para el concierto. Antes de La Barranca había dos grupos, uno que no venía anunciado en el cártel y otro llamado Letra Muerta. Decidimos brincarnos a los dos primeros.

Cuando llegamos al Iguana, apenas se iban a subir los de Circulos de la Nada. Un grupo del cual Marko me había hablado maravillas. Yo estaba muy escéptico, si no escucho a cualquier grupo extranjero, menos a los mexicanos, casi nada me sorprende.
Hasta que los tuve enfrente de mí. Circulos de la Nada es un grupo sui generis, no lo podría describir. Es medio folk, con ritmos afroantillanos, rancherosos, pero sobre todo nunca deja de ser rock, nada que ver con Maná, El Gran Silencio o Café Tacuba (en algunos momentos). Me dejo buen sabor de oídos. Neta que si son abiertos a nuevos géneros y fusiones no se los deben de perder. Estuvo chido el cover que hicieron de Al Final de la Playa de La Barranca.
Aquí les dejo la página para que los conozcan y oigan un poco más de sus rolas: http://www.circulosdenada.com

Bueno, lo mejor de lo mejor llego cuando por fin La Barranca estuvo enfrente de nosotros, cuando la magia empezaba y veía por vez, casi enfrente de mi a mis idolos musicales: Los hermanos Arreola, Alex Otaola y J.M. Aguilera.
Maldita sea, me doy cuenta que el set que cantaron no lo traigo, así que les dire las canciones no en el orden que aparecieron. Recuerdo que la magia empezo con "La Caída", y de ahí se siguieron con rolas como "Reptil", "Elixir de la vida", "El Síndrome", "El Alacrán" en la cual subio a cantar el vocalista de Circulos de la Nada. "Tsunami" puso a todos a bailar con esa guitarra tan extraterrestre y friqueante de Alex Otaola. Esa canción fue unida con "Don Julio" y "La Barranca"
Del Tempestad solo se aventaron aparte de La Caída, la de "El Velo". Del Rueda de los Tiempos sólo se echaron la de "Llueve" con un solo de bajo de Alonso en el cual requinteba con el bajo la parte del solo de guitarra y lo mejor fue cuando Alex, José Manuel y Alonso se unieron al unísono con esa parte, realmente sublime y alucinante.
Del Denzura, pues solo nos deleitaron con "Animal en extinción". Del Cielo protector, ya les dije que "Tsunami". Donde se mostraron esplendidos es con El Fluir. "Por donde pasas", "Zafiro", "Una tarde en la vida", "El Rio", "Usumacinta", y "Ser un destello".
Hubo un encore, en el cual ejecutaron la de "Día Negro" (su creep) y la de "La Rosa". Se despidieron y volvieron a salir para cantar de la de "Quémate Lento".
Neta, era el extasis total el estar allí, me es imposible describir la sensación, la emoción de escucharlos en vivo, y verlos tocar, su presencia escenica es muy poderosa. Los cuatro son unos excelentes instrumentistas, muy virtuosos: José Manuel Aguilera para mi sería el Jimi Page mexicano, realmente para alguien que apenas sabe tocar lo básico en la guitarra, te deja boquiabierto la forma en que la hace chilla, la hace gemir, la acaricia y le saca los sonidos más increíbles. Aparte la forma en que canta su poesía hace derretir a todos, me imagino como han de sentirse las chavas al escucharlo cantar.
Alonso Arreola tiene una peculiar forma de tocar el bajo, sus dedos parecen arañas moviendose por todos los trastes. Por su forma de tocar quizá lo podría comparar con el gran John Entwistle, bajista de The Who, pero Alonso junto con los demás tiene una personalidad propia.
José María Arreola por su forma a la vez tan fina y la vez tan alocada de tocar la batería, por esos ritmos únicos, poderosos, podría compararlo entre una fusión con el loco de Keith Moon de The Who y el fínisimo Ginger Baker baterista del supergrupo Cream.
Y Alex Otaola, muy opacado por José Manuel Aguilera, a pesar de sus caras, gestos y movimientos curadísimos. Pensaba en él como una especie de The Edge, pero ese título le queda mejor al buen Joselo de Café Tacuba, así que el sería el Ed O' Brien mexicano, excelente con los efectos guitarristicos pero opacado por Johnny Greenwood (en este caso por Aguilera).
Total que los cuatro hacen una maquinaria perfecta y poderosa que se cuela hasta lo más profundo de tu ser. Un concierto inolvidable, una madrugada que nunca se olvidará, un gran salto al vacio, un nudo perfecto, una máquina ciega, un laberinto borgiano, la cosa más extraña que jamás halla surgido en todo el continente americano, tu recordatorio anticipado de tu muerte, la realización de tus sueños muertos, un gozo profundo corriendo por tus venas que no se puede explicar y menos repetir, un instante adentro de otro instante que deslumbra más, una fuerza que nos arrastra, nos deslumbra, nos aterra y nos maravilla, alguien que se roba tu nombre, tu, paz, tu tiempo y hasta tu perro y sólo queda tu propia visión... en fin un final que querías evitar a toda costa y que solo se podía evitar evitando el principio.
Lástima que no se aventaron clásicas como "Akumal", "El Cometa", "Belleza", "Perla", "Caravana", "Prisma", "Estallido Interno", Imperdonable "La fuga de Rubén"!!!!, "Cielo Protector", "Bendición", "Fascinación", "La Visión"!!!!, "Denzura", "Madreselva", "Hendrix" y "Si Acaso hay vida".
De nada sirvieron nuestros gritos, La Bruja grite y grite "Tal Vez ni Dios" y yo, "Perro en el periferico", "Medíanoche" y "The Unforgiven", ¡Sí como no! ¿Y tu paleta de que la quieres?

Al termino del concierto, pasamos atrás y pude saludar a los cuatro, José Manuel y Alex me firmaron las tres revistas que llevaba, los Arreola solo una baqueta que me encontré tirada en el cuartito y que ni tarde ni perezoso levante. Ya con esta baqueta completo el par, la otra me la gané también en Monterrey en un concierto de Café Tacuba en la Huasteca. Sólo me falta la batería. También me compré dos playeras muy chidas, una bordada como en el disco de El Fluir y la otra de Tempestad. Y sólo me tomé una foto con Alonso.

Después me perdí, perdí a mis acompañantes, los busqué y nada, fui al hotel y nada, no me sabía los nombres, sólo los apodos. Le pregunte a los de Circulos de la Nada y nada, le hablé al celular a Marko y tampoco. No tuve más remedio que tomar un taxi a la Central, y a las cuatro en punto regresaba de nuevo a Reynosa City. Me quede dormido y a las siete en punto estaba en casa.

Ayer supe por Celeste que me buscaron, que esruvieron todos con el grupo, eso me lo imaginaba y que envidia, aunque logré lo más importante: Escucharlos y viajar con ellos. Viajar a espacios imposibles sonoros y sin ayuda de ningun combustible mental, eso estuvo de poca, nadie había logrado algo semejante, ni Pink Floyd, ni U2, ni Paul Mc Cartney, ni Dire Straits, ni The White Stripes, ni NIN, ni Marilyn Manson, ni Iron Maiden, ni Judas Priest, ni Lacrimosa, ni Therion, ni Interpol... ni otras vacas sagradas que me ha tocado prescenciar y escuchar. (¿A poco se la creyeron que he visto a esos grupos? jajajaja que ingenuos.)

Bueno, espero esta larguísima crónica les sirva a los que no conozcan a este grupo y cuando halla una oportunidad, no lo duden ni un instante y se lanzen a escucharlos. Les prometo que no se arrepentirán.
Para despedirme, sólo les quiero decir que pronto pondré algunas fotos del concierto y de otros, nomás dejen que aprenda como hacerle jajajaja bye.

Aqui les dejo también a los neofitos la pagina barranqueña:
http://www.labarranca.com.mx

2 comentarios:

Unknown dijo...

Se ve que el concierto estuvo bien chido, cómo me hubiera gustado estar ahi, ni modo, ya será para la otra.

Un saludo.

Hamlet dijo...

Que mala onda que no hallas estado allí, sé que cada concierto de La Barranca es único, irrepetible e inolvidable. No te preocupes, creo que eres chilango y ya tendrás muchas oportunidades.
Chido que te guste La Barranca.

Saludos desde el abismo.