“if man is 5
then the devil is 6
then god is 7
this monkey's gone to heaven”
“Monkey gone to heaven” Pixies.
Pues bien, a pesar de que debiera estar bien firme en los cimientos de la fe, la noche del 5 de junio me acosté con la posibilidad de que al despertar encontraría un caos en la ciudad. Oscuridad, locura, desesperación, pánico y mucho caos.
Yo sabía muy bien que todos estos rumores eran obra de charlatanes que les gusta asustar a la gente incauta. No me fui con la finta, pero a pesar de estar más o menos versado acerca de los acontecimientos finales, me metí a la cama pensando en que eso podría pasar en cualquier momento y sin previo aviso.
Cerré mis ojos y he aquí lo que vi y viví al desconectarme de este mundo:
Estaba en el Cinemark de mi ciudad, el cual era totalmente diferente al real. Era más espacioso y más moderno. Era un día entre semana por la poca gente que había.
Por más que quiero recordar, no puedo acordarme cual película había ido a ver. Lo único que recuerdo es que voy saliendo de la sala y aquí viene lo interesante.
¡¿Quién creen que estaba sentado afuera de ella!?
No, no era el Pejelagarto, ni Cepillín, mucho menos Chabuelo, ni Capulina, ni Björk,... no señor, nadie de ellos, era nada más y nada menos que Thom Yorke en persona.
Sí, así como lo leen. El genio de Oxford, el Lennon de nuestra era estaba en la sala de espera del Cinemark de Reynosa.
Quedé sorprendido al verlo: “¿y ora este? ¿Qué anda haciendo por mis lares?”
Me hice que no lo conocía y pase enfrente de él, pero con el pretexto de ver los carteles pasaba y pasaba enfrente de él para cerciorarme que en realidad fuera él.
Y sí, no había ninguna duda que fuera Thom Yorke.
Traía un suéter de color gris, un pantalón de mezclilla deslavado, y unos tenis Nike. Traía sus pelos parados y ya saben, su ojo derecho casi cerrado. Estaba solo, y se le veía triste y deprimido.
Creo que nadie lo conocía y en ese sentido, él se sentía un poco seguro en nuestra ciudad. Ha de haber pensado, aquí nadie me va a conocer ni me va a molestar. Sin embargo, no contaba con mi astucia. No sabe que soy el fan número uno radioheadiano en la frontera Noreste del país.
Observe que hacía y vi que obviamente nadie lo reconocía. Pasaba mucha gente enfrente de él y ni lo pelaban, no volteaban a verlo. Chavos y chavas fresas y seudoroqueros hijos de MTV no lo conocieron.
Por mi parte, no sabía que hacer, estaba asustado al igual que Thom en tierra extraña. ¿Qué hago? ¿Qué le digo? Maldita sea, ¿Por qué no traigo mi cámara? Y, si la trajera, como escribió una chava en La Mosca, me negaría la foto. Maldita sea, maldito tímido. Perdí la oportunidad de mi vida.
Sólo me dedique a contemplarlo. Veía como hablaba con la de los boletos. Creo que quería entrar a ver una película y le sobraba un boleto y no sé que ondas más. Parece que lo quería devolver, y yo ya no traía dinero para cómpraselo y entrar con él. Magnifica oportunidad, y los de los boletos, que no, que no se puede, y el triste porque parece que alguien lo plantó.
Pobre, quería desaparecer de la faz de la tierra pero no podía, y yo, piense y piense ¿cómo me le acerco? Pero ya me conocen, escribo mucho y hablo poco. Nunca me le acerque por miedo al rechazo.
Quería desaparecer completamente. Nunca estuve tan cerca y a la vez tan lejos de Thom Yorke. Por lo menos puedo presumir de ser de los pocos mexicanos que han estado a casi un metro de líder de Radiohead.
Fin del Sueño.
Acompáñese con la canción “How To Disappear Completely”
Cuando desperté, aguce mis oídos esperando una señal que me dijera que el mundo no se había acabado. Unos cantos de unos pajaritos, la claridad de una mañana calurosa, el ruido del vecino que ya andaba trajinando, unos carros ruidosos allá afuera, y mi madre despierta me hicieron comprobar que el mundo seguía. La hora en la que me desperté 6 de la mañana con 6 minutos y seis segundos y 66 centésimas de segundo, 666 milésimas de segundo y 666666666 nanosegundos, del día 6 del sexto mes del año sexto de la sexta década, del sexto siglo, del sexto milenio.
• Originalmente este es el sueño número 4 de mi serie de sueños que había descuidado por meses (en los que inclusive llegué a soñar a Paulina Rubio), pero para verse más acá pues le puse número 666.
• Algo me dice que no cante victoria hasta que sea las seis de la tarde, aunque no creo que pase nada.
• Espérense el año que viene, allí viene lo bueno ya que el número 7 es el de la perfección.
Arrivedercci Roma.
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6 comentarios:
6-6-06. This is fun, but in a make-fun-of-the-superstitious-people kind of way. Of course, there's no such thing as gods, demons, angels, ghosts, et cetera.
¿Sabes qué hubiera estado chido literalmente de miedo? Que tu sueño con Paulina Rubio hubiera sido -de verdad- el número 666...jajajajja
Saludos
Pues el tema nunca terminara,querido hamlet, acompañar esta sabia lectura con Burning Witches del nuevo disco The Eraser de Tomasito Yorke...
-QUE PEDO CON LO DE LA PAU?? EN SERIO LA SOÑASTE??
Chido sueño! Yo alguna vez soñe con Robert Smith y seguramente me pasó algo parecido a lo que a ti... por alguna razón no dije nada a pesar de que el resto de la banda me decía: "ándale mano, salúdalo, es re-buena onda..." (o algo así)
Como bien apunta YoNoSeDecirReves, hay que estar bien pendientes del disco solista de Mr. Yorke, seguramente será difícil de comprender y fácil de admirar...
Acá más info: http://www.xlrecordings.com/theeraser/
raro sueño
Sexy
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