martes, marzo 25, 2008

14 RAZONES POR LAS QUE AMO Y EXTRAÑARÉ A LA MOSCA

Como la mayoría de ustedes ya lo saben, y sí no, pues ahora se van a enterar: La Mosca, la mejor revista de rock que ha habido en México (lo digo con autoridad ya que soy un lector compulsivo y coleccionista de revistas de rock, y ninguna ha sido o es como La Mosca), ha dejado de existir. Luego de 14 años de circulación, cientos de artículos reseñados y criticados, su ex casa editora decidió sacarla de circulación, bajo el absurdo argumento de que ya no vendía ni reportaba ganancias.
En realidad La Mosca se sostenía frágilmente con la pura venta de los ejemplares, ya que últimamente sus 56 páginas, su portada y contraportadas no incluían un solo anuncio comercial (a excepción de revistas de la misma editorial que imagino iban de a grapa). A muchos eso les parecerá una maravilla, una bendición, y así debería ser en la vida real, pero en verdad, una revista (querámoslo o no) necesita publicidad (y mucha) para subsistir.
Al parecer los de La Mosca y/o los de la editorial no lo entendieron, y aquí están las terribles consecuencias. La segunda muerte de La Mosca.

No sé si ese era el plan original, cero publicidad; o quizá los altos precios que cobraban por anunciarse (lo cual no creo); o, tal vez anunciarse en La Mosca era un estigma maldito (¿cómo te atreves a anunciarte en La Mosca? Esa revistucha que habla mal de nuestro rock, transgresora, políticamente incorrecta, malhablada), sin embargo vendía y de a montón.
Lo más probable es que tenían un equipo de vendedores y mercadotecnia de lo más inútil e ineficiente. No sabían hacer su trabajo, promover a la revista como la mejor de México, la más leída, y lo beneficioso de anunciarse en sus páginas.
Como alguien escribió en un comentario: Los lectores de La Mosca no somos jodidos, también consumimos y compramos: desde autos, celulares, ipods, equipos de sonido, televisiones, ropa, tenis, cigarros, bebidas alcohólicas, refrescos, ácidos, drogas, pastillas, comida rápida, servicios, discos, películas, libros, boletos para conciertos, desodorantes, shampoos, etc. Saquen sus conclusiones.

Después de esta larga perorata, quiero decirles que la revista me enseñó a ser muy crítico, cínico, irónico, sarcástico, burlón. Fue una revista que me crió como cuervo, y a la que muchas veces le saqué muchos de sus múltiples ojos.
Pero hoy no quiero hablar de las cosas malas de la revista que me forjó de la mejor manera musicalmente hablando, hoy en cambió hablaré de 14 cosas que hicieron de esta revista única e inigualable.

1.- SUS PORTADAS
Desde su tamaño se diferenciaba de las otras (una revista llamada R&R hizo lo mismo pero con un papel más chafa y un diseño horrible), hasta su diseño único, ninguna como La Mosca. Desde la número uno con Saúl Hernández en portada, hasta la 125 con The Mars Volta, la M siempre nos regalaba un agasajo visual que fue muchas veces copiado.

Aquí va mi top ten de portadas favoritas:
1.- Björk (50)
2.- Placebo (94)
3.- The Beatles (36)
4.- Rita Guerrero y Julieta Venegas (19)
5.- Jim Morrison (48)
6.- Marilyn Manson (14)
7.- Janis Joplin (75)
8.- Kurt Cobain (103)
9.- Arcade Fire (124)
10.- Artick Monkeys (118)


El mítico número uno: Matennos porque nos morimos.

2.- SUS COLABORADORES
Tenía lo mejor de lo mejor del periodismo roquero. Grandes críticos como Sergio Monsalvo, Rosa Olivia Hellión Tovar, Fernando Rivera Calderón, y la gran estrella José Agustín. Si te gustaba el blues, ahí estaba HGM o Jorge Soto, si querías jazz pues ROHT y Sergio Monsalvo, brit pop Carlos Jesús Gonzáles, rock clásico pues José Agustín, electrónica Eric Estrada o Andrés Ramírez, música clásica Eusebio Ruvalcaba, garage y punk Rogelio Garza, metal en todas sus variantes Rogelio Matamoros, dark Kurdtis, rock mexicano Pepe Navar, progresivo y rock mexicano alternativo David Cortés, rock argentino Nicolás Cabral, cine Rafael Aviña, Fernanda Solórzano y Miguel Cane, reseñas de conciertos Eric Estrada, comics Mauricio Matamoros, televisión Cesar Benitez, y Álvaro Cueva. Naief Yehya y sus excelentes comentarios sobre política internacional y conspiraciones, las entrevistas y lecturitas de Eduardo Limón, los cuentos de Constanzita Rojas, los relatos sabrosos de Norma Lazo, y ese trío de iconoclastas geniales que son Rafael Tonatiuh, Fernando Rivera Calderón, y Juan Alberto Vásquez.
Tenían un extraterrestre llamado Fedro Carlos Guillén que analizaba y se burlaba de todos los actos, taras y traumas humanos, desde las colas (filas), los bailes, el rock, el chat, hasta la astrología.
Y que decir de Eusebio Ruvalcaba, todo un lujo. Lo que ha escrito en la M, da para todo un libro.
El Armiados Güeva Vil y sus Aventuras de un Guacarroquer.
Los textos malditos de Rogelio Garza se van a extrañar, al igual que a Margarita Cerviño y sus Cionaradas. Adriana Díaz Enciso, Paty Peñaloza, José Quintero y su Buba, Vertiguitos y el vato que siempre se quería suicidar y nunca lo hacía, los dibujitos cotorros de Cabeza, el Rock Express de Pepe Navar y sus chismes sobre el rock nacional, las ilustraciones de Darío Salzman, Mange, Susi, Claudia Sanchez, Mario FloresDiana Barreto y el Soundtrack de mi vida, las entrevistas de Yareni Torres y Fabiola Hinojosa. Los textos de Roberto Garza Iturbide, Paul Medrano, Elena Santibáñez, Humberto Gazca, Hamlet Ultrapeluche, Pepe Rock, Nicolás Cabral, y hasta las fresísimas y aburridas de Mari José Cortes y Anna Stephens.
Fotografos como Luis Flores, Fernando Aceves e Isadora Hastings.
Todos ellos los vamos a extrañar.

La portada más horrible en la historia de La Mosca.


3.- SU AMOR POR EL LENGUAJE
Lees la Switch y la Rolling. Escriben bien, no tienen faltas de ortografía, pero su lenguaje es muy plano, muy profesional y aburrido; salvo algunos colaboradores como David Cortés y C. Jesús Gonzáles (ambos provenientes de la Mosca), y el excelente Warpig en la Switch; y Juan Carlos Villanueva, Iván Ríos Gascón e Iñaki Manero en La Rolling Stone, que la verdad escriben y se deleitan (y leerlos es un deleite) en el lenguaje escrito, los demás están para llorar.
En cambio, en la M, escribir bien, de una forma correcta, y sobre todo hacer del lenguaje escrito en sí toda una pequeña obra de arte era la consigna principal. Eso te invitaba a leer y a releer muchas veces un mismo texto. En ese aspecto, la M les llevaba kilómetros de ventaja a sus competidores.

La primera resurrección, con una portada transgresora y provocadora.

4.- SU LENGUAJE OBSCENO
Si bien, la M se regodeaba en el buen uso del lenguaje, al mismo tiempo tocaba los extremos inferiores del mismo. No sé si fue la primera revista, pero al menos en las de rock sí fue la primera que no anduvo con censuras a sus colaboradores. Mientras la Switch ponía puntitos donde debía ir una grosería, o la extinta Rock Stage ponía simbolitos para que no se viera feo, la Mosca ponía las cosas como son: chingar en chingar, verga en verga, coger en coger, chinga tu puta madre en chinga tu puta madre, pinche joto maricón en pinche joto maricón.
Sólo en la M se podía escribir así, y para ejemplo tenemos las Aventuras de un Guacarroquer de Armando Vega Gil (ex Botellita de Jerez) donde su escritura estaba llena de peladeces. Muchas veces llevadas a un extremo lleno de lujos de detalles vomitivos, que realmente me extraña que nunca hayan sido motivo de protestas por parte de grupos como Provida y similares.


Dos de mis portadas favoritas.

5.- SU CRÍTICA
Esta era una revista que no se andaba por las ramas. Los discos que eran una porquería, eran reseñados como una vil porquería. La mierda es mierda y así tiene que ser reseñada. Si no, pregúntenle a Control Machete, Limbo Zamba, Nudo, La Candelaria, La Maldita Vecindad, el Tri, Jaguares, Panda, Porter, Secta Core, y un largísimo etc.
La Mosca no tenía compromisos con disqueras y por eso mismo podía decir lo que se le pegara en gana.

¡¿Cómo que no existe el rock mexicano?!

6.- IR COMO SALMÓN CONTRACORRIENTE
Al principio fue así. De hecho, la revista se debió llamar El Salmón en el Río (contracorriente). Mientras las demás ponían en sus listas de lo mejor del año cosas como Panda, Belanova, Camila, Porter, Allison, Jaguares, Britney Spears, Linkin Park, Maná, Bengala, MotelLa Mosca lo hacía al revés, lo mejor de las otras, era lo peor de la M.
Mientras las otras alababan a cierto grupo de moda (Strokes o Babasónicos por ejemplo), en la M se encargaban de despedazarlos.
Y que decir de las portadas. Nunca sabías quien iba a aparecer porque jamás se guiaban por los grupos de moda, por eso a veces salían Janis Joplin, las Ultrasónicas o Blur.
Mientras por ejemplo todas ponían a U2, a los Rolling al mismo tiempo, la M salía con Molotov, Zoé o Franz Ferdinand. Como dije, al principio fue así, pero después, en cuestión de portadas se volvió igual a las otras.


Un angelito en medio de dos verdaderos hijos de su madre.

7.- NO TRATAR A SUS LECTORES COMO RETRASADOS MENTALES
Siempre trataba a todos como gente madura y pensante. Había una retroalimentación, nunca imponía ideas, dejaba que todos fuéramos gente crítica, pensante y discernidora.
Había colaboradores como Sergio Monsalvo con un nivel de lenguaje muy alto, rayando en lo grandilocuente y pretencioso, pero que nos hacía pensar, buscar, indagar, investigar, poner cara de what?, buscar múltiples referencias para entender de lo que estaba hablando. Teníamos que ponernos a su nivel y muchas veces ni lo alcanzamos.


Una de las mejores portadas en la historia de La Mosca.

8.- EL BUZÓN DE MAMÁ MOSCA.
Dime que revista lees y te diré que lector eres. Veías los mails que enviaban a la Rock Stage: Muchas faltas de ortografía, y una sintaxis deficiente, lectores que se ofendían unos a los otros. El promedio era que esa revista la leían adolescentes descerebrados y oligofrénicos con gustos nümetaleros y uno que otro emo amariconado.
Leías los mails de Switch, estaba peor porque allí existía un tipo autonombrado el Lacra, que los contestaba por medio de ofensas, burlas, albures, groserías, y lo peor era que a los chavos les gustaba eso, ser tratados y humillados así, escribían para que el Lacra se burlara de ellos.
Los lectores promedio de la Rolling son los típicos chavos clasemedieros, aborregados, buena onda, de mente abierta, positivos, optimistas, adocenados, alienados, hijos de papi, acríticos, que se tragan todo lo que les dan, eso se refleja en sus cartitas llenas de alabanzas desmesuradas por la basura que les venden.
La Mosca en cambio, era abierta y respetuosa. Lean las cartas de la mayoría de los lectores y verán como están escritas, por jóvenes críticos, pensantes e inteligentes.
Y no sólo publicaban alabanzas, sino críticas feroces y ensañadas contra la misma revista (muy bien argumentadas y llenas de razón, aunque cuando no le convenía a la revista, siempre se salían por la tangente), y muchas mentadas de madre.


Los cuatro fantásticos (y un colado).

9.- SU GRAN APERTURA
La revista fue un lugar donde mucha gente pudo publicar sus textos por vez primera, o de una forma profesional. Muchos han contado que ni siquiera conocían en persona al director, y sin embargo fueron publicados. Así muchos chavos y chavas, aprendices de periodistas, escritores y poetas en ciernes, seudocríticos tuvieron su primera oportunidad en La Mosca.
Gente como Natalia Cano, Karina Almaraz (ambas las conocí en el foro Moscoso), Fabiola Hinojosa, Yareni Torres, Arturo Flores, Diana Barreto, Carlos Jesús Gonzáles, José Agustín, Ramírez, Andrés Ramírez, Mariana Blanco, Andrés Soto, Alejandro Castro, Mari José Cortés, Gabriela Clayton, Leticia Zwittag, todos ellos gente joven, sangre nueva con un largo trayecto que recorrer en el periodismo rockero mexicano, han tenido la oportunidad de ser publicados en la M, y no cualquiera publica allí, ya ven, en sus 14 años, por mas que quiso, Carlos Monsiváis se la peló por escribir allí, al igual que el inefable Jordi Soler.
Por si fuera poco, La Mosca publicó dos textos míos: el del 40 aniversario del Sargento Pimienta, que bien lo puedo escribir Jorge Soto, Sergio Monsalvo, Adofo Cantú, o el propio director, y sin embargo, el DISCOMASIMPORTANTEDETODALAMUSICA, del MEJORGRUPOMASFAMOSOEINFLUYENTE, en pocas palabras, el texto más importante del rock fue escrito en LAREVISTAMASIMPORTANTEDEROCKMEXICANA por un servidor, por un jodido aficionado al rock que no conoce al director sino en fotos, nunca hemos cruzado palabras, ni siquiera por mail, no sé si me conozca en fotos, si haya leído mi blog, ni que es lo que piensa de mí.
Además, un texto con una megalista de los álbumes más famosos e influyentes de 1967 escrito por mí, también fue publicado. Escrito por un simple trabajador de una maquiladora de Reynosa, Tamaulipas.
¿Quién iba a pensarlo? Uno de mis sueños hecho realidad.

Y creo que indirectamente generé la idea del especial que le hicieron a Rockdrigo Gonzáles. Le mandé un mail a mi amiga Karina en donde me hacía pasar por el espíritu de Rockdrigo, quien desde el más allá le decía a Karina que moviera sus influencias para que en la M saliera un especial de él. Al parecer, ella habló con HGM, y la voluntad de Rockdrigo fue cumplida. Ya puede descansar en paz.

Bendito entre las mujeres.

10.- SUS TRANSGRESIONES
Sólo en La Mosca sucedía que en la portada salía Eric Clapton, Limp Bizquit, o Control Machete, y contrario a lo que se pensaría, en vez de habar bien de ellos, los criticaban despiadadamente.
Sólo en la Mosca, el genial HGM escribía un texto sobre el disco “Mostros” de La Maldita Vecindad, dizque alabatorio, pero que en realidad se pitorreaba de una forma gandalla de este trabajo; al igual que René Franco hacía lo mismo con el “Artilleria Pesada” de Control Machete.
Sólo en la M, en el Tiovivo, un disco era reseñado doblemente por dos críticos: uno lo subía hasta las nubes, y el otro lo hacía papilla.
Sólo en la M podías tener dos portadas de Eminem al mismo tiempo (por lo cual fueron acusados de vendidos), cuatro de los Beatles (una para cada uno), dos portadas dobles (Daft Punk/ The Chemical Brothers, Rolling Stones/U2), portadas de grupos que en ninguna otra revista saldrían y que nunca han salido (Ultrasónicas, Botellita de Jerez, Mars Volta, Artic Monkeys, The Libertines, Interpol, Franz Ferdinand, Juliette Lewis, Björk, Arcade Fire, Frank Zappa…)
Sólo en la M tenías que chutarte unos textos sicodélicos, con unas letritas de color sepia o café sobre fondo anaranjado, rosa, amarillo, o verde fosforescente.
Sólo en la M podías leer las aventuras del Apachito Pun (sin K), al Mastique cogerse una viejita, y al Armiados hacer lo mismo con Martin, la top model allá en Cancún.
Sólo en la M, podías leer artículos y reseñas de grupos desconocidos y vanguardistas, de otras músicas, de jazz, gracias a columnas como “Sonidos de Babel” (no todo en la vida es rock), o las geniales entrevistas de Sara Valenzuela.
Sólo en la M se a atrevían a burlarse de las otras sin temor alguno. En un mismo anuncio ponían la portada de la Rolling, de la Switch, de Nuestro Rock, y de la Mosca juntos, ¡y funcionaba!
Sólo en la M, se atrevían a colgarse sin aparecer dos o tres meses.
Sólo en la M se les ocurrió la idea de hacer especiales de rock (aunque extrañamos mucho los de Frank Zappa, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, y Björk)
Sólo en la M eran irrespetuosos tanto del Ché, del Teletón (con todo y enfermos), de Pedro Infante, del Peje, de Carlos Monsiváis, etc.
Sólo en la M, Humberto Zurita elogiaba el Revés Yosoy de Café Tacuba, y Pepe Navar lo hacía pedazos; Paty Peñaloza ensalzaba el Medulla de Björk, y Pepe Navar lo destrozaba.
Sólo en la M se les ocurría hacer un número alabándose a sí misma por sus diez años, cuya portada blanca sería copiada por los de TV Notas, cuyas portadas a su vez fueron homenajeadas por la Mosca con una portada horrorosa sobre el rock mexicano.
Sólo en la M publicaban listas como Diez discos en diez años de La Mosca, los cien mejores discos que jamás has escuchado, diez discos rompemadres, treinta discos fundamentales del Heavy Metal, quince discos míticos del rock hecho en México, cien mejores covers de todos los tiempos, las cien peorcitas canciones del rock hecho en México, veinte momentos bochornosos del rockcito nacional.
Sólo en la M podías leer sobre clásicos como The Kinks, Janis Joplin, Zappa, Queen, Pink Floyd, Miles Davis, Cream, Led Zeppelín, Muddy Waters, John Zorn
Sólo en la M salía una sección tan especial como la Nueva Música Clásica.
Sólo en la M se atrevían a decir la herejía de que el rock mexicano no existe, ni existirá.
Sólo en la M podrían inventar géneros como el rockcito, el rockcitito, y el rockcitito nacional.
Sólo en la M se atrevieron a entrevistar a Alejandro Marcovich sobre la brutal golpiza que sufrió por orden de Marusa Reyes y/o Jaguares, en el Vive Latino.


Mi grupo favorito y una de las mejores portadas.

11.- AMOR/ODIO
Esta revista nunca te dejaba indiferente. La amabas y/o detestabas. Era tan pura, que a muchos nos hizo de una pureza tan inmaculada que nos volvió fanáticos extremos de nuestra revista. Y gritábamos cada que se cometía un sacrilegio como mancillar con Yuri y su osito Panda las páginas de la Nueva Música Clásica, o poner en portada a una artistilla tan comercial como Julieta Venegas.
O, las siempre controversiales editoriales de HGM, como cuando defendió a Julieta y su músiquita popera, y se ensañó contra los Babasónicos.
O, el tal Goyo Cárdenas Jr. Cuando se burlaba de The White Stripes, Brian Wilson, Café Tacuba, Radiohead, Alejandro Jodorowsky, Enrique Bunbury o el Ché Guevara.
O, la sempiterna obsesión de burlarse de Jaguares, en especial de Saúl Hernández, y su vocecita, lo cual provocaba que muchos jaguaristas indignados mandaran cientos de mails a la revista.


Esta fue la primera Mosca que vi, y sin embargo no la compré.

12.- SU OBSESIÓN POR EL ROCK MEXICANO
Era la revista más odiada por nuestras estrellitas roqueras, pero, en el fondo todos quería salir en ella, sus caras engalanando su portada, o por lo menos algún artículo elogioso, ya sea un disco, entrevista o reportaje.
Salir en La Mosca con un artículo elogioso era señal de credibilidad, de que tu grupo en realidad era bueno.
El lado contrario de la moneda, la revista era de lo más crítica y dura. Sus críticos eran despiadados y sádicos, en especial el director, Sergio Monsalvo, Hector Siever y Fernando Rivera Calderón.
Sin embargo, a pesar de que muchos la criticaban por ensañarse de nuestro rock, sólo en la M podías leer de La Barranca, Cabezas de Cera, Monocordio, Muna Zul, el Azote, Panteón Rococó, Inspector, Café Tacuba, Nona de Lichas, Aural, Nortec, Bostich, Los Estrambóticos, Luis Alberto Spinetta, Jaime López, Ceratti, Las Ultrasónicas, Jessy Bulbo, Molotov, el Sr. Gonzáles, Fratta, Ritmo Peligroso, La Perra, el Dr. Fanatik, Real de 14, los Amantes de Lola, Charly Monttana, el Haragán, Santa Sabina, Alonso Arreola, Magos Herrera, Transmetal, José Fors, Gerardo Enciso, Laura Vásquez, y un largo, ecléctico y chafa etcétera.

De hecho, el 80.8 % de las 125 portadas correspondió a artistas anglosajones, y sólo el 17.6 % restante se dividió entre artistas hispanohablantes, de los cuales, dos portadas fueron para artistas argentinos, Soda Stereo y Gustavo Ceratti (lo cual habla de una posible xenofobia por parte del director, la cual curiosamente nunca aplicaba en bellas argentinas como Malena Rouge, Fernanda Martínez o Laura Vázquez)
Dos portadas correspondieron a ese ente amorfo llamado rock mexicano.
Caifanes mereció dos portadas, una como trío, y otra con Saúl Hernández; asimismo Saúl salió en otra ya como líder de Jaguares.
Julieta Venegas tuvo el privilegio de salir ¡tres veces! En una impactante fotografía lésbico vampira con Rita Guerrero de Santa Sabina, otra con los muchachos de Plastilina Mosh, y una más en solitario.
Los plastilinos asimismo han salido dos veces, la referida con Julieta, y una como dúo dinámico (peleándose el primer lugar a la peor portada).
Café Tacuba también salieron dos veces, una como grupo, y otra muy creativa en la que el Elfego, Sizu Yantra, Gallo Gass, Rita Cantalagua, o como quiera que se llame ahora Burrén (Rubén) Albarrán salía montado sobre un chile jalapeño volador.
Los de la Barranca aparecieron dos veces: una, con la formación clásica (André, Fong, Aguilera, Cox), y en otra compartieron portada con el Reverendo Marilyn Manson, con su alineación Arreola Brothers, Otaola, Aguilera.
Molotov tuvo dos portadas. La primera cuando todavía no eran tan conocidos.
Extrañamente, el único grupo de rockcitito nacional que engalanó la portada de la Mosca fue Zoé. Una como grupo, y otra, con la horrorosa jeta de León Larregui.
Los de Botellita de Jerez fueron sacados de sus tumbas, para aparecer en una transgresora portada en donde nos mientan la madre.
Las Ultrasónicas fueron las únicas roqueras underground que tuvieron el privilegio de aparecer en portada.
Control Machete aparecieron para ser criticados en páginas interiores, con su célebre frase: “¿Qué demonios hacemos en este pasquín?”
Alex Lora y el Púas Olivares aparecieron juntos en otra horrorosa portada (quizá la peor de la Mosca), en un intento de parodiar a la Eres.
Por último, el rey Tin Tan apareció con un texto controversial que preguntaba, “¿El verdadero padre del rock hecho en México”?


En cambio, con este número me inicié en la religión mosquiana.

13.- UN VASO COMUNICANTE
Amo la Mosca porque por medio de ella he conocido mucha gente, y he hecho grandes amigos. Por la M abrí mi blog, y he conocido a muchos moscosos, bloggers, roqueros, y lectores de la revista.
Del foro Moscoso conocí a Karina Almaraz, a quien conozco en persona y he estado en su casa, y quien alguna vez me llevó al Chopo, y a un pueblito del EdoMex donde actuó Radiohead hace miles de años. También conocí a una periodista llamada Natalia Cano, y a mis entrañables Citlalli, y Claudia de Zacatecas, a Cintya de Tijuana, y a Gaby Boo del DF.
Por medio del mail me hice amigo del Oso Polar. Conocí a también por este medio al buen Rogelio Garza, Luis Humberto Crosswaithe, Roberto Castillo, Carlos Jesús Gonzáles, Yareni Torres, y a José Agustín. (De todos ellos conservo los correos que me han enviado).
Por medio del blog conocí al buen Edgar, y a mis amigos reynosenses Mike, Laura, y Jerritz, y otros más que he conocido en persona.
Gracias a la M conocí en persona a los de La Barranca, a Santa Sabina, Real de Catorce, algunos integrantes de Los Pechos Privilegiados, de Monocordio, al Sr. Gonzáles, a Armando Vega Gil, a Laura Vásquez, a Verónica Maza, a Claudia Sánchez, y a Fernando Rivera Calderón (uno de mis héroes).
También pude entrevistar a este último y a Alonso Arreola.
En fin, a la Mosca le debo muchas grandes amistades.


¡Hasta donde cayó La Mosca! Al grado de llegar a publicarme.

14. - ROCK AND ROLL
La Mosca
es sinonimo de Rock and Roll. Mientras las otras son poperas o juegan a ser roqueras, la Mosca es roquera de estirpe y de cepa. Como decía su promocional:
“HAY REVISTAS QUE EVOLUCIONAN… Y HAY OTRAS QUE SE QUEDAN NECIAMENTE EN LAS MISMAS. LA MOSCA, UNA REVISTA TERCAMENTE ROCANROLERA”.
Esto no es un réquiem, sólo es un pequeño larguísimo homenaje a una revista sin igual, esperando con fe que muy pronto, en menos de lo que zumba una mosca, esta revista este revoloteando de nuevo en el aire, que resucite por segunda vez y demostrar que ningún insecticida o matamoscas puede acabar con
la Súper Mosca en la Pared.


Todo el mosquerío en pleno (especiales y normales). Sólo me falta un número dedicado a Cobain.

PD. Dedicado en especial a Papá Mosca .Un ser integro, que nunca ha vendido su alma al diablo, y su amor por la música está por encima del dinero, y su vida es un claro ejemplo de ello. Ánimo, esperemos que su proyecto por el que ha dado su vida y su corazón, nuevamente podamos tenerlos en nuestras manos.


La del estribo: ¡Oh! ¡ Y ahora! ¿Qué podré leer?

domingo, marzo 02, 2008

LOS NIÑOS Y LOS BORRACHOS NUNCA DICEN LA VERDAD


CUENTO

INTRO

Se llamaba Sandra. Ese nombre siempre me ha perseguido como una bendita maldición a lo largo de mi existencia. Para variar, tenía que apellidarse Hernández como ustedes YA DIRAn rápidamente el nombre a quien me estoy refiriendo; y, en el colmo de las coincidencias, su segundo apellido es igual al de mi segundo nombre (Antonio).

¿Por qué será siempre lo mismo? Las mujeres que no me interesan y que no me gustan, se me pegan como abejas a la miel. Platico con ellas hasta por los codos, muchas veces llegando al límite de pláticas idiotas y estupidas (algo que detesto).
Al contrario, las morras que me gustan…ahí cambia todo. Parezco un chico de secundaria. Me muero por hablarles, y cuando estoy frente a ellas no les digo nada. Pongo mi clásica cara de pendejo como diciendo: “NOMEINTERESASENLOMASMINIMO”.
Ellas me miran, y me hago el idiota que no las veo, agacho la mirada o volteo a otro lado.
Neta, mejor no les cuento lo que hago o no hago porque sería autorebajarme más de lo que ya estoy haciendo ahorita.

Bien, resulta que por más faramallas que hacía, Sandra nomás no se daba cuenta de que alrededor suyo existía un ser llamado Jesús Antonio Hamlet Márquez Gómez, cuya vida giraba y orbitaba en torno a la de ella. Yo era peor que una sombra, un cero a la izquierda, un ser invisible, un fantasma.

Sin embargo, mi alma se debatía. A diferencia de YHS, aquí las cosas eran diferentes. Sandra era casada, y recientemente acababa de tener su primer hijo.
Nunca la había visto. Estaba en el turno de la mañana, y de pronto la pasaron con nosotros a la noche.

PUNTO NÚMERO UNO:
Muchos me dirán: ¿qué importa que esté casada? Viéndolo así, pues que importa. La neta, deberían de ver el número de infidelidades en una maquiladora. Se podría decir que un 95% es infiel a sus parejas.
Hombres y mujeres por igual. A eso, habría que agregar que algunos infieles le son también desleales a sus amantes a escondidas (y todavía tienen la desvergüenza de exigirles fidelidad hacía ellos cuando es una palabra que no conocen). Otros, les ponen el cuerno a sus esposos (as) en sus propias narices.

No sé, mis ideas son diferentes. No me espanto de ello, aunque no comulgo con la infidelidad, pues a mí este rollo se me hace muy hipócrita.
Por ejemplo, tengo una novia o estoy casado, vengo y le digo a mi pareja que la quiero, que la amo, que es el amor de mi vida, que es la mujer más maravillosa del mundo, que no la cambiaría por nada del mundo, que sin ella me moriría…y, luego a escondidas vengo y la engaño con otra chava. Quizá mi novia (si es fiel), en el momento en que abrazo, beso, me río, le hago el amor a la otra chava, y le digo que la amo, esté pensando en ese preciso momento en mí, como un buen hombre, un ser fiel, leal, honesto, verdadero, cuando en realidad soy todo lo contrario.
Luego llegas con tu pareja y te paras frente a ella con esa máscara espantosa de la hipocresía.

Aquí va mi teoría y postura muy a la europea: el problema no es que andes y ames a cuanta persona se te ponga enfrente, sino que tengas una pareja a la cual engañas jurándole fidelidad. El problema es no mostrar tus posturas y tus cartas desde el principio. Hablar claro en pocas palabras.

Decir por ejemplo, mira, mi corazón es muy grande. Te amo, que de eso te quede la menor duda, pero al mismo tiempo puedo amar a dos o más personas. Espero me comprendas y aceptes. Si ando con alguna más, también la amo a ella, y no dejo de amarte a ti. Ella sabe de tu existencia, y sabe que tú sabes de ella, y lo acepta sin ningún problema. Y, tú, puedes andar y amar a las personas que quieras. Por mi no hay problema, no dejaré de amarte.
Sí, ya sé que eso devalúa el amor, pero es mil veces mejor decir la verdad que andar de hipócrita.

PUNTO NÚMERO DOS:
En el corazón no se manda. Por más que intenté no enamorarme de ella, no pude evitarlo. Ahí voy como oveja al matadero, aunque a diferencia de las ovejas, yo sí sabía a donde iba.
¿Qué podía hacer? Estaba dispuesto a mandar todo al carajo, pero de pronto como subida del infierno me llegó esta frase de Eusebio Ruvalcaba, mi diablo de cabecera: “Enamórate lo más que puedas, las más veces que puedas, y entrégate por completo. No tengas miedo del sufrimiento, porque en esa misma medida vas a disfrutar la cadencia amorosa, y menos te preocupes si aquella chava te manda al diablo. Tú te clavaste y eso es lo que importa”.
Seguí su consejo, al menos a la mitad. Me enamoré completamente de Sandra, sin reservas, aunque todavía falta la parte donde me mande al diablo.

PUNTO NÚMERO TRES:
¿Qué hacer? No lo sé. La realidad es que Sandra me gustaba (y me sigue gustando) horrores. No hay duda de mi amor y admiración hacía ella, pero, no es que tuviera miedo de que fuera casada (ver las estadísticas). Si fracasaba sería por mi torpeza, o porque ella no quisiera conmigo, pero no creo que fuera por fidelidad, o tal vez sí.
No tenía mucho de haberse casado con el pelado. Ella es muy joven, y me imagino que no anduvo mucho tiempo de novio con él.
Aquí vienen dos lecturas:

A) Eso demuestra inmadurez. Un amigo al que le dicen el Pollo me lo dijo: “esas chavas son más fáciles por su inmadurez”. Puede ser, eso casi siempre sucede, y es el motivo de fracasos y divorcios en el futuro: no conocerse bien, agarrar al primer pelado que se te ponga enfrente y te hable bonito, o quedas embarazada y ya ni modo, ya te amolaste.

B) O lo contrario. Si realmente amas a tu pareja, esos primeros años son los más maravillosos de tu vida matrimonial. No existe nadie más que él. Eres inocente y entregado (a). No sabes nada de traiciones, engaños, infidelidades. Eso es para los que no se aman, para los viejos, los desilusionados, los defraudados, los hastiados, los rutinarios. No, ahorita no. Cada día es diferente, tienes a tu lado lo que siempre habías querido, y lo amas más que nunca. Él es para ti, y tú eres para él exclusivamente.

¿Para adivinar cual es su postura?
Pero, eso es por parte de ella, ¿y mi parte? ¿De verdad podría jactarme y sentirme orgulloso de ser el primer hombre en la vida de ella, fuera de su matrimonio? El hombre que quizá resquebraje su hogar, su mente, sus ideas, el hombre que la corrompa, y que la haga engañar a su marido, ese al que muchas veces seguramente le ha dicho que lo ama.
Sí, quisiera andar con ella, pero no quisiera ser el hombre descrito líneas atrás.
Oh Sandra, ¿Por qué no te conocí antes?

I UNA FICCION REAL.

Como soy medio cobarde, y ya había hecho de todo y nomás nada, decidí intentar un método indirecto para que ella de una vez por lo menos se enterara de todo lo que siento por ella.
Lo correcto era decírselo yo mismo, pero por miedoso y por experimentar algo que siempre he deseado sentir, inventé un plan muy divertido.
Resulta que Sandra es amiga de una enana de circo llamada Ayram*, la cual está fea, pero se cree la gran cosa.
Bueno, a Ayram ni quien la pele. Resulta que a su esposo (otro enano de circo), lo transfirieron a nuestra planta, y cayó junto con otros acompañantes en la línea en la que yo estoy.
Adalberto* (así se llama), es el clásico veracruzano folclórico (dije el CLÁSICO, no todos los veracruzanos son así), muy amigable y medio campesino. Total, a diferencia de su ruca engreída, el morrillo me cayó bien.
Y, aquí viene lo bueno. En una noche de insomnio, después de quebrarme el coco resolviendo unas malditas ecuaciones cuadráticas, escuchando a Simon & Garfunkel, a Phil Spector, Ray Charles, Sam Cooke, James Brown y esas maravillas de Getz/Gilberto (Chica de Ipanema, y Desafinado incluidos) y Miriam Makeba, me puse a tramar un plan, para hacerme amigo de este pelado

Imaginé entonces lo siguiente:
Me hago amigo de este buey. Hablamos de futbol y de películas. Le ofrezco unas de terror que tengo ahí. Todo bien, acepta y se gana mi confianza. Lo invito a mi casa a ver unas movies (rogando a Dios que no acepte). No acepta porque no le rogué mucho.
Me autoinvito a su casa y él acepta. Acordamos el día. Un sábado en la tarde. Me comprometo a llevar algo de comer.
Llega el día. Llevo pollo asado, y para su pequeña hija una paleta payaso y un mamut a la polar.
Llego a su casa. Allí está la fodonga de su vieja en su estado natural, exhibiendo su fealdad en pleno. Me recibe hipócritamente amable porque soy amigo de su viejo. Le correspondo de la misma hipócrita manera porque soy amigo de su viejo.
Hago entrega de los regalos lo cual surte el efecto de ablandarla y se nota que cambia su percepción hacía mí.
Vemos una movie de terror. La Serpiente y el Arcoiris del maestro Wes Craven. A todos nos espanta. Llevo también la del Mago de Oz para la niña, pero la dejamos para que la vean le domingo en familia.
Por lo pronto, hora de cenar. Comemos y llega lo esperado por mí: Las cervezas.
Me hago del rogar diciendo que no tomo (lo cual es verdad), pero sabiendo como es el clásico veracruzano folclórico (dije CLÁSICO, no todos los veracruzanos son así) que a fuerza te quieren hacer tomar, pues total acepto tomar una cerveza.
Al fin, en mis experimentos caseros, ya van como tres veces que me he tomado una cerveza y no me ha pasado nada, no creo que me vaya a suceder algo si me tomo dos o tres, no más. La única vez que me emborraché de verdad fue con el mezcal artesanal que Gisela me trajo de Oaxaca en un jarrito. Me imagino que era sólo de adorno, y que tenía años fermentado porque me tumbó, pero para nada afectó mis sentidos.

Bueno, tardé una eternidad en tomarme la primera, y efectivamente no pasó nada. Adalberto dijo que me tomara otra. No quise, pero deje que me convenciera con eso de que si ya me había tomado una, pues nada pasaba si tomaba otra.
En eso, la plática pasó del futbol a las mujeres. Allí estaba la metiche y chismosa de Ayram. La cerveza no me había afectado en lo más mínimo. Me sentía excelente. Entonces lo que hice fue fingir que ya estaba borracho con dos cervezas, y empecé a confesarme delante de ellos. En exclusiva, Adalberto y su ruca se enteraron de mi amor imposible hacía Sandra.

No sé que iba a pasar, lo único que sé es que deje bien claro mi amor hacía ella y mi desesperación por no poder hacer nada. Ya sabía que el lunes Ayram le iría con el chisme a Sandra.
Para dejar bien en claro que estaba bien embriagado, me tomé una tercera cerveza, y realmente me sentía bien, un poquito mareado, pero no tanto para hablar incoherencias como hacen los borrachos, y sabía que podía pararme, correr, saltar, brincar sin ningún problema si quisiera, pero ellos se estaban tragando el cuento de que yo estaba realmente borracho con tres cervezas, en cambio, Adalberto ya llevaba doce y él si ya mostraba los estragos del alcohol.

Bueno, después de que desembuché todo, dije que iba al baño, y al momento de pararme, me deje caer deliberadamente al suelo, y allí me quedé haciéndome el inconciente, aguantándome la risa, y escuchando a Ayram asustada, y a Adalberto, briago de verdad creyendo que yo ya estaba bien pedo. Lo último que pasó es que Alberto con la ayuda de Ayram me subieron al sofá. Me taparon con una cobija azul (que olía a niño), y Adalberto ordenó a Ayram que me quitara los convers. Ella no quería, pero el se lo volvió a repetir y ella no tuvo más remedio que obedecer.
Ella se fue a dormir y Adalberto se quedó tomando las últimas tres cervezas sobrantes. Apagó la luz y se fue trastabillando a dormir.

Me desperté temprano, y me encontré a Ayram más fodonga que el día anterior. Yo Traía mi cámara y me daban ganas de tomarle una foto y subirla al blog, pero pues eso era una misión imposible.
Me levanté, fui al baño y me despeiné. Adalberto todavía dormía, sus ronquidos podían escucharse un kilómetro a la redonda. Me despedía entonces de Ayram, y tuve el descaro y atrevimiento de darle un abrazo, pero no dijo nada, como que le gustó porque se me repegó y nomás no me soltaba. Ya al soltarme sólo me aventó una sonrisa.

II UNA REALIDAD FICTICIA

La realidad será más corta porque apenas y puedo escribir.
Todo iba bien. Me hice amigo del pelado. Me invitó a su casa de Infiernavit en Balcones de Alcalá. Llegué después de dar mil vueltas porque todo está enredado y todas las casitas se parecen entre sí.
Después de llegar, todo transcurrió como lo planeé hasta la hora de las cervezas.
Como les dije, nunca he tomado más de una cerveza, esta vez fueron cuatro. Hablamos de política, de la reina Isabel, de futbol, y de mujeres. Sin embargo, a la segunda cerveza yo ya andaba todo mareado y no aguantaba el dolor de cabeza. Dicen que me puse a hablar como perico y decía cada incoherencia (“estos parecen cocodrilos, pero no son cocodrilos”). Nunca dije nada de Sandra, y me puse agresivo e insoportable. A fuerzas quería tomarle una foto a Ayram. También le dije a Adalberto, enfrente de su ruca, que me gustaba Ayram, y que estaba bien buena, que lo envidiaba, y que porque no hacíamos un menage a trois.
Lógicamente no me entendió. Le tuve que explicar, y zas, que se arma el escándalo. Me empezó a decir de cosas, no me quedé callado, y le reviré diciéndole hasta de lo que se iba a morir. La gota que derramó el vaso fue que abrí una cerveza, le di un gran sorbo, me puse enfrente de Ayram, y le escupí la cerveza en la cara mientras le decía: “pinche vieja guanga, ni que estuviera tan buena”.
Ella me dio una cachetada, entonces vine y la tomé de su pelo y ya le iba a plantar un beso como en las películas, pero entonces llegó Adalberto agarrándome del pelo, y tirándome al suelo me empezó a patear.
Todo sangrado, él me pidió que me parara. No podía pararme pero lo hice para que me diera nuevamente otra madriza.
Yo no podía hacer nada, y me desquité tirando su televisión de plasma (que de seguro sacaron en pagos por Famsa) la cual se hizo añicos.
Uta, eso motivó otra golpiza más peor. Después, arrastrándome por el suelo me aventó de una patada a la calle, y cerró la puerta. Unos segundos después la volvió a abrir mientras me aventaba las películas sobre mi cabeza.
Hacía un friazo y no podía moverme ni levantarme. Así estuve como unas dos horas, hasta que recobré el sentido, me paré y empecé a vociferar y armé un nuevo escándalo: “¡Sal de ahí cobarde, maldito maricón!” y como no salía, tomé una piedra y la estrellé contra la veintiúnica ventana que tenían enfrente.
Eso fue el colmo, una nueva golpiza. Ya mero me mataba, pero alguien avisó a la fucking police de que dos borrachos escandalizaban en la vía pública a altas horas de la madrugada y no dejaban dormir a los vecinos.
En eso llegó quemando llanta y haciendo mucha pantalla una patrulla de la fucking police. Uno de ellos muy gandalla nos separó y subió a la camioneta directo a la cárcel.
Por la gravedad del asunto, fui llevado al hospital, pero gracias a mis inmerecidas influencias (es lo bueno de tener un blog) fui dado de alta del hospital y no pisé ni un instante la cárcel.
En cambio, al pobre Adalberto, lo tuvieron tres días encerrado hasta que logró pagar la multa.

Ya se imaginarán como me odiaron él y su vieja ogra. Todo se había salido de control, y nada salió como lo tenía planeado. Total, que me disculpé con él y su esposa. No quise que pagaran los gastos del hospital como los obligaban. Le dije que yo pagaría la multa, y también la televisión y la ventana. Así todos quedamos en paz
Moraleja: Nunca jamás vuelvo a tomar porque hablo cosas de más, invento cosas que no son ciertas, o por lo menos no tomaré delante de otras personas. FIN.

EPILOGO

Al momento de escribir este cuento de la vida real. Sandra ya me había mandado al carajo. Al menos ya sabe que me gusta, y que no soy hipócrita como sus amigos que la rodean, no le dicen nada, pero si pudieran no dudarían ni un instante de ya saben que con ella.
Maldito febrero, van tres mujeres en mi vida que me mandan al diablo en este mes.