SUEÑO NÚMERO CINCO: El REGRESO DEL REY PEJE.

Esto es lo que soñé ayer en la noche:

Ya saben como son los sueños de irreales, surreales, fantásticos, misteriosos, inconexos e incongruentes. Así que no me reclamen por lo mafufo que está mi sueño; yo no tengo la culpa de los procesos químicos que se realizan en mi mente mientras duermo.

Sólo les quiero decir que en este sueño yo no participo. Estoy detrás de él como una sombra espectadora omnipresente, como una especie de fantasma.

Es así como veo al país en tinieblas, en oscuridad, con incertidumbre y miedo. Como que algo malo se avecina pues unas nubes negras amenazan con cubrir todo el cielo. A lo lejos veo un señor chaparrito, pelón y con lentes. Me acerco a la escena y veo que se trata de Fecal, alías IFElipe Calderón Espinoza. Esta con un grupúsculo de Orcos, Fantasmas, Jinetes Negros, y Trolls, muchos Trolls horribles, grandotes y feos. Todos ellos celebran junto a muchos compatriotas el que Felipillo haya “ganado” las elecciones en nuestro país.

Sin embargo, lejos de ahí, las huestes enemigas comandadas por un tal Andrés Manuel López Obrador están que tiemblan de miedo. No saben que hacer pues sus fuerzas se encuentran diezmadas, y totalmente desamparadas pues el Peje hace tiempo que los dejo solos y no tienen quien los dirija en la batalla final contra el reino de las Tinieblas que amenaza con gobernarlos y destruirlos.

Pasa el tiempo y me desplazo hacía otras tierras más lejanas y veo al Peje que no está huyendo, sino que está recibiendo en una ceremonia una espada. La espada es nada menos que la famosa Anduril, y ahí empieza lo surreal ya que me doy cuenta que el Peje es nada menos que el Gran Dunadán, Capitán de los Pueblos Libres, el famoso Aragorn.
Una vez recibida la espada lo primero que hizo fue ir al Tribunal Federal Electoral donde impugnó las elecciones presidenciales celebradas en México.

Una vez hecho eso, marchó con un ejercito de guerreros hacía su país que estaba sitiado por las fuerzas oscuras de Fecal, el cual se había transformado en el siniestro Sauron.
Una vez llegado allí, se enfrascaron en una lucha a espadazos.
Una voz en off (con expresión deforme) decía en televisión donde salía la lucha a muerte: “Cuál perros rabiosos que pelean a muerte por el último gran hueso que existe en la faz de la tierra, así estos gladiadores se disputan el trono y la corona de ese país llamado México, y sólo saldrá con vida y victorioso en la contienda”.

Ya no pude soñar más, sólo recuerdo que las fuerzas de AMLO iban derrotando a las de FECAL antes de ser despertado por mi madre.

Nota aclaratoria: Si leyeron el post anterior sabrán que anule mi voto. Lo anule y en cada casilla puse un ratita, ratota, ratón, rata, ratona, y hasta al Dr. Simi le tocó en la casilla del Candidato No Registrado.
Quiero aclarar que es un sueño y ni sé por qué lo soñé. Aclaro que no estoy contento de que Fecal haya ganado. No confío en el IFE, ni en la dizque democracia mexicana ni en ningún candidato. Comenté que simpatizaba con AMLO aunque creo que no es la panacea que necesita este país en picada.
También quiero comentar que me da hueva hablar de política. Y que respecto al escándalo de AMLO, quiero decir que está en su derecho, aunque espero que no la esté haciendo de cuento. O sea, sí el está seguro que ganó la elección, y tiene las pruebas y elementos necesarios pues adelante en la impugnación. Pero, si lo está haciendo como patadas de ahogado, desesperación e impugnará al azar haber que sale, pues es una pérdida de tiempo. Es como en el fútbol, cuando un equipo va perdiendo y reclaman una falta cerca del área chica. Reclaman, se emocionan, y tardan una eternidad en poner la barrera y en tirar. ¿Y luego para qué? El estupido que tira manda el balón a las gradas.
Espero que no suceda así. Es todo y adiós.

PD: Sí es que leen esto, por favor Amenazza y Ana Mayagoitia, necesito hablar con ustedes, favor de dejar su correo o agregarme al msn. Este es mi mail:
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