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lunes, julio 21, 2008

ESTA NOCHE FUIMOS INVENCIBLES

Monterrey, Nuevo León. Miércoles 16 de julio del 2008.

Salimos temprano para Monterrey. Dos Caballeros de Reynosa: uno, ingenuamente sabía a lo que se enfrentaría; el otro, aún sabiendo que podría salir derrotado tuvo la osadía de subirse al autobús que lo llevaría a un viaje sin regreso.

Llegamos sin contratiempos a la ciudad del cabrito, y una vez allí había que matar el tiempo ya que nuestros contactos, o estaban trabajando, o estaban durmiendo.
Con el alma en vilo, ya que Laura (Ciudadana Herzeleid) tenía el boleto del Spider, y Luis (Oso Polar), tenía el mío. Pensábamos que nunca llegarían pues Laura dijo que llegaría como a las 6 al centro, y el Oso pues nomás no se comunicaba ni podíamos comunicarnos con él. Para no hacer largo el cuento, casi cerca de las nueve nos juntamos los cinco caballeros: El Spider, Gerardo (Jerritz), el Oso, Laura y yo Hamlet, su servilleta.

Nos lanzamos de volada hacía la Arena Monterrey en el metro, el cual es más bonito y chiquito que su similar chilango.
Hacía muchísimo calor. Se podía ver y palpar la emoción de estar frente a frente a una de las mejores bandas inglesas de rock de todos los tiempos: MUSE.
Si no existiera Radiohead, Muse sería mi banda inglesa favorita, pero lástima, existe la radio cabeza; pero en fin, hay cosas que Muse tiene y los de Oxford no: siendo sólo tres personas, hacen más ruido, tocan más pesado, tocan las fibras más sensibles de nuestra alma, nos elevan al cielo, y de repente nos tiran de golpe a los abismos de la depresión. Algo que también hace Radiohead, pero con la diferencia que Muse lo eleva a la enésima potencia.

Por mi parte, iba más que emocionado, como quinceañera al presentarse en sociedad, o como señorita a punto de ser desvirgada. Imaginaba las fotos de Bellamy y compañía que tomaría con mi nueva cámara (por la cual pasé una horrible odisea y todo para nada), los videos que subiría a youtube para presumir que estuve allí, y sin embargo, un estupido energúmeno lamesuelas que trabaja para la compañía de seguridad de la Arena Monterrey no me dejó pasar la cámara con la que quedaría registro de este gran acontecimiento. Maldito guardia, (siempre los he odiado, ya que vienen siendo como primos hermanos de la policía, siempre tan serviles y arrastrados con sus jefes). Adentro, me daba coraje de que cientos de personas tomaban fotos y videos con sus celulares. No hallo la razón de este sinsentido. ¿Qué diferencia hay entre una cámara y un celular? Aparte de la diferencia de calidad visual, los dos sirven para registrar imágenes. Lo peor de todo, es que ese hecho no me hizo disfrutar al cien por ciento el concierto, y es que algo como esto se convertirá en trauma y lo recordaré sufridamente toda mi vida.

Total, olvidándonos de ese pendejo ojete y sus putos jefes hijos de su reputa madre dueños de la Arena Monterrey, concentrémonos en la música, la música que es lo que salva todo.
Cada quien por su lado. El Jerritz afortunado, le tocó solo en cancha, parado, pero enfrente de los dioses. Por su parte, al Spider le tocó junto a Laura, sepa donde.
Y a lo último, como abortivos, el Oso Polar y yo, su seguro inservidor, en luneta en la sección J, envidiando como muchos posers, trendys, despistados, seudoroquers, estaban hasta adelante.
Por fin, cerca de las 9 40, los dioses se mostraron al público. Cuando veo las siluetas de Bellamy, Dominic Howard y Chris Wostenholme (más un tecladista de apoyo llamado Morgan Nicholls) no puedo creer que esté a unos cientos de metros de unos de mis héroes musicales.
Comienzan con una rola que para variar no conocía llamada Dead Star, al parecer es de un EP del 2002. No me emocionó mucho, pero para la segunda todo cambió, pues New Born, es una de mis favoritas con su introducción de teclado, la cual nos hizo roquear luego luego (aunque el Oso dice que me limité a aplaudir solamente, no me vio agitar la greña, headbangear y brincar en tres rolas, pues estaba tan embelesado, narcotizado, hipnotizado e idiotizado escuchando a Muse), pues New Born empieza tranquilo, para que a los dos minutos se desaten tanto Howard en la bataca, como Wostenholme en el bajo, y Nicholls con unos teclados espaciales.
La siguiente cima fue la electrobailable Suppermassive Black Hole, que de haber estado en piso plano, sin riesgo de caer al asiento de enfrente, no hubiera dudado en ponerme a brincar y saltar como loco.
Después siguió un remanso son la depechemodiana Map of the Problematique. Ahí si me ahuevoné un poco. Pero imagino que todos los pinches fresas han de haber celebrado esta canción.
Siguió otra cima, con la demente Butterfly and Hurricanes, que la verdad fuera de su contexto (todo el álbum Absolution) no sonó tan poderosa como cuando pones todo el disco y las canciones que le rodean.
Sunburn, fue la única canción de su primer disco, Showbizz, la cual es muy poderosa, tipo New Born, empieza calmada con unos acordes de piano, para luego desatar toda la furia.
El primer abismo de la noche llegó con la enorme Feeling Good, la cual siempre me ha parecido muy Portisheadiana, y no se vería mal con un solo de guitarra tipo jazzero cabaretero por parte de Adrian Utley. Bellamy realmente se lució en el piano, y sobre todo en la segunda parte de la canción donde canta con megáfono (o como se llame esa madre).
Por si fuera poco, todavía nos adentró más en los abismos de la locura con la tristísima Space Dementia, la cual me puso la carne de gallina.
La calma vino con una improvisación media mamila llamada Bass Jam, disfrutable, pero realmente imprescindible.
Luego, llegó la cumbre más alta del concierto. Una canción de bajo perfil del Black Holes, hizo que el concierto se volviera inolvidable y mágico. Con esa interpretación valió la pena el viaje, el boleto, el no poder tomar fotos, el estar ahí. Invincible se robó la noche. Realmente me dejó noqueado. La guitarra evocadora, muy pinfloydiana, ensoñadora, combinado con ritmos marciales de la batería de Howard, los teclados atmosféricos, la interpretación suplicante, desesperante, anhelante de Bellamy, todo ello era más que suficiente para dejarte exultante, pero faltaba más, el bajo palpitante de Wostenholme a mitad de la canción, y la pantalla mostrando imágenes desoladoras de marchas, protestas, motines, represiones, golpizas brutales tanto de la policía, y del ejercito, gente oprimida de toda parte del mundo. Todo ello podía hacer quebrar tu alma, rendirte, pensar que la vida no vale nada. Luego el solo de Bellamy, que casi aniquila tus sentidos, un solo muy sencillo, si acaso con unos efectos futuristas, pero que logran elevarte. Lo mejor, la letra, el mensaje esperanzador: Eres único, “no hay nadie como tu en el universo”, no dejes de luchar, aunque “ellos nos derrumbarán”, levántate, “realmente esta noche, podemos decir que juntos somos invencibles”.
¡Sublime!

La magia terminó pronto, porque una de sus canciones más poperas se apoderó del espectro sonoro: Starligth, y miles de fresas cursis aplaudiendo la canción, de hueva.
Las cosas mejoraron con la histérica Hysteria, pero fuera de su contexto no suena tan poderosa. Lo que la salvó fue Bellamy y su guitarra.
Time is running elevó las cosas y dio pasó a la siguiente cima y una de las más esperadas por un servidor. Stockholm Syndrome una de las rolas más pesadas de Muse, y con la que nuevamente puse a agitar mi greña.
Lamentablemente así terminaba el concierto, apoteósicamente y extáticamente. Sin embargo, a pesar de que la gente gritaba, yo sabía que era de ley que iban a salir a hacer un encore, así que mejor me senté por única vez en el concierto.

Dicho y hecho, no tardaron mucho en salir de nuevo. La frenética Take a bow con sus sonidos espaciales y letra sicótica nos elevó de nuevo. Los teclados se clavaban en nuestros oídos inmisericordemente como pistolas de rayos láser.
Plug in baby con su ritmo frenético anunciaba que la felicidad no es para siempre.
Knigths of Cydonia nos confirmó que la felicidad y la tristeza pueden convivir al mismo tiempo. Felicidad porque fue la rola que más esperaba, la única que me hizo brincar. Tristeza porque sabía que sería la última probada de felicidad, porque al silenciarse el último acorde, se acabaría lo real, y de ahí en adelante todo lo que habíamos visto pertenecería sólo a la memoria. Ya no viviríamos ese instante nunca jamás.

La lucha terminaba, los caballeros salíamos vencidos. Por más que nuestros sentidos estaban agotados y embotados, necios y masoquistas queríamos más y más, pero los dioses se fueron, no pueden estar con nosotros para siempre. Nada es para siempre.

Lo que más me duele es que dejaron rolas IMPRESCINDIBLES, que debieron tocar, y todas ellas superiores a cosas como Starligth, Dead Star, o Map of the Problematique.
Por ejemplo:
Falling Down, con su ritmo gospeliano estaba perfecta para un set acústico.
Unintended, igual que la anterior, muy tristísima.
Uno, con su introducción guitarrera (muy thecuriana), esos bajos gordos gordos, y la voz desgarrada y esquizofrenica de Bellamy. Totalmente pesada.
Microcuts, con voz operística desesperante de Bellamy, que recuerda a Freddy Mercury.
Apocalipsis please, rola seminal, perfecta para comenzar un concierto, aterradora.
Sing For absolution. Otra triste y desgarradora. Imperdonable no haberla incluido.
Blackout: una especie de vals espacial (el equivalente de Subterranean Homesick Alien), mejor que un viaje en ácido.
Ruled by Secrecy. Otra radiohediana que va subiendo de intensidad y recuerda a Street Spirit (fade out).
Assasin, poderosa, vertiginosa y muy pesada.
Con esas realmente el concierto hubiera sido mágico y celestial.

Terminando el concierto, me compré una playera. Platicamos un rato afuera de la Arena. El Oso se fue a casa de su mamá (en la Santa Catarina pinporrrón, pinporrón, era hija de un rey, era hija de un reeeeyyy pon pón) donde lo esperaban con leche y pan. Laura sepa a donde se fue. Por su parte, Jerritz nos llevó al Spider y a mí a su casa por San Nicolás en un taxi que recorrió más de media hora, y nos cobró como $60.00 (en Reynosa, un viaje de unos 10 minutos cobran unos $40.00. y ese viaje nos hubiera salido unos $200.00).
Nos desvelamos viendo un dvd de la Cuca que mantuvo felices y emocionados a Jerritz y al Spider (sobre todo por la mamacita que hace un streap tease). Luego una película de terror que se llamaba la Mansión del Terror. Y luego a dormir. Lo que sucedió el jueves ya es harina de otro costal. Saludos.

FEELING GOOD



INVINCIBLE



UNO (de lo que nos perdimos)



RULED BY SECRECY (otra que nos perdimos)







De derecha a izquierda: Jerritz, el Oso Polar, Laura y yo.

De izquierda a derecha: Laura, Jerritz, Oso Polar, y Spider.
De arriba para abajo: Yo, el Oso Polar y Jerritz.


Laura escapando de la policía.



Yo, a punto de ser embestido por un tren.


El Battersea regiomontano.

martes, abril 17, 2007

EL BUENO, EL CHAFA, EL PATITO FEO Y EL SUBLIME

Es casi 100 % probable que todos mis frecuentes lectores ya hayan escuchado los siguientes discos y bandas. Pero, pues quizá haya algún despistado que todavía, o lo más común, como sé que me visitan muchos lectores pasajeros y sobre todo muchos pubertos que todavía no saben que hacer con su vida, y andan buscando nueva música, pues esto está dirigido especialmente a ellos. Quiera Dios que algún despistado pueda abrir sus oídos y empaparse con esta celestial música que en lo particular me eleva hasta el Nirvana.

TV ON THE RADIO: LOS NEGROS TAMBIÉN ROCKEAN

Efectivamente, rockean y lo hacen muy bien. Ahí tenemos por ejemplo al gran Little Richards, al gordito Fats Dominos, y al rey sin corona del rock and roll, Chuck Berry. Está también el mejor guitarrista de todos los tiempos San Jimi Hendrix, el funkero de Prince, y su clon Lenny Kravitz (y el clon de este, Kalimba jajaja). Los metaleros de Living Color. El rasta Bob Marley, los sensacionales hiphoperos de The Roots, las one hit wonders de 4 Non Blondes, y un larguísimo etcétera.

TV on the Radio es una excelente banda neoyorkina conformada por dos blancos y tres negros sensacionales. Una banda loquísima que abreva sabiamente de las fuentes primigenias del rock. Y, aunque es bien cierto que para nada son la salvación del rock, ni tampoco han descubierto el hilo negro, su propuesta ha resultado refrescante para los oídos cansados de escuchar cientos de banditas indies que no se cansan de copiarse a sí mismas.

Liderada por el graduado en cinematografía Tunde Adebimpe (Voz), y por David Andrew Sitek (guitarra, teclado, voz); además de Kyp Malore (guitarra, voz), Jaleel Burton (batería), y Gerard Smith (bajo), esta banda supo amalgamar diversos géneros musicales como el soul, el doo woop, el gospel, los spirituals, la electrónica, el funk, el hip hop, el jazz, el blues, y obviamente el rock. Todo lo anterior da un resultado muy peculiar y algo en cierta forma original.
El grupo cuenta en su haber con cuatro Ep’s (Tv on the radio, OK Calculator, New Health Rock, y Young Liars), y dos larga duración, el excelente Desperete Youth, Blood Thisty Babes (2004), que tiene grandes rolas como la abridora “The Wrong Way”, grasosa, trepidante y con un bajeo sucio (Se recomienda que se escuche a todo volumen, verá como se cimbra su casa) ¡Sensacional!, “Dreams” y esa batería tan precisa acompañando esas atmósferas inquietantes; ese juego de sensacionales voces en “Ambulance”, o “Bomb Yourself” con unos teclados sicodélicos que remiten a The Doors.

El año pasado el grupo lanzó su segundo Lp, Return to Cookie Mountain. Considerado por muchos críticos como el álbum del año. Escuchad con atención el magnífico manejo de voces en “Let the Devil in”, y “Wash the day” (con esa pared de guitarras); está también la poderosa “Province” con David Bowie en la segunda voz (ese Bowie tiene la genialidad de descubrir cada grupo chido); la joyota que es “Dirtywhirl”… En fin, todas sus canciones son geniales. Si no los han escuchado corran a su tiendita de discos más cercana, o bájenlos por internet si no tienen lana.


Return to cookie mountain
. Ojalá todos los grupos puedan encontrar esta deliciosa montaña de galleta y regresar renovados y con un aire fresco que tanto hace falta en la música de hoy en día.

LOS PELIGROS DE LA SOBREVALORACIÓN: THE KILLERS

“Con Sam’s Town, declinan ser: La mejor Banda de los Estados Unidos, para convertirse en: La Mejor Banda de la Historia” NME
Anuncio publicitario aparecido en Rolling Stone México 48 página 19

Al leer ese anuncio no supe si debía llorar o reír. Es realmente algo irresponsable por parte de los medios hacer declaraciones tan a la ligera. Es más, yo como dueño o editor de una revista me negaría tajantemente a publicar esta clase de anuncios de gente oportunista y engaña bobos.
The Killers, una banda a la que le traía muchas ganas de escucharlos. Estuve tentado varias veces a comprar su primer disco, el excelente Hot Fuss, pero pensé acertadamente que este era un grupo en la misma línea de Keane, Travis, Elbow, The Strokes, Block Party, Artick Monkeys, Franz Ferdinand, y un largo etcétera que con el paso del tiempo serán sólo recordados por gente nostálgica aferrada al pasado.

El tiempo pasó, y luego de ver adolescentes oligofrénicos que se creían muy roquerotes pero que escuchaban bazofias como Good Charlotte, Sum 41, Moderatto, Belinda, ¡RBD!, Julieta Venegas, y los más gruesos a Green Day, The Rasmuss, y My Chemical Romance; esos mismos eran los que escuchaban a The Killers. Ahí desistí de escucharlos.
Sin embargo, hace días decidí bajar de internet los dos discos de The Killers. Como es mi costumbre, si me gustan pues los compró. Me gusta tener la música original.

Como escribí líneas atrás, el primer disco Hot Fuss (2004) es excelente. Claro que tampoco es la gran cosa, pero es un disco agradable, disfrutable, muy bien producido, ejecutado, y tiene grandes rolas y dos que tres himnos trascendentes.
Están por ejemplo la abridora “Jenny was a friend of mine”, la divertida “Smile like you mean it”, “Somebody told me”, con esos ritmos ochenteros que te incitan a bailar; pero sobre todo están esos dos himnos ante los cuales me pongo de pie y me quito el sombrero invisible que nunca traigo puesto: la conmovedora y bellísima “All these things that i’ve done” (coros gospelianos incluidos cortesía de los Sweet Inspirations), y “Andy, you’re a star”.


Sin embargo, para el segundo disco, la banda ya había sido sobrevalorada por muchos medios y por el público acrítico. El resultado fue Sam’s Town, que si bien no es para nada un mal disco, tampoco es la gran maravilla que nos intentan hacer creer y vender, inclusive, es la formula repetida del primer disco, aunque sin la originalidad y frescura de aquel. Es en realidad un disco premeditado y listo para asegurar su éxito en la radio y en las listas de popularidad.
Después leo las reseñas de los conciertos que dieron en México. Casi todas negativas. Que el grupo suena mejor en sus discos que en directo. Que no sudan, que no se entregan…
Escucho su disco segundo y pienso: “Qué bueno que nunca compré el disco”. Seguro en un par de años lo tendría ahí arrinconado.
Así es la vida de cruel. No creo que pasen del tercer disco, y si bien les va, quizá muy remotamente algún día que me sobren ganas (y sobre todo dinero) me compré el primer disco.

EL PATITO FEO DEL ROCK BRITÁNICO: MUSE

Comparado injustamente con Radiohead, y opacado por grupos menos creativos como Keane, Elbow, Travis y Coldplay, tuvieron que pasar casi once años y cuatro excelentes discos para que al fin Muse fuera tomado en cuenta y valorado en su justa dimensión.
Muse es un trío originario de Teighmouth, Devon, Inglaterra. Conformado por tres amigos inseparables, Matthew Bellamy (voz, guitarras, y teclados), Chris Wolstenholme (bajo y coros), y Dominic Howard (batería y percusión).

En 1997 lanzaron dos Ep’s, Muse y Muscle Museum. Dos años después lanzan su disco debut Showbizz, en el cual ciertamente hay muchas semejanzas con Radiohead, pero para nada se trata de una vil copia, ya que Muse con ese sonido pesado logra asimilar bien sus influencias y crear un sonido único.
En el 2001 regresan con el bellísimo Origin of Simmetry (su equivalente a The Bends). Aquí demuestran que están años luz de los demás copias clones de Radiohead.


En el 2002 lanzan el que creo que es uno de los mejores discos de esta nueva década: Absolution. Un disco desolador, sombrío, poderoso, apocalíptico, escalofriante, paradójico, esperanzador y desesperanzador al mismo tiempo. Un disco que se ubica en la delgada línea que divide al cielo del infierno.
El soundtrack perfecto para el Apocalipsis. Desde esas escalofriantes botas militares que desfilan en “Intro”, luego la vertiginosa “Apocalyse please”, la redentora “Sing for absolution” con esos acordes en el teclado que parecen los sonidos de las lágrimas de Dios cayendo a la tierra. Una canción en la que no sabes si llorar o reír. Continúa la electrómetalera "Time is running out", luego, la metalera “Stockholme syndrome” contrasta con ese remanso en medio de la tormenta, la acústica “Falling away with you”; después del breve “Interlude”, la desilusión, la tormenta y la oscuridad siguen apoderándose sin piedad de nuestros sentidos con la histérica “Hysteria”, y ese vals inclasificable celestial que es “Black Out”, luego le sigue la demencial “Butterflies and Hurricanes”; "The small print" es una especie de prototrash (escuchad los tambores aporreados sin piedad por Dominic Howard), "Endlessly" es una oscura canción de amor para los tiempos finales, la cual da paso a la pulsante y vibrante de excelente nombre “Thoughts of a dying atheist”. El álbum cierra magníficamente noqueándote con la oscura belleza de “Ruled by secrecy”.


El año pasado Muse saca el álbum que le daría su merecido reconocimiento mundial, Black Holes and Revelations. Una nueva obra maestra.
Un disco en el que exploran todas las posibilidades sonoras, y se adentran con fortuna en terrenos metaleros, electrónicos, sinfónicos, góticos, sicodélicos, pesados, y hasta bailables, pero sin perder para nada esa melodicidad que los distingue, y esos sonidos apocalípticos y ominosos.
Allí está la pesada rola abridora “Take a vow”, la “popera” y radiable “Starlight”, la electrobailable “Supermassiveblackhole” (con esas voces a la Bee Gees), la tranquila y discotequera “Map of the problems”, la desesperanza acústica de “Soldier’s poem”, la radioheadiana “Invincible” (encajaría perfecta en The Bends), la metalera apocalíptica y poderosa “Assassin”, “Exo-politics” es una canción que habla de conspiraciones (en especial del 11-S), “City of delusion” y sus ritmos flamencos, y “Hoodoo” que parece sacada del soundtrack de un espagueti western. El álbum cierra con la poderosa y la equivalente en música de una película de ciencia ficción: “Knights of Cydonia”.
Así es amigos. Muse es la mezcla perfecta, el equilibrio entre la música más pesada y la más melódica. La ecuación perfecta sería una suma, algo así como Radiohead + Motorhead = Muse.
Lo mismo lo pueden escuchar chavos que les gusta el metal melódico como Lacuna Coil, Nigthwish, Opeth, Therion, Lacrimosa, Gathering, y los pesadones como Motorhead, Slayer, Anthrax, Megadeth, y también los que buscan sonidos más amigables como los fans de Radiohead, Coldplay, Mogwai, Elbow, Idlewild, y todos los britpoperos.
Si no los han escuchado, la neta de lo que se pierden.

ARCADE FIRE: EL SECRETO MEJOR GUARDADO DE CANADÁ.

No deja de sorprender la gran cantidad de bandas y artistas que Canadá ha regalado al mundo: Rush, Joni Mitchell, Alanis Morrissette, Leonard Cohen, Neil Young, los sensacionales Cowboys Junkies, Godspeed Your Back Emperor (injustamente desconocidos), pasando por artistas más accesibles y poperos como Bryan Adams, Sum 41 y Avril Lavigne

Sin embargo, en este momento, las orejas de todo el mundo están apuntando como antenas parabólicas a los sonidos provenientes de una banda de Montreal llamada Arcade Fire. Un extraordinario grupo con un sonido indescriptible que fluctúa entre lo celestial, lo luminoso, lo depresivo, lo oscuro, un sonido que exalta y que redime. Arcade Fire ha venido a refrescar con aires frescos la escena actual del rock.

Fue un gran placer haber descubierto este grupo hace poco más de dos años. Y no tengo miedo de afirmar que Arcade Fire está ya al nivel de grupos actuales como Radiohead, Muse, Belle and Sebastián, Mogwai, Super Furry Animals, Manic Street Preachers, Beta Band, y otros contemporáneos igual de excelentes.

Este septeto canadiense es un combo formado por un par de texanos y cinco chavos canadienses. Todos con pintas de nerds, fresas, bien portados, bien vestidos, y sobre todo académicos, amantes de su instrumento y entregados a la música.

Formados en 1993 por el líder da la banda Win Butler (cantante principal y guitarra), la hija de inmigrantes haitianos Régine Chassagne (Cantante, coros, y multiinstrumentista, toca lo mismo acordeón, xilófono, batería, teclados…), Richard Parry, nuevo miembro de El Club de Corazones CuatroOjos del Sargento Buddy Holly (Bass, teclado, celesta, acordeón, guitarra eléctrica), William Butler, el más pequeño de la banda, pero no por ello menos talentoso ( Sintetizador, bajo, guitarra y percusiones), Tim Kingsbury (Bass, guitarra y algunas veces el teclado), la otra belleza del grupo, Sarah Neufeld (Violín, además es miembro de otra excelente banda llamada Bell Orchestre), y Howard Bilerman (Batería. Se dice que ha tocado en más de 250 grabaciones en múltiples grupos canadienses). Este último dejó a la banda y ahora es sustituido por otro excelente bataco llamado Jeremy Gara. En concierto esto se vuelve más majestuoso con la incorporación del trompetista Pietro Amato, y el violinista Owen Ballet.

A fines del 2004 lanzan su disco debut, títulado Funeral, el cual tuvo una gran aceptación entre el público, y muchos críticos cayeron rendidos ante la majestuosidad de esta obra. (Ved reseñas en este mismo blog: Funeral Una gran portada


Parecía imposible superar este disco. De hecho, no creo que lo hayan logrado. Neon Bible (2007), su segundo trabajo, no es mejor ni peor, tampoco es un Funeral segunda parte. Simplemente es diferente. Otra gran obra maestra: Exaltante, exultante, majestuosa, melancólica, evocadora, y un poco digamos más luminosa. Eso se debió en parte a que el grupo utilizó tres iglesias para grabar el disco, dando un sonido muy especial y grandioso que convirtió varias rolas en himnos dignos de ser cantado por un coro celestial.

El disco abre con “Black Mirror”, con un sonido electropunk, como si el U2 de principios de los 80 hubiera sido más ambicioso. No sé, pero me suena como si la de “I will follow” la hubieran convertido en un punk sinfónico.
Le sigue la popera y pegajosa “Keep the car running”.
“Neon Bible” es un remanso que sin problemas hubiera encajado en el primer disco.
“Intervention” es una de las dos grandes joyas de esta obra. Un órgano de tubos de una iglesia, y una simple guitarra acústica elevan tu alma al cielo. Un sonido entre pop sesentero y mariachi acompañan a Win Butler que desgarra su voz y deja toda su alma y sentimiento en esa gran rola, como si la vida se le fuera en ello.
Luego sigue una rola dividida en dos. La primera “Black Wave” cantada por la bellísima Régine Chassagne, a pesar de ser muy tranquila, tiene ciertas atmósferas friqueantes y ominosas, que presagian algo aún más oscuro; y así es, la segunda parte llamada acertadamente “Bad Vibrations” (todo lo contrario a la luminosidad de la inconmensurable Good Vibrations de los Beach Boys), oscura y con unos acordes siniestros de guitarra.
“Ocean of noise” es una bellísima balada. Enmarcada por el excelente bajeo de Richard Parry (?), o de Tim Kingsbury(?). La rola termina con unos metales con un sonido muy de mariachis. “The Well & the Lighthouse”, entra directo a tus oídos con su sonido popero y muy bailable.
Le sigue el sensacional “Antichrist Television Blues” (¡Qué título de canción!), que a pesar de su nombre, más que un blues es un country, excelentemente cantado por Win Butler, como si fuera una plegaria.
Continúa “Windowsill”, la cual es mi rola favorita. Con una letra magnífica y muy ingeniosa.
Después, la otra joya de la corona: “No cars go” en donde se hace presente el acordeón de Régine (del cual insisto, Julieta Venegas debería de escucharla y aprender). El ritmo marcial de la batería fabulosamente ejecutada con presición por Jeremy Gara es realmente placentero. La conjunción de voces de Butler y Chassagne es otra delicia disfrutable. La canción termina con unos ritmos muy ochenteros a la Electric Light Orchestra.
El disco termina con “My Body is a cage”, con un sonido sombrío, desolador, oscuro, funerario, con un ritmo palpitante y contenido que conforme avanza se va enriqueciendo la instrumentación. Un órgano ominoso, unas guitarras desbocadas, unos tamborazos que parecen metrallas, todo en un crescendo que desemboca en un caos sonoro para después volver a la calma inicial.

No sé ustedes, pero yo aún pienso que estos chicos texano canadienses aún nos regalarán sorpresas en el futuro. Son estudiosos, son ambiciosos, son ingeniosos, son inteligentes, son muy buenos, y muy talentosos. No dudo para nada que su obra maestra venga en camino, y Dios quiera traerlos este año a México. No me lo pierdo por nada.

BONUSTRACK

"Windowsill"

Don't wanna hear the noises on TV
Don't want the salesmen coming after me
Don't wanna live in my father's house no more
Don't want it faster, I don't want it free
Don't wanna show you what they done to me
Don't wanna live in my father's house no more
Don't wanna choose black or blue
Don't wanna see what they done to you
Don't wanna live in my father's house no more

Cause the tide is high
And it's rising still
And I don't wanna see it at my windowsill

Don't wanna give 'em my name and address
Don't wanna see what happens next
Don't wanna live in my father's house no more
Don't wanna live with my father's debt
You can't forgive what you can't forget
Don't wanna live in my father's house no more
Don't wanna fight in a holy war
Don't want the salesmen knocking at my door
I don't wanna live in America no more

Cause the tide is high
And it's rising still
And I don't wanna see it at my windowsill

MTV, what have you done to me?
Save my soul, set me free!
Set me free! What have you done to me?
I can't breathe! I can't see!
World War III, when are you coming for me?
Been kicking up sparks, we set the flames free
The windows are locked now so what'll it be?
A house on fire or a rising sea?

Why is the night so still?
Why did I take the pill?
Because I don't wanna see it at my windowsill

Don't wanna see it at my windowsill
Don't wanna see it at my windowsill
Don't wanna see it at my windowsill

NEXT COMING

Los origenes africanos del hip hop (esa música tan rica menospreciada por muchos roqueros de cepa, prima hermana bastarda del rock).

Y grupos de culto que casi nadie conoce pero que son muy buenos, más buenos que los que están en le mainstream (The Residents, The Fugs, Captain Beefheart y The The).

La segunda parte de YHS. Esto aún no termina.

Y cuentos, muchos cuentos y todo lo que se acumule en el camino. Saludos desde el norte.