27 DE MAYO
Como suele ser costumbre en estos eventos, los invitados, gorrones y colados llegaron mucho antes que los novios al salón. La recepción fue en el lujoso Salón Imperial del Holiday Inn Reynosa.
A pesar de ser una boda lujosa, la mayoría de los asistentes eran empleados de maquiladora, amigos de los novios, contadores, profesionistas, familiares que venían de Tuxpam, Naranjos, Monterrey, y uno que otro de Estados Unidos. Todos vestidos con sus mejores galas.
Arriba, en el escenario, los Hijos Europeos terminaban de conectar sus instrumentos y el equipo de sonido. Gracias a su enorme carisma, tenían dos chavos que fungían como roadies, un ingeniero de sonido, y un manager. Ninguno cobraba absolutamente nada. Ese era el verdadero espíritu del rock, del verdadero indie. Do it yourself. Amor a la música y al arte.
Alguien del público, ya borracho, desesperado grito: ¡Queremos música!
Hamlet era todo un showman. Abajo en el escenario era serio, tímido, callado, introvertido. Arriba era todo lo contrario.
"¿Quieren música? Ustedes lo pidieron, música para el pueblo", dijo burlándose veladamente.
Buenas noches, nosotros somos los Hijos Europeos.
Empezaron con la de mueve tu cadera, mueve tu cintura, de los Tigrillos, la de la Chona, mira que linda es Lupe.
Todos aplaudían a rabiar a Laura, por su belleza y por su forma de tocar el acordeón.
Siguieron con una rola de Valentín Elizalde, Como me duele que te saquen a bailar, y así se siguieron alegremente con rolas de los Tigres del Norte, de reggeaton, pasito duranguense, Vicente y Alejandro Fernández, Alejandro Sanz, y hasta la de Chan Chan de Compay Segundo.
Apenas terminaban esta canción cuando alguien les avisó que los novios habían llegado. Era el tiempo de Laura. Todos se retiran, y Hamlet se sienta en un rincón, saca su cantimplora y se dispone a tomar agua.
Los novios entran y Laura empieza a tocar la Marcha Nupcial. Tan tan tan tán, tan tan tan tan tán…
La novia entra con el velo cubriéndole la cara. No es muy alta, es delgada y se ve que es muy bonita. Laura les dedica unas palabras. La gente les aplaude. Hamlet descansa en una silla. No le interesan para nada las bodas. Una mas,¿que más da? Cursilería. Pura artificialidad, solemnidad de hueva. Gastos innecesarios. Su mente divaga. Si alguien ama de verdad a una persona, la amara por toda la eternidad. No necesitan toda esa parafernalia ante una bola de estupidos que sonríen como idiotas, y que parecen tan felices como si ellos fueran los que se están casando. Si alguien ama en verdad, desde el momento que se juran amor entre los dos, desde ese momento ya están casados. Solo ellos, delante de Dios, y nada mas, sin testigos, papeles… nada ni nadie los va a separar.
Laura dejó de tocar y todo continúo. De nuevo a tocar. Ahora llegaba el turno de las complacencias. Mucha gente les daba papelitos, pero Hamlet escogía las rolas que menos le desagradaban, y hasta se dio el lujo de meter algunas que nadie había pedido.
En eso, el novio se paró a hablar con alguien que estaba cerca del escenario. El grupo estaba tocando el Mambo numero ocho de Pérez Prado. Hamlet se divertía horrores cantando, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 maaambo, uh, cuando su corazón se paralizó al ver que el novio era ¡Franco! Se puso pálido como si hubiera visto a la muerte. Un pensamiento asaltó repentinamente su mente, y volteó su vista a la mesa de los novios. ¡Yadira! Su amada Yadira estaba allí sentada. Tan hermosa como siempre.
Hamlet empezó a temblar, a sudar, y su corazón latía a mil por hora. Se quería morir y que la tierra lo tragara. Tenía mucho miedo como nunca antes había sentido.
Sin embargo, ni Franco ni Yadira lo habían visto. Estaban tan inmersos en su mundo de felicidad que no ponían atención al grupo.
Al terminar la canción, Hamlet le dijo a Jerritz que ya no iba a cantar ni a tocar. Le explicó todo, se enfrascaron en una pequeña discusión. Los demás miembros del grupo ignoraban lo que sucedía.
Pasaron unos minutos y la gente empezó a desesperarse, y Jerritz, sin lograr convencer a Hamlet de regresar tuvo que volver e improvisar.
“Vamos a ponernos un poco románticos, aquí van una canciones en ingles para que las bailen muy pegados”.
Empezaron con las de Stay Awhile de The Bells, un hermoso dúo vocal con las voces de Jerritz y Laura, luego la If you leave me now de Chicago, Lost in love de Air Supply, So far away (Laura sola en el piano) y You’ ve got a friend de Carole King, To love somebody de los Bee Gees. (Pinche Jerritz, pensó Hamlet, ya sabe que esas canciones me matan y parece que lo hace a propósito).
Por ultimo, Mike se armó de valor y acompañado de su guitarra se aventó solito las de Love me tender y Are you lonesome tonight de Elvis Presley, con estupendos coros de los demás integrantes. Toda la gente se prendió. Todos muy románticos y felices. Todos, excepto Hamlet arrinconado, llorando de dolor tras las cortinas. Lo peor vino cuando los novios se pararon a bailar y muy felices se besaban en la última rola. Insoportable esa escena. Por vez primera Hamlet veía lo que siempre había imaginado, pero por fortuna nunca había visto.
Pero, ahí paró todo. El grupo ya no sabía que tocar sin Hamlet.
Otra pausa, y la gente impaciente de nuevo. Con todo el dolor, y por amor a sus amigos, Hamlet salió al escenario, y allí empezó lo negro y trágico de esta historia.
Aceptó salir, pero ahora no habría nada de complacencias. Solo tocarían lo que él les dijera. Para ese momento, todo el grupo ya sabía bien que onda.
Empezaron con la de I heard it trough the grapevine de Marvin Gaye (versión Creedence). Luego una canción que nunca habían tocado, pero que a Hamlet le gustaba muchísimo, Higher higher de Jackie Wilson: Mike empezó con el clásico y cadencioso bajeo, Hamlet con el pandero, el Spider después con la batería, Jerritz con la guitarra rítmica, mientras Hamlet se desgarraba la garganta (algo que le encantaba). Por ultimo Laura entro con los sintetizadores y los coros.
Siguieron con una rola de Intocable, Y todo para que, claro que en versión roquera y densa, que casi se podía palpar el dolor transmitido.
La cosa se puso tensa y peligrosa cuando Hamlet cantó la de Tu cárcel de Los Bukis. Una canción que no encajaba en el repertorio de una boda.
Sin embargo, las cosas quedaron al descubierto cuando el grupo interpretó la de Siempre te busqué de Monocordio. En ese instante todo quedó paralizado.
Franco volteó al escenario, y miles de recuerdos acudieron a su mente: Ese idiota, ese idiota yo lo conozco. Salió enojado por una puerta y desapareció.
Yadira no lo podía creer. Hamlet tocando y cantando en su boda. Los viejos fantasmas que creía enterrados por siempre en lo más profundo de su subconsciente salieron de nuevo a su mente. Estaba entre emocionada y triste. Sus sentimientos eran encontrados. No sabía que pensar. Creía haber olvidado por siempre a Hamlet, pero esa canción, esa canción le traía recuerdos que la hacían feliz y al mismo tiempo la atormentaban.
La vez en que lo conoció y él le regaló el disco de Monocordio que traía ese tema, aquel 14 de febrero del 2007 en que recibió por parte de él, un par de cassettes mal grabados con Hamlet, su voz y guitarra cantando esa canción. El ultimo regalo que recibió de parte de él, un video en donde Hamlet se despedía de ella con dos poemas de Neruda, la canción de Creep de Radiohead, y Siempre te busqué. Por ultimo, Hamlet tendría su programa de radio, y la primera rola que puso al aire fue dedicada a Yadira y fue…la de Siempre te busqué. Expresándole su amor enfrente de miles de radioescuchas.
Estaba feliz y triste a la vez. Una lágrima corrió por su mejilla.
Terminando la rola, se aventaron la de A little Respect de Erasure. Una canción que hacía llorar a Hamlet, y efectivamente una lágrima corría por su rostro mezclándose con el sudor.
Al terminar. Hamlet dijo a la gente: ahora, esta canción va dedicada especialmente a la novia. Un regalo especial. Espero le guste.
Yadira se puso más nerviosa. Recordó lo de la serenata. No sabía que iba a pasar. La gente no sabía que onda, excepto los del grupo que al escuchar la idea de Hamlet sabían que estaba cometiendo una locura. Ni modo, juntos hasta el fin.
Jerritz empezó a requintear, luego entraron Mike con el bajo y el Spider con la batería. A los 20 segundos exactos Hamlet empieza a cantar:
Estoy sentado aquí, cumpliendo mi papel, nadie sospecha que en cualquier momento puedo huir, a un lugar mejor, sin moverme de aquí. Basta bajar esa escalera hasta el fondo de mí.
Laura empezó a tocar su teclado.
Yadira se sabe de memoria esa canción, y no se imagina la tragedia que se avecina.
Y aun estoy aquí, pero algo no es igual, el aire se transforma en algo parecido al mar. Y en esa densidad, yo soy parte del mar, yo soy la ola, soy el agua, el pez y la sal.
Nadie sabe que sucederá. Solo Franco, que nadie sabe donde está metido.
Jerritz requintea, y Hamlet entra con el coro: siempre vuelvo a mi ( el río busca el mar), cuando no estas aquí (señala a Yadira), puede ser que al final (el cambio de estación), yo te busque en el mar.
El Spider lleva el ritmo con la batería y Jerritz requintea en el fondo.
Al terminar el coro, Hamlet salta del escenario, y se pone enfrente de Yadira mientras le recita unos versos que ella conoce muy bien: Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente, distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa basta, y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Mike entra con el bajo, y Hamlet retrocede al escenario sin dejar de ver a Yadira quien está muy emocionada.
Y aun estoy aquí, pero algo no es igual, el aire se transforma en algo parecido al mar. Y en esa densidad, yo soy parte del mar, yo soy la ola, soy el agua, el pez y la sal.
Siempre vuelvo a mi ( el río busca el mar), cuando no estas aquí, puede ser que al final (el cambio de estación), yo te busque en el mar.
Jerritz se luce en el solo final de guitarra, y ambos terminan con las guitarras juntas.
En eso, Franco entra por atrás del escenario con un gorilón. ¡Crash! Un botellazo en la cabeza de Hamlet al grito de cállate payaso ridículo. El gorila toma el pedazo de de botella que Franco trae y le da una cortada certera a Hamlet en el cuello. El cae al suelo mientras un chorro de sangre brota de su cuerpo. Franco sale huyendo. Caos, gritos. Gente corriendo.
Alguien pide una ambulancia. Yadira corre al escenario y ve a Hamlet tirado en un charco de sangre. Se acerca llorando.
Se arrodilla y su vestido blanco se tiñe de rojo sangre.
- ¿Sabes? Eres la novia más hermosa que he conocido en toda mi vida- apenas pudo Hamlet balbucear.
- No, no hables, ya viene la ambulancia, vas a estar bien.
- No, yo voy a morir. Déjame sentir por favor tus manos.
Ella se acercó y estrechó sus manos. El sonrió, mientras con sus dedos pulgar e índice rodeó la muñeca del brazo derecho de Yadira.
- Siempre soñé con este momento. Puedo morir en paz.
- No digas eso, vas a vivir, no te rindas.
- Ya lo sabes, pero no esta de más que te lo diga. Te amo, y a pesar del tiempo nunca he podido olvidarte. Todos los días te recuerdo. Aunque Dios nos separe, te voy a perseguir como una sombra.
Ella sonrió con tristeza, y le dio un beso en la frente.
- Perdóname, eres tan bueno.
Hamlet empezó a llorar, y sus lágrimas se mezclaron con las de Yadira que cayeron sobre su frente.
En eso se oyó el sonido de la sirena de una ambulancia.
- ¡Háganse a un lado, llegó la Cruz Roja!
Hamlet sólo sonrió y alcanzó a decir:
- Te amo Yadira. Te espero en el cielo. Adios.
- ¡No, no te mueras, no!
Los paramedicos llegan. Checan a Hamlet, pero es demasiado tarde. Ha muerto.
Llantos, lágrimas, tragedia.
EPILOGO
Hamlet murió en su cumpleaños. Fue enterrado al día siguiente en el cementerio ingles de Real del Monte, Hidalgo. Fue despedido con música de sus amados Hijos Europeos.
Por su parte, los Hijos Europeos grabaron su primer disco, dedicado a la memoria de Hamlet: Principio y fin de una historia de un amor imposible, fue el titulo de este disco conceptual, muy en la onda Arcade Fire, Muse, Queen y Maroon 5. Este disco tuvo bastante éxito en Estados Unidos, Canadá y Europa. Por supuesto, en México nadie los peló.
Yadira. Ella se casó con un chavo roquero muy buena onda. Tuvieron un hijo, y como el chavo era fan de de los Hijos Europeos, no tuvieron ningún reparo en nombrar al niño Hamlet.
Franco salio en libertad bajo fianza. La defensa argumentó que él no pretendía matar a Hamlet, y de hecho, era la verdad. Solo quería darle una paliza. El botellazo que le dio no fue grave. El gorilón que lo acompañaba iba sólo para defender a Franco en caso de que los del grupo quisieran agredirlo.
Por desgracia, el gorilón andaba borracho y bajo el influjo de la cocaína. Era muy violento por naturaleza, y por iniciativa propia decidió matar a Hamlet.
Franco trato de defenderlo argumentando que si Hamlet viviera lo perdonaría, pero el gorilon fue sentenciado a cadena perpetua porque le achacaron otros crímenes que había cometido antes.
Con el paso del tiempo, ante la humillación de esa noche, Franco cayó en una profunda depresión y en las garras del alcoholismo. Ahora se le ve cada noche mendingando alcohol en el Farolito, la Chiquita y en el Kalinovas.
Por su parte, hay quien dice que en el Ejido Cavazos a la media noche se escucha una voz cantar de dolor. Quienes aseguran haberlo visto, dicen que es un fantasma con lentes que vaga con una guitarra y una botella de amargo licor. Pero, esa ya es otra historia.
THE END
martes, mayo 27, 2008
UNA BODA Y UN FUNERAL (PARTE FINAL)
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1 comentario:
Woaw... Toco el Bajo... no lo sabía. Jejeje ¿No has pensado escrir guiones de telenovelas? Neta Hamlet, que azotado eres.
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