A DAY IN MY LIFE
No, no es el compayito borracho durmiendo tras la barra de algún bar alemán. Es mi puño estrellador de cristales.Ayer andaba rolando por la calle principal del centro de Reynosa. La calle se llama Hidalgo, y es una calle peatonal rodeada de negocios, basura, moscas, muchos peatones, y algunos despistados turistas gringos emocionados que no sé que diablos le ven de encanto a esta pinchurrienta ciudad. Esta calle en la cual está restringido el acceso a los automoviles, es atravasada por unas seis calles en las cuales sí se puede circular en carro, sin embargo, ante la multitud de peatones que atraviesa la calle principal, estos lo tienen que hacer muy lentamente.
Como les decía, iba caminando rápidamente por esta calle, en busca de la única libreria para checar sí ya había llegado cierto libro que le traigo muchas ganas. Al llegar al cruce de una calle, venía un auto. Ya no lo podía cruzar, pero atrás de ese carro venía otro, que con el afán de no detenerse casi iba pegado al otro para que la gente no pasara.
Mi imprudencia y sobre todo, mi eterna obsesión que raya en lo que parece una especie de deporte extremo, más aunada a mi prisa gratuita, hizo que le quisiera ganar a cruzar. De hecho, tenía oportunidad de hacerlo, y sobre todo, el derecho que como peatón me corresponde, sin embargo, el cafre no quiso detenerse, y en vez de hacerlo aumento la velocidad. Tuve que pararme en seco si no quería ser atropellado, o mínimo que me aplastara mis pies, por poco lo hacía.
Eso hizo enfurecerme lo cual es raro en mí, porque me considero una persona sumamente pacífica. Pero mi Hulk interno salió a relucir y en una fracción de segundos estaba golpeando con mi puño derecho la ventanilla trasera del lujoso Lincoln blanco con placas texanas propiedad de algún pocho de mierda. Toda la gente alrededor se sorprendió de que un pequeño hobbit como yo hubiera hecho eso. Yo estaba asustado porque mi furia era tanta que se concentró en mi puño, estrellando el cristal. Rápidamente cruce la calle, mire para atrás y ví que el marrano ahora si se detenía y abría la puerta, entonces empecé a correr como loco, patitas pa que os quiero. Estaba asustadísimo, corría como si hubiera visto al mismisímo diablo. Ni siquiera volteé a ver. Al llegar a la esquina, me metí al mercado de artesanías, y me perdí entre los laberínticos pasadizos, confundiendome entre los pocos turistas que ahí deambulaban.
Tenía mucho miedo, cual nunca había sentido, una paranoia sobrecogedora. Imaginaba gente afuera del mercado buscandome, la policía, esbirros, guaruras, altos funcionarios: "Sí, es un hobbit, lo juro, es un hobbit. No, no era un enano, era un hobbit, de lentes de pasta negra, pantalón de mezclilla azul, convers negros, y una playera roja de Matrix con todo y letritas verdes."
Mientras tanto, yo caminaba y daba vueltas y vueltas adentro del mercado, hasta que como después de una hora me atreví a salir, y con mucho miedo volteaba para todos lados haber si veía al dueño del carro. Me sentía como Frodo con el anillo temiendo ser descubierto en cualquier momento por el ojo onmipresente de Sauron.
Sin embargo, afortunadamente no pasó nada, aunque mi miedo seguía latente.
Seguí caminando con más precaución. Llegué a la librería y nada, no ha llegado el dichoso libro.
Pero, al salir, la verdad, hubiera preferido que me mataran, golpearan, atropellaran, metieran a la cárcel, que sufrir el golpe certero que recibió mi corazón.
Allí estaba, ese ser angelical. Mis temores crecieron hasta el infinito. Una puñalada a mi corazón. Mis esperanzas derruidas. Todo se había derrumbado dentro de mí, dentro de mí. Estaba sangrando y lo peor es que no se daba cuenta, y quizá nunca lo sepa. Cuando apenas mis sueños empezaban a alimentarse, fueron cortados de un solo tajo. Siempre es así, siempre ha sido así, no sé porque me lamento y me sorprendo. En mis historias no hay lugar para finales felices, sino amargos, muy amargos. Y esta historia, es una historia que no tuvo principio, ni siquiera la empece a escribir.
Quería llorar. Qué patético que aun a mi edad me siga comportando como un eterno adolescente, como un punk alienado, sin encontrar lo que busco, y cuando lo encuentro ya tiene dueño.
Dejenme suspirar. Llorar. Escribir estas palabras tiene más sentido de este lado de la pantalla, duele más de este lado que de aquel lado, donde están ustedes al leerlo.
Estas palabras no están adornadas, maquilladas para que suenen bonito. Son simples, llanas, sin mucha carga poética, pero vaya que duelen mucho al corazón.
No sé que hacer. Tirar todo a la basura. Esperar un remoto milagro. Empezar a cargar con toda mi artillería pesada. Lamentarme por el resto de mi vida. Abandonarme a mi suerte. Hacerme el indiferente. Llorar. No hacer nada. Hacer todo. No sé que hacer. Preferiría estra en la cárcel, o en el hospital que sentirme como me siento hoy.
Ya, basta de causar lástimas.
¿Por qué siempre tiene que llover cuando me levanto?
OTROS ATENTADOS FALLIDOS QUE HE SUFRIDO
*Calle Occidental, cerca de mi casa. A lo lejos una camioneta Ford Lobo a toda velocidad. Viene muy lejos y me da chance de cruzar. Pero el conductor no disminuye la velocidad, aun cuando tiene mucho espacio y tiempo para hacerlo. La aumenta y se detiene con un frenazo. Yo ya estoy del otro lado. Veo que el pendejo se regresa de reversa y me grita que me fije, que por mi culpa ya mero me atropella. Ni siquiera lo pelo.
*Calle Occidental. Halloween de hace unos dos años. Voy a no me acuerdo donde. Unos chavos en un carro a toda velocidad. Alguién se asoma y me avienta un huevazo. Por fortuna mis reflejos hicieron que me agachara y el huevo se estrelló en otro carro.
*Calle Río Mante. Otros batos pochos en una camioneta de lujo. Iba caminando tomando un jugo. Llegué a la esquina y los de la camioneta doblaron a toda velocidad impidiendome que cruzara. Uno de ellos se asomo por la ventana, e intentó infructuosamente darme un zape. Rapidamente en fracción de segundos tome mi jugo y se lo aventé en la cara. Se detuvieron en la otra esquina, yo ya había cruzado y me metí al mercadillo de mi colonia. Llegué rápido a la Comapa, y de ahí arranque a toda velocidad a mi casa. Solo ví que los babosos tardaron en darse la vuelta porque un carro venía enfrente de ellos, se tuvieron que venir de reversa, pero no podían cruzar. No salí de mi casa hasta el otro día.
Una última toma del puño asesino y adiós.
7 comentarios:
Jajajaja, eso de la toreada de autos se me da muy bien, en esta bendita ciudad del demonio, no hay de otra...
a veces el conductor es un hijo de la chingada, pero no siempre tiene la culpa....
Que faceta tan escondidita!
sha... bueno quizas no es mi mejor lexico pero pues queria escribirte estas humildes lineas en tu blogg porque no quiero quedarme con las ganas. Lei varios de los post pero quiero escribirte esto sobre el de tributos, que en lo particular creo que es el mas importante el tributo jamas hecho y jamas elaborado de las bandas mexicanas a Pedro Infante, ya que es una figua musical en México, esto me queda duda, y bueno sobre el manual para ser un Rockero igual te faltaria incluir una clausula, anotacion o punto de referencia, ** una vez siendo famoso puedes olvidarte de la banda de supercuetes que te apoyo, soporto, aguanto, aseguro, identifico contigo, frustro los intentos de suicidio que tenias, alento a salir adelante, y que coopero con todos los gastos, comidas, transportes, y demas diversiones, si eres el vocalista ya la hiciste, desafanate de ellos y se un gran superstar, y hechales la culpa a ellos, di que son unos traidores oportunistas, que solo buscan su propia comodida, igual al final puedes crearte una mejor banda con musicos mas preparados y con una facha mas de gente de mundo.
jajaja. bueno ya me deshaogue, saludos.
Igual que a mi Hamlet!!
Una vez un jijo de su madre por poco y me manda al otro mundo...lo chido fue el rayon que le hicimos como bello decorado mi camarada Vitor y yo...saludos!!
-Por que no te gustan los videos??
Esas son tus razones?? bueno las respeto, a mi me encantan porque abarcan muchas expresiones y tendencias a seguir..no se tu..
Jajajaja, que buen relato, pero me confundí en la segunda parte, ¿pos a quién viste? y ¿qué andaba haciendo?
Ayer también casi me atropella un f**kin' paisano en un BMW. Dirán que soy un guarro pero yo no les pego a los vidrios, les escupo. Se siente bien.
El usuario anónimo dijo...
Reprimida, gracias por las clausulas, están muy chidas. Me gusto especialmente el apartado de olvidarte de los amigos que alguna vez te ayudaron. Gracias por el comentario.
Bueno, al menos veo que no soy el único al que han intendo atropellar, al menos somos 4. Jajajá.
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