JUGUETES REALMONTENCES
FOTO 2
Resulta que ayer por la noche fuí con mi mamá a Aurrera a comprar. Nos llevamos a Rufo para pasearlo. De regreso, mi mamá traía el mandado y yo a Rufo. Ya casi llegando a la casa, se me ocurrió una de mis clásicas loqueras. Inventé que yo era un ciego y que Rufo sería mi lazarillo. Le dije a mi mamá que caminaría con los ojos cerrados y que me avisara en caso de que me fuera enmedio de la calle o a tropezar. El chiste es que pensando que Rufo me llevaría hacía el lado derecho sobre la banqueta, lo jale para que se fuera hacía la izquierda. A mi madre no le dió tiempo de avisarme que me dirigía hacía la otra banqueta, y ¡sopas! , que me tropiezó en la ácera y que caigo sobre mi codo (ver Foto 1), me di una vuelta (sin soltar a Rufo y sin abrir los ojos), y que me pego en la rodilla (ver Foto 2). Ese fue el resultado de mis experimentos. Lo mejor es que siempre que me caigo en vez de andar de llorón me da un ataque de risas.
Bueno, es todo y adiós.
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