lunes, abril 28, 2008

ETERNO RESPLANDOR DE UNA VIDA ORDINARIA (SEGUNDO LUGAR)*

GUADALAJARA EN UN LAGO (MÉXICO EN UNA LLANURA) PRODUCTIONS EN ASOCIACIÓN CON JALISCO NUNCA SE RAJA ENTERTAINMENT
PRESENTAN:

ETERNO RESPLANDOR DE UNA VIDA ORDINARIA

DIRIGIDA POR DANNY BOYLE

PROTAGONIZADA POR GAEL GARCÍA BERNAL (HAMLET)
NATALIE PORTMAN (YADIRA)
BENECIO DEL TORO (FRANCO)

ESCRITA POR NESTOR TONATIUH SAAVEDRA GALVÁN

SINOPSIS
Hamlet, el pequeño Hamlet sigue y seguirá eternamente trabajando en la fábrica de sueños. Soñando en un futuro mejor que nunca llegará, alimentándose de ilusiones inalcanzables que le dan la fuerza para levantarse y vivir una vida rutinaria, gris y ordinaria.

Yadira, ella se fue. Era de esperarse. Buscaba algo mejor, algo estable, porque esa es la vida de un adulto, de una persona responsable.
Hamlet, con esa vida despreocupada, con esa mente infantil y soñadora nunca iba a poder darle lo que ella quería: bienestar, una casa, un hogar, una familia, unos hijos, seguridad, protección, porvenir, y un futuro.

Franco, otro retrasado mental, egoísta, vanidoso, celoso. Quizá el pudiera ser el acompañante de Yadira en el viaje de la vida, pero sus múltiples defectos y su egocentrismo hacen que ella se aventure en otros lugares.
Al final, ella encuentra en su nuevo trabajo un joven que es responsable, con un buen nivel económico, y con pensamientos maduros y adultos, totalmente diferentes a los de Hamlet y Franco. Se hacen novios, se casan, tienen hijos, y se vuelven una pareja más, perdida y anónima en la sociedad reynosense.

Franco por su parte, se vuelve más cínico. Busca acostarse con una chava nueva cada noche. Se vuelve más popular. Siempre acompañado de una bola de lambiscones que lo adulan (lo cual le encanta) porque es el típico presumido que le encanta vestirse bien, y presumir de gadgets y accesorios que sus jodidos y envidiosos acompañantes nunca traerán en su jodida existencia.
No tiene ninguna necesidad, ni le importa. No es casado, es hijo de papi (eso dice, pero muchos se preguntan: ¿Qué diablos hace trabajando en esta maldita empresa si de verdad tiene lana?), y no tiene que rendirle cuentas a nadie. Todo lo que gana se lo gasta en lo que el quiere.

Pero, hay algo que nadie sabe. Es un secreto que sólo Franco conoce. A pesar de tener decenas de amigos y amigas, novias, chavas con quien acostarse, Franco se siente solo y con un vacío existencial.
Y todas las noches, cuando no está acompañado, llora, llora por su soledad hasta agotar sus lágrimas y sus fuerzas, llora hasta quedarse dormido.
Pero, de eso nadie se da cuenta, pues Franco sabe fingir muy bien que es feliz, y todos lo envidian, aunque en su interior él se siente un miserable y quisiera morir.
¿Y Hamlet? El sigue trabajando en la fábrica, conservando los mismos viejos y pocos amigos, conviviendo con gente humilde y sencilla.
Pareciera que todo sigue igual. Nada sobresaliente ha sucedido desde hace años en que una niña llamada Yadira pasó enfrente de él, y posó sus ojos sobre los de Hamlet una fracción de segundo, y eso hizo que su vida se trastocara y cimbrara por completo.

Sin embargo, cuando todo parecía que sería igual y aburrido por siempre, sucede que llega una chava nueva a la fábrica de sueños, el nuevo "animal exótico".
Tan hermosa como Yadira. Todos la notan, Franco afila sus garras y colmillos y babea por ella. Hamlet también la nota, pero lo más curioso es que ella también lo nota a él.

Así que por un instante, Hamlet se olvida de todo: de la gente, de las máquinas, de la fábrica, de los jefes, del dinero, de la música, del rock, del dinero, de sus padres, de sus mascotas, de Dios, de Franco, ¡de Yadira!, de sí mismo…todo desaparece como por arte de magia. Sólo está ella mirándolo fijamente a los ojos y sonriendo, por un instante breve que parece encapsular toda la eternidad. Un segundo, un segundo tan corto pero que siempre es suficiente para una mirada, para que los ojos se posen unos sobre los otros clavándose en lo más profundo del alma, y fundirse en un beso etéreo y visual.

De pronto, todo termina. Todo está allí de nuevo, y todos tratan de conocerla y ligarla, y empezará de nuevo el ritual, el eterno ritual, incluyendo a Hamlet.
Su vida se cimbra de nuevo, pensando, viviendo, yendo a trabajar sólo por ella.

Quizá ahora las cosas si funcionen. Quién lo sabe. La última imagen es sólo un close up a la cara del hobbit mientras duerme, en ella se dibuja una sonrisa apenas perceptible. ¡Dulces sueños Hamlet!

THE END
* Nestor Tonatiuh es un chavo de Guadalajara, Jalisco. Me envió este trabajo a mi correo, y es uno de los cientos de anónimos que me leen pero que nunca comentan. Un saludo y una felicitación, y muy pronto publicaré el primer lugar.
No había publicado porque estoy esperando que me contesten una entrevista que al parecer nunca me van a contestar. Saludos a todos.

miércoles, abril 02, 2008

GUITAR HERO: ONE




Hace 20 años el mundo era totalmente diferente al que vivimos hoy en día:
Faltaba un año para que cayera el infame e ignominioso muro de Berlín. Nuestros vecinos del norte y el mundo entero padecíamos la dictadura neofascista del ruco conservador y ultraderechista Ronald Reagan. En Seúl se celebraban los juegos olímpicos. Y las Torres Gemelas aún se alzaban impotentes, majestuosas y orgullosas en Nueva York, nadie se imaginaba que no durarían eternamente.

Los millonarios nos presumían unos celulares del tamaño de un ladrillo, el Internet estaba aún en pañales, y no tenía el auge que hoy tiene. No había mp3, ni ipods, los blogs, you tube, y myspace sólo existía en la mente de algunos locos soñadores, pero tendrían que pasar muchos años para que alguien aterrizara estas ideas. MTV todavía mandaba y aún tenía mucha credibilidad.

La imposición de un presidente fraudulento como Felipe Calderón no es algo nuevo; en esos años gracias a “que el sistema se cayó”, un señor orejón, de bigotito, pelón, de uñas largas y cola pisable aún más larga cuyo nombre innombrable no quiero acordarme, se erigía (o nos lo imponían democráticamente) como presidente de nuestra amada República Bananera (viéndolo bien, las cosas en nuestro país no cambian).

En el aspecto musical, México sufría la invasión de grupos españoles y argentinos que nos venían a “enseñar a tocar rock”. Eran los tiempos del Rock en tu Idioma.

Sin embargo, en Estados Unidos poco a poco un género musical revitalizaba la industria con vigorizante salud y poderío: El Heavy Metal en todas sus variantes.
Ese año, un grupo de la bahía de San Francisco, llamado Metallica se levantaba de las cenizas cual ave Fénix y nos entregaba su cuarto opus titulado…And Justice For All.

A estas alturas. Metallica ya era un icono, una leyenda, un transformador de la música. Lo habían demostrado al ser parte de una escena que había creado el trash metal, junto con grupos brutales y despiadados como Megadeth, Exodus, y Overkill.
Tenía en su haber ya tres discos: su debut atronador y contundente como martillazo en la cabeza Kill’em all, esa piedra de toque y fundamental del trash que es Ride the Lighning, y su obra maestra que es Master of Puppets de 1986.

Cuando el grupo parecía que al fin tendría el reconocimiento masivo, la tragedia tocó a sus puertas: En una de sus giras por Suecia, mientras viajaban por carretera, el autobús que los transportaba se volcó por lo congelado del asfalto, aplastando a su bajista Cliff Burton, una leyenda tanto por su muerte prematura (sólo tenía 24 años), su gran carisma (era el alma de Metallica), y por ser un gran virtuoso de su instrumento.

Sin embargo, la banda tuvo el poder de seguir adelante, incorporando al gran Jason Newsteed quien venía de Flotsam & Jetsam.
Juntos grabaron una obra ambiciosa, intricada, muy experimental y que rayaba casi en lo conceptual.
Nueve canciones conforman…And Justice for all. Todas ellas verdaderas obras maestras difíciles de aprehender a primera oída, lo cual obliga a escuchar varias veces el disco para descubrir, disfrutar todos sus recovecos misteriosos y enigmáticos.
A pesar de que las canciones eran largas y muy complejas, una de ellas, One de 7:24 de duración se coló hasta las listas de popularidad.
En parte de debió a su temática y al video que acompañaba a la canción.
Las imágenes en blanco y negro fueron extraídas de la película Johnny tomó su fusil de Dalton Trumbo, la cual cuenta la historia impactante de un soldado que va a la guerra, y que pierde brazos y piernas a causa de una granada.
La letra habla de la frustración y el dolor de Johnny debido a perderlo todo.
Acompañando toda esta agonía e imágenes desoladoras, está la música estruendosa, apocalíptica de Metallica.

Kirk Hammet (ex Exodus), quien sustituía al talentoso pero conflictivo Dave Mustaine (quien se fue para conformar Megadeth), ya había demostrado su virtuosismo y poderío en la guitarra en cortes como “Fade to black”, “The call of Ktulu”, “Battery” o “Masters Of Pupetts”, pero es en esta canción, que sus notas y arpegios que arranca en su guitarra se complementa perfectamente con la historia y la letra.
La canción empieza con el sonido de una ametralladora, explosiones, un soldado gritando, y el ruido de un helicóptero.
Kirk Hammet empieza unas florituras sobre un riff arpegiado que nos remiten a una aparente y engañosa calma.
Más adelante, la canción transcurre en un sube y baja que nos lleva de la calma a la furia, y viceversa.
Después de un puente instrumental, a los 4:35 empieza la furia a volcarse. El bajo de Jason, la batería de Lars Ulrich, y los riffs de guitarra de Hammet simulan el sonido de una ametralladora, y enmarcan perfecto la voz de James Hetfield que realmente descarga toda la ira, furia, amargura, frustración, dolor y desesperación de Johnny en frases como: “Now the world is gone/ I'm just one/ Oh God, help me/ Hold my breath as I wish for death/ Oh please God, help me”.

Conforme la canción avanza, se va volviendo todo un caos sonoro y frenético, y el ritmo se vuelve más rápido, y a los 5:40 los poderosos redobles de Ulrich marcan la entrada para que Hammet demuestre su virtuosismo, y velocidad en un largo solo lleno de progresiones que rayan en lo clásico, haciendo de esta obra un clásico atemporal.

One, una canción desgarradora, el soundtrack perfecto de un soldado. La confirmación de Hammet como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos.

Sí, hace 20 años Metallica hacía discos ambiciosos, poderosos, arriesgados y sin concesiones. Hoy, el Metallica que conocemos ya no es la sombra de lo que antes era.